𝕒 𝕓𝕒𝕓𝕪

30

Taeyong tenía un tic en el ojo.

Henry estaba pegado a su madre. Le daba de comer,le hacía cumplidos,iuuu!

Las dos mujeres chusmeaban de todo lo que había ocurrido en el barrio y de vez en cuando hablaban de Mark y él junto a su madre.

Jaejung no dejaba de mirar a Mark y eso ponía un poco incomodo al menor que por cierto,tenía su mano triturada por la de Taeyong que no se la había soltado desde antes de sentarse a comer.

Jaejung solo le hablaba a Mark y contestaba las simples cosas que los presentes le preguntaban. Pero no sacaba su vista de Mark y cada vez que el menor hablaba,a Jaejung le brillaban los ojos.

Taeyong trató de mantenerse en su lugar y soltó la pobre manita de Mark para darle masajitos en su pierna.

—Bebé,me acompañas a traer más jugo?

Mark lo miró extrañado pero al ver el rostro serio de Tae asintió y se levantó tras él ganandose todas las miradas.

—¿Qué pasa?—preguntó ya cuando vió al histerico Taeyong caminando de un lado a otro pensativo.

—Nada.

—¿Cuál es el problema? ¿A caso es por que Henry esta con tu mamá?

—Jaejung no para de mirarte! Ese es el problema.

Los celos de Taeyong llegaron hasta la nariz de Mark quien rió.

—¿Realmente puedes estar celoso de tu primo? Es decir,es guapo pero estoy ENAMORADO de tí. No tendría sentido. No tiene sentido ahora mismo.

—Si lo se,estoy paranoico—suspiró—pero el no para de mirarte de todas formas.

—Es que soy hermoso.

Taeyong rió tras ese comentario y tomó la jarra de jugo llena.

—Vamos,—Mark lo detuvó para darle un dulce beso.

—Te amo,okay?

Taeyong asintió.

—Yo te amo a tí.

Cuando llegaron a la sala,las señoras estaban riendo de las cosas que Henry estaba diciendo.

—¡MARK USÓ PAÑALES HASTA LOS CINCO!

Mark abrió su boca a más no poder.
Taeyong aguantó la risa.

—Henry,callate! Tú estabas en la preparatoria y no sabias atarte los cordones. Tenias que usar abrojos.

Todos estallaron en risas. Jaejung no. Él observaba cada detalle de Mark,uno por uno.

—¿Te importaría dejar de babear por mi novio?

Taeyong ya no daba más de la furia. Por primera vez en la noche Jaejung depegó su mirada de Mark para mirar a su primo.

—¿Disculpa?

—Deja de mirarlo. Es mío.