falling for you || joerick

22

Ha estado evitando a todo el mundo. Se alejó de Zabdiel y de Chris; Joel ha intentado acercarse a él, pero siempre encuentra una manera de escabullirse. Ahora entiende lo que sentía Joel cuando comenzó a acosarlo, sin embargo, le gusta que Joel este pendiente de él, sólo que ahora desea estar solo y alejarse de los problemas que le trae Chris y los recuerdos que le trae Joel.

Así que fue donde la única persona con seriedad en este momento.

Erick suspiró frustrado y se sentó al lado de su amigo —¿Qué debo hacer?

Zabdiel se quitó sus audífonos y frunció el ceño —¿Ah?

—Joel está intentando hablar conmigo.

—¿Por qué me pides consejos a mí?

—Porque eres mi mejor amigo y mi segunda mamá — no recibió respuesta —. Zabdi ayúdame, qué debo hacer.

El otro suspiró manteniendo su postura firme —Sabes lo que pienso, sin embargo, con Joel hemos hablado los últimos días, y aunque no lo quiera admitir. ¿Nunca te diste cuenta la forma en la que Joel te mira? Es especial. ¿Aún no lo notas?

No sabe el momento en el cual Erick se volvió tan escurridizo; es como que lo ve en alguna parte y en un segundo ya no está. Desde que se enteró de las verdaderas intenciones de la falsa relación entre Christopher y Erick, fue como un golpe de confianza que tomó y necesitaba hablar con el menor y confesarle sus sentimientos.

Las clases habían terminado hace diez minutos y no ha visto ni siquiera a los amigos de Erick. Tuvo que ir a casa del menor, su madre había dicho que aún no llegaba logrando preocuparse un poco. Luego fue a casa de Zabdiel no sabía nada.

Entró a su auto; estaba en blanco, en dónde podría haber ido. Cerró los ojos tratando de recordar más lugares que iría Erick. Una idea golpeó su cabeza, dudo un segundo, tenía que tratar.

El pequeño lugar que fueron en su primera salida juntos.

Allí estaba él, durmiendo en medio del pasto con una rosa en la mano. Joel frunció el ceño acercándose a él. Se sentó a su lado, lo miró fijamente por un segundo, corrió su cabello que tapaba su cara y acarició sus mejillas.

A pesar que la hierba le daba picazón; se acostó junto a él y acercó su rostro al ajeno. Envolvió sus brazos alrededor, parece aterrador, quizá Erick podría asustarse cuando despierte, pero ni siquiera le importa. Sólo quiere estar cerca de él.

Por supuesto que el toque logró despertarlo. Parpadeó lentamente, limpiando sus ojos y saltó un poco al ver a Joel.

—Joey — susurró levantándose. Intentó salir de los brazos de Joel, pero éste sólo lo mantuvo cerca y pronto el rostro de Erick se refugió entre su cuello.

—Lo siento — le susurró de vuelta —, te he hecho tanto daño desde el principio. Desde el comienzo fui un idiota contigo y no merezco gustarte.

Escuchó un leve sollozo.

—Te rechacé, pero ahora sólo quiero que seas feliz.

—Mi lugar feliz está contigo — Erick paso sus brazos alrededor de su cuello tirándolo cerca para besarlo. Suspiraron entre beso, hasta caer sobre el pasto; Joel necesitaba preguntarle, pero quería seguir besándolo.

—Déjame llevarte a una cita — susurró al separarse un poco, el menor lo miró con temor y pudo descifrar su pensamiento —. La foto que llegó a tu teléfono es de hace meses — explicó —. Está vez todo será diferente.

—¿Entonces, por qué no llegaste?

—Dani llegó a mi casa, mi madre la invitó a pasar y me tuvieron tres horas con ella. Pero, ahora ella ya sabe que terminamos y no importa cuántas veces tenga que decirle a Dani que no la quiero, tendrá que aceptarlo.

Erick asintió —¿Vas a llegar, cierto? — preguntó en voz baja.

—Todo será diferente — aseguró —, porque yo iré a buscarte a tu casa.

Se abrazaron y se quedaron un buen rato observando el cielo en silencio. Cuando la noche llegó, Joel fue a dejar a Erick a su casa y mientras llegaba a la de él no pudo evitar sonreír.

Se sentó en la vereda; no quería arruinarlo está vez. Así que esa misma noche Joel planificó la segunda primera cita perfecta haciendo una lista de las cosas favoritas y no favoritas de Erick.

A Erick le gusta usar gorritos de lana.

A Erick le gusta el frío.

A Erick no le gusta que le digan pequeño.

A Erick le gusta acurrucarse.

A Erick no le gustan las películas tristes.

A Erick no le gusta que le toquen el cabello, toda una diva igual que yo.

Esta vez nada podría salir mal.