II - 06

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Oficialmente fue el regreso a clases.

Se encontraba sentado en las bancas fuera de la escuela. Jugaba con el anillo en su dedo mientras esperaba a Joel, quien ya tenía 30 minutos de retraso.

—Vinieron a darnos una charla de sexualidad —resopló Chris sentándose frente a él —, como si yo no supiera de los pepinos y melones —tiro su mochila sobre la mesa y la dio vuelta, de ésta cayeron entre veinte condones —. Toma el que quieras amigo.

—Chris...

—Mira estos de colores —tomó uno de color rosa —. Hay de sabores también —sonrió, volvió a revisar su mochila —, estoy seguro de que los guarde por aquí... —murmuró.

—¿Qué están haciendo? —habló detenidamente, ambos chicos levantaron la mirada encontrando a Zabdiel con el ceño fruncido observando los condones esparcidos por la mesa.

Christopher sonrió haciendo un lado para que su novio tomara asiento —Vinieron a darnos clases de sexualidad y nos regalaron esto.

—Y al parecer Chris se emocionó y quiso llevárselos todos —completó Erick riendo.

—Ese es mi chico —Zabdiel susurró abrazando al otro.

—Debo admitir que tienen un color interesante —dijo Erick tomando uno.

—¿Uh, Erick?

—¡Joel!

—¿Por qué tienes un condón? —rio bajito.

—Son míos, pero si quieren puedo darles algunos —ofreció Chris con una rara mirada.

Joel rodó los ojos y tiro el condón que traía Erick para besarle cortamente y sentarse a su lado.

—Siento la tardanza —suspiró agarrando la botella de agua de Zabdiel y darle un sorbo —. Tuve que lidiar con David otra vez —miró a Erick con una mueca.

—¿Quién es David? —preguntó Zabdiel.

Joel abrió la boca para responder, sin embargo, Erick fue más rápido —Alguien que lo molesta todos los días, tiene unos treinta años y ha tratado de conseguir el número de Joel hace meses.

—Celos, celos, celos —canturreó Christopher.

—Sí, Erick esta celoso —sonrió Joel apoyando su cabeza en el hombro del menor.

—¿Quién estaría celoso de eso?

—En fin —dijo Joel no queriendo seguir con el tema —. ¿Y para qué quieres tantos condones?

Silencio.

—Okay, nos vamos —se levantó Erick, Joel imitó su acción; estaban a punto de irse cuando Pimentel volvió.

—Me das unos —señaló los pequeños sobres.

Christopher sonrió y dejo que tomara los que quiera.



—¿Para qué quieres los condones? —murmuró Erick con timidez. No se había atrevido a hablar en todo el camino.

Joel rio —Para tirarlos al patio de mi vecina. La estúpida me cae mal.

—Tiene diez años —negó con una sonrisa —. ¿Quieres pasar? —preguntó bajito, cada vez que Joel lo acompañaba a su casa le hacia la misma pregunta, y claro, sigue dándole pena.

—La pregunta ofende.

Joel se prometió así mismo pasar cada tarde un rato con Erick. Sabía que la madre del menor trabajaba mucho y Erick, aunque fingiera que no le afectaba y que no era un problema estar solo, Joel se daba cuenta de la verdad.

—¡Renacuajo, prepara algo para comer! —dijo Joel tirándose al sillón esperando el reclamo de su novio.

Erick lo miró serio antes de dirigirse a la cocina —Voy a hacerlo porque también tengo hambre.

Y el problema fue que no podía cocinar nada decente, si hasta cuando quería hacer té el agua se evaporaba. Así que, opto por un simple sándwich para ambos; cuando Joel colocó sus brazos alrededor de su cintura descansando su cabeza sobre los hombros del pequeño.

—¿Qué? —preguntó riendo.

—Nada, sólo quería ser cliché y abrazarte mientras cocinas —respondió con una sonrisa cuando vio que Erick cerró los ojos brevemente.

—No es momento de ser cliché —se soltó de su agarré y tomar el plato —, tengo hambre —el mayor rio y lo siguió hasta su habitación.

Joel se sentó sobre la cama de Erick mientras el otro sacaba unos libros. A veces, solía ser su rutina, Erick hacia su tarea en la compañía de Joel o simplemente compartían el rato.

—Pensé que hoy irías con Richard. Hablé con él hoy y me dijo que tenían un proyecto juntos.

—Sí, pero su madre me prohibió pisar su casa desde que le dije que Richard traficaba drogas en el día de los inocentes —se encogió de hombros —. Aún no lo supera. Nos veremos más tarde en mi casa.

Erick tarareo una respuesta cuando inconscientemente llevó una de sus manos a su estómago y acarició su piel.

En la mente de Joel se formó un pequeño flashback.

"—Tendremos muchas habitaciones.

—¿Por qué? —frunció el ceño —, solo seremos tú y yo.

—Tú y yo... Y, nuestros doce hijos"

—¿Aún quieres hijos?

—Sí —rio descifrando la mirada de Joel —Si quieres puedo ponerme una almohada para practicar.

—Es una buena idea.

Erick presionó las mejillas de Joel; ellos sellaron sus labios en un beso lánguido. La habitación estaba en silencio, sólo los sonidos de los dos respirando suavemente llenaron el aire.

El mayor detuvo el beso para mirar a su amante; los ojos de Erick se encontraban vidriosos, sus mejillas sonrojadas y labios hinchados. Joel miró los ojos verdes que tanto amaba y se inclinó de nuevo.

—Joel... —murmuró mientras el mayor mordisqueaba suavemente su cuello.

Sabía qué quería decir Joel con eso. Sabía que con aquel gesto Joel quería decir que nunca le dejaría ir.


falling for you || joerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora