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FINAL



El día de su cita llegó y como de costumbre Joel preparaba las cosas a última hora; olvido la tonta lista y organizó algo simple. Se rio de sí mismo cuando recordó que si salía con Erick tendrían su cita en un restaurante fino, pero ahora no tiene ni para comprarse un chicle.

Tiro una manta en el suelo de la sala, dejó las cosas de comer que encontró y se dirigió a la salida dispuesto a buscar a Erick, sin embargo, se llevó una sorpresa al ver al menor parado en la puerta.

—¿Erick? — paro en seco —. Se supone que yo iría por ti.

—¿Conoces la paciencia? Pues eso yo no tengo — sin esperar invitación entró a su casa —, ¿A dónde iremos, Joey?

—Uh — se rascó con nerviosismo la parte posterior de su cabeza —, ¿Te parece quedarte aquí?

—Por mí bien — se encogió de hombros.

Lo guío hasta la sala, tomaron asiento en silencio. ¿Qué debía decirle? Nunca se sintió tan nervioso. Realmente nunca sintió nervios verdaderos hasta ahora.

—Te ves muy bien — esas palabras salieron sin aviso de la boca del mayor.

Erick podía sentir sus mejillas aumentar de temperatura e intentó ignorarlo. Simplemente miró hacia abajo para evitar la mirada de Joel; éste contuvo la respiración cuando de repente Erick se acurrucó en su pecho, sintiendo el calor que irradiaba el cuerpo del menor, lo envolvió en sus brazos.

Porque para Erick, los brazos de Joel eran el lugar más seguro que jamás conoció.

Se suponía que verían una película, sin embargo, se quedaron hablando de cosas triviales que hacían reír a ambos.

Afuera se había puesto a llover y eso era la mejor melodía para aquel día.

—Recuerdo el principio de nuestra historia — dijo Erick aprovechando un silencio —. Lo siento, pero no me arrepiento de manchar tu camiseta con mi helado.

El otro chico le sonrió, de tal manera que Erick deseaba saber qué pasaba por su mente. Joel le mostró un bolso y de allí sacó una cajita con flores entrelazadas, que muchas veces Erick le había "enseñado" a hacer.

—Tienes razón, sí te ayuda con los problemas de paciencia — rio —. La hice para ti, yo tampoco me arrepiento de... ¿Por qué te muerdes los labios?

—Para que los beses.

—Sigue soñando renacuajo — ambos rieron, sin embargo, allí estaban los dos disfrutando del beso que había comenzado hace poco. Joel fue el primero en separarse y mirar los brillantes ojos del menor tomando sus manos —. ¿Erick, quisieras ser mi novio?

Éste se tapó el rostro avergonzado —¡Ay!

—¿Renacuajo?

—Eso es un apodo terrible para un novio, Joel.

—¿Entonces me aceptas?

—Esta y mil veces más.

Dejó un suave beso en su mejilla —Creo que deberíamos buscarnos apodos más normales.

—Habla por ti. Uh — sus mejillas comenzaron a sonrojarse —, ¿Entonces ahora podemos tomarnos de las manos, decirnos novios y esas cosas?

—Sí, eso y más.




—Okay — Joel lanzó un suspiro el lunes por la mañana antes de entrar a la escuela —. ¿Entonces, somos novios?

—Sí y me encanta como se siente.

—Aquí vamos — Joel le tendió su mano.

—¡Joel me enterraste la uña!

—Lo siento, lo siento. ¡No muevas tanto tus dedos!

—En las novelas que ve mi mamá, ellos lo hacen así.

—Deja de temblar, Erick.

—Tú eres el que está temblando — contraatacó y entrelazó sus dedos —. Creo que es de esta manera.

Entraron a la escuela con una sonrisa, Erick buscaba por todos lados a Zabdiel y Christopher. Y cuando Richard los vio entrar al comedor casi se les tira encima.

—¡Entonces!...

—¡Somos novios! — gritó felizmente Erick —. ¡Te lo dije Cafecito, yo siempre le guste!

—Todos lo sabían.

—¿Viste a Christopher y Zabdiel?

Richard negó.

—¿Para qué los buscas? — preguntó Joel —. Déjalos, me caen mal. Bueno, menos el jirafon.

—Joey son mis amigos.

El mayor bufó cruzándose de brazos.

—Ustedes no son normales — comentó Richard con una sonrisa.

—¿Qué dices? Somos normales — se encogió de hombros —. Joel inclínate para darte un beso.

—¿Qué?

—Estás creciendo mucho.

—¿Por qué mejor no te pones de puntitas? — Erick lo miró mal —. Está bien — se inclinó dando un cortó beso en sus labios.

—Dominado — susurró Richard.

—Cállate, negro.

Era el tercer periodo y Erick aún buscaba a sus amigos. Iba junto a Joel y Richard, hasta que dieron con ellos en el gimnasio. Ambos se encontraban hablando tranquilamente.

—¡Zabdi, Chris! — Erick corrió hacia ellos mientras los otros dos lo seguían con tranquilidad. Obviamente, Erick les contó que ya tiene una relación con Joel.

—¡Te lo dije! — saltó Christopher apuntando a Zabdiel —. Págame.

Zabdiel rodó los ojos —Felicidades — sonrió.

—Ahora que ya están juntos, ¿Podemos decirles sobre nuestra relación Zab? — susurró Christopher, aunque todos lograron escuchar.

Erick abrió los ojos con sorpresa —¿Ustedes...? ¿Cuándo?

Procedieron a explicarle, resulta que mantenían una relación antes desde que comenzarán con el plan. Ahora, el menor entendía los comentarios de su amigo, y cuando salían Christopher pasaba pegado a su teléfono.

—Ahora que estamos todos deberíamos salir juntos — comentó Richard —, después de todo, formamos una linda amistad.

—¿Cuándo? — preguntó Joel.

—El fin de semana. ¿Sábado?

—Lo siento, me voy a enfermar.

Todos rieron por su comentario, no notando la seriedad en su voz. Joel rodó los ojos, para qué negarse si Erick iba a terminar convenciéndolo.



falling for you || joerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora