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Henry corrió a la cocina. La señora Lee se encontraba charlando alegremente con su amiga. Ambos lo miraron extraño por su comportamiento pero el siguió en lo suyo.

—¿buscas algo Henry?

Henry giró algo ido.

—¿Ah?

—¿Aún estas borracho?—las señoras rieron pero el rapidamente negó.

—Obvio no. Vine por un vaso de agua, estoy sediento.

—Bueno, esta bien—la señora Lee le sonrió y siguió en lo suyo con su amiga.

Henry una vez tomó el vaso de agua, suspiró. Antes de darse cuenta sus piernas iban en dirección a la habitación de Jaejung.

Desde adentro se escuchaba la voz del menor cantando. A Henry le explotaba el corazón en su pecho.

Su mano sin querer abrió la puerta y se movió rápido tratando de que Jaejung no lo viera.

—Ya se que eres tú, Henry te vi.

Henry suspiró y entró a la habitación.

—Cantas muy bien,—Jae rió y asintió.

—desde muy chico canto asi que pienso que de algo me sirvió tanto practicar.

Henry estaba tan cerca como para inclinarse y besarlo , pero en vez de eso, se quedaron mirando y se unieron en un abrazó, fuerte y al mismo tiempo dulce.

—Me gustas—le soltó Henry cerca de su oído.

—Me gustas también Henry.

⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐

Mark corria delante de Taeyong, detras de las palomas. Le encantaba espantarlas. Parecía un niño pequeño y eso a TY lo hacía suspirar como un tonto enamorado.

—Vamos Tae, ven conmigo!—le decía el menor mientras lo jalaba de la ropa para que corriera con el.

—Ya no tengo la edad para hacerlo, Markie.

—Somos jovenes y libres hyung, no hay limite de edad para esto—le extendió la mano que ty no pudo rechazar.

Mark lo jaló de manera que Taeyong casi se cae del tropezón por la sorpresa.

Las cuantas palomas salieron volando y ellos tenían sonrisas estúpidas en el rostro y dejaban escapar sus risas, estaban divirtiendose en demasia.

Los niños pequeños los veían y reían.

—¿Otra cosa que quieras hacer, Lee?—preguntó el peli rosa. El menor lo miró con una mueca y luego sonrió.

—Besarte.

Taeyong rió pero antes de descontrolarse y dejarse llevar recordó en donde estaban.

—Ven...

Esta vez, el jaló a Mark.

Caminaron y caminaron hasta alejarse lo suficiente de la gente. Ahora estaban en el borde del puente, cerca de la poca playa no tapada por el agua del río.

Taeyong se sentó y palmeó el lugar al lado suyo para Mark.

La vista era increíble.

—¿Por qué vinimos aquí?

—Esta parte del puente no se puede usar asi que nadie va a interrumpirnos.

—Espera...¿por qué no se puede usar?—dijo atemorizado.

—Por que la gente usa este lado del puente para suicidarse tirandose al río y perdiendose.

Mark tragó saliva y Taeyong rió por su reacción.

—Es mentira! No se puede usar porque el río a veces sube de sobre manera y por eso. Pero ahora esta bajando asi que nosotros si podemos estar aquí.

—Estas loco—rió Mark pero no pasaron dos segundos antes de que sus manitos taparan las mejillas del mayor y besará sus labios.

Taeyong correspondió en seguida y sus manos bajaron hasta la cintura de Mark, lo acercó aún mas.

El sol se estaba poniendo y se separaron para observarlo. Era todo simplemente hermoso.

—Markie...—Taeyong miraba atento el atardecer pero logró que Mark lo mire a él.

—¿Mh?

—Cuando volvamos a Seúl , te haré una super pregunta.

—¿Qué clase de pregunta?

—No te diré nada ahora—le sonrió y Mark hizo una mueca.

—Malo.

—Re.

—Feo.

Taeyong lo miró—¿soy feo?

—Muy.

Ty se abalanzó sobre él, Mark reía.

—¿Soy feo?

—Tal vez...

Mark se inclinó un poco y lo tomó de la nuca para besarlo con suavidad.

—no eres feo, obvio no.

𝕒 𝕓𝕒𝕓𝕪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora