Oh, shit! I'm an Omega [2Jae] ||ABANDONADO||

9

(sí es cap, ameisin)

YJ & JB 

    Youngjae junta sus manos hacía delante y mira nervioso al Alfa frente a él. Ahora que sus sentidos se han desarrollado y posee el olfato característico de un hombre lobo, puede darse cuenta de los estatus de los demás. Así que sabe qué aquel Alfa tiene una agradable fragancia cómo a arándanos y bosque. No sabe qué hacer o qué decir, y el que el otro lo esté mirando tan fijamente, altera sus nervios. El Alfa lo escruta con la mirada sin dar palabra. Y se siente un poquito intimidado, pero sólo un poquito.

    Tantos piercings, la ropa oscura, el cabello peinado para atrás y ese aire de chico malo de novela cliché, o bien, fuckboy, como diría Jackso, en la vida real si resultan algo intimidantes, sumado a lo alto que se ve, Youngjae no sabe cómo comportarse.

    Podría ser que sea alguien con quien Jinyoung hubiera quedado hoy. Aunque no luce cómo alguien con quién su hyung saldría a una cita, o alguien con quién se juntaría en general. ¿Era este el tipo de chico que le gustaba a Jinyoung? Pobre de Mark sí era así.

    Jaebum no puede creer su suerte. Justo frente a él está la persona que lo hace dividir su consciencia en dos; una en la que él y su lobo están de acuerdo, y la otra dónde no lo están. El causante de todos sus recientes debates mentales. Parado frente a él, con una sonrisa apenada, un cabello rubio y esponjoso, lunares adorables en su rostro, de facciones lindas y el maldito aroma que lo está cubriendo y opacando sus sentidos; totalmente ajeno a la batalla campal que él está teniendo para no saltarle encima y refregarse en su cuello.

    No puede creer lo dulce que se ve. Las descripciones de Jinyoung son un cuento banal y mal escrito en comparación. Es radiante y asombroso.

    —Um, hola —Youngjae saluda esperando una respuesta, que no recibe, así que prosigue—. Soy Youngjae.

    Jaebum reacciona en el momento que escucha la melodiosa voz. —¡Eh, sí! —tartamudea en un tono de voz una cuarta más alto, luego carraspea avergonzado y trata de actuar normal—. Hola, soy...

    —¡Jaebitch! —el grito escandaloso interrumpe al Alfa y sobresalta a ambos, para luego ver cómo Jinyoung entrar estrepitosamente por la puerta—. ¡Lárgate justo en este instante, no podes...!

    Jinyoung había corrido casi desde el otro lado de su universidad en cuanto recibió el mensaje de Mark avisándole que Youngja iría. Casi muere cuando subía las escaleras de tres en tres hasta el tercer piso de la residencia, dónde se encontraba su habitación; y todo había sido inútil, porque Jaebum y su trasero de perra estaban frente a Youngjae. Sí Mark se enteraba lo odiaría para siempre.

    —Hyung, buenas —saludó tranquilamente Youngjae. Jinyoung corrió a abrazarlo y lanzó una mirada de advertencia a Jaebum, quien le hizo mala cara—. ¿Por qué tanta prisa? ¿Tienes una cita con él? —preguntó lo último en un pequeño susurro.

    —¡Santa mierda, no! —exclamó escandalizado—. Él es un amigo, que ya se va —hizo énfasis y lo miró acusadoramente—. Y no debería subir a mi habitación cuando yo no estoy, porque la casera me regaña.

    Eso último era una mentira, Jae vivía en su habitación cuando él no estaba, lavaba su ropa y ordenaba su pocilga. Y la casera lo adoraba. Jaebum pasaba ahí su tiempo más que nada porque su habitación era muy calurosa, o muy fría, y su compañero era desagradable.

    Youngjae asintió con una sonrisa. —Bien, entonces no interrumpo tus planes ni nada.

     —Igual cancelaría cualquier cosa por  cuidar a mi cachorrito —le habló cómo si de un bebé se tratase y empezó a balbucear tonterías mientras sostenía su rostro en sus manos.