III - 07

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Joel no se sorprendió cuando recibió la renuncia de Erick, de hecho, sabía que su chico no aguantaría ni una semana trabajando allí sólo aceptó su idea para evitar una discusión estúpida de igual manera se equivocó, Erick duro una semana y un día.

Luego de que tirará su trabajo a la basura lo único que pensaba era cómo iba recuperar los datos, hasta que recordó tener un borrador guardado en su computadora.

Recuerda que cuando se lo dijo a Erick, éste saltó a sus brazos de felicidad. Entre ellos dos, Erick era el más afectado, Joel le había dicho que no tenía que preocuparse, que tenía más tiempo para hacer otro informe, sin embargo, esa noche Erick lloró pidiéndole disculpas.

Y ahora que paso un mes de lo sucedido las cosas marchan bien. Erick sigue con sus tutoriales de tejido y Joel con una nueva secretaria.

—¿Ocurre algo? —Joel pregunta cuando nota a Erick demasiado callado, sin decir sus habituales comentarios sin sentido.

—Estaba pensando...

—¿Y? ¿Eso es bueno?

—Quiero decir, yo... Esta semana estuve buscando casas de adopción.

—...

—...

—¿Tú quieres adoptar?

Asintió —¿Tú no quieres?

—No —negó —. Digo sí. Es que, no pensé que esto pasaría tan pronto.

—Sólo era una sugerencia —se encogió de hombros ocultando muy bien la decepción —. No es que tienes que aceptar... Mejor olvidémoslo, sí, sí... —se levantó, aunque Joel lo tiro del brazo.

—Erick déjame recordarte que tú eras el que quería doce hijos y yo te acepte así.

—Tenía dieciséis —rio —. Olvida eso, por favor.

Joel se une a su risa pasando sus brazos alrededor de los hombros del otro —Había pensado en comentarte la idea, pero quería ahorrar más dinero. El proceso puede ser tedioso lo sabes —asintió —. Pero podríamos intentar, creo que estamos listos.

—Yo estuve viendo algunas —admite con timidez mostrando una hoja con diferentes casas de adopción.

Joel no puede evitar sonreír ante escena tan linda: Erick apretando sus labios mientras se remueve para sacar un pequeño papel y su sonrisa tímida no parece dejar sus labios. Él aceptó gustoso la hoja y sin pensarlo prometió:

—Mañana en mi descanso iremos a cada una.

A la mañana siguiente, exactamente a las cuatro y treinta Erick esperaba fuera del edificio ansioso. Joel llegó corriendo y con un choqué de labios, se dirigieron a la primera casa en su lista.

—Bien, es aquí —anuncia la encargada del lugar. Ella abrió una puerta que daba a un patio con niños entre cinco a diez años —. Están en un descanso de quince minutos, pueden hablar con alguno. Los estaré vigilando —advirtió antes de irse.

Erick miraba con asombro el lugar mientras Joel cuando la señora le dio la espalda le sacó la lengua.

—Es una bruja —le susurró al menor, aunque ni siquiera le escuchó.

—¡Mira! —señaló a un niño de alrededor seis años, estaba sentando en una banca jugando torpemente con sus dedos. Erick tomó su mano y lo llevó hasta el pequeño, ambos se sentaron frente a él mirándolo fijamente, el niño alzó sus cejas curioso —. ¡Hola!

Y así fue el inicio de quizá una nueva familia.

—Me gusta tu nombre —Joel le sonríe —. Diego, ¿No es lindo?

—Muy lindo —apoyó —, ¿Y qué edad tienes?

—No sé...

—¿Hace cuánto estás aquí?

Ladeó su cabeza —No sé.

—Creo que ya lo amo, Erick —Joel tironea la manga del suéter de su esposo haciendo reír al pequeño.

Continuaron hablando un poco más, observando a más niños y niñas hasta que su tiempo termino. La misma señora fue a buscarlos y los llevó a su oficina donde les habló sobre el procesó de adopción y pidió documentos que tendrían que llevar pronto. Al final del día, no visitaron más lugares; ambos quedaron encantados con Diego y querían volver a verlo y rezaban para que así fuera.




—¡No puedo más! —exclama Chris agitando sus manos hacía los libros y notas esparcidas por la mesa. Erick sólo se encogió de hombros y continúo comiendo su panecillo.

—Se ve interesante, no he tomado libros desde que salí de la escuela.

Christopher, Zabdiel y Richard están de nuevo reunidos en casa de Erick. El único estudiando allí es Chris, Zabdiel está con su teléfono y Richard con un comic.

—La odiaras, yo la odio. Me gustaría ser millonario y famoso.

—Sigue estudiando porque eso no va a suceder —se burló Zabdiel.

—Puedo ser famoso, tengo la imagen —sonríe —. ¿Crees que soy guapo, Richard? —hizo un puchero y Richard acaricia su cabeza.

—Claro, mucho —ríe y Chris les saca la lengua a los otros dos.

Erick golpea impacientemente sus pies contra el suelo y mira el reloj —Dijo que llegaría hace diez minutos, creo que iré a buscarlo.

—Debe haber tráfico, espéralo un poco más —dijo Zabdiel.

Él niega con la cabeza— ¿Conoces la paciencia? Pues eso, yo no tengo.

Y así fue como los sacó de su departamento.




—¡Joooey! —Erick entró a su oficina sin molestarse en tocar, en la semana que, duro trabajando allí, a todos les quedaba en claro que Erick estaba en su derecho.

Se encontró a Joel firmando unos papeles y frente a él estaba una chica muy concentrada en él. Ambos miraron al mismo tiempo al menor y él sólo pudo quedarse parado en la puerta.

—Erick —sonrió Joel —, ¿Qué haces aquí?

—Nosotros íbamos a ir a...

—¡Oh! Es cierto —golpeó su frente negando —. Uh, ella es Khate, es mi nueva asistente.

—Un gusto —ella se levanta ajustando su falda demasiado corta y estrecha la mano de Erick antes de observar sonriente a Joel.

Y Ella le sonríe más y ella ya está muerta porque Erick la esta mirando... Desaparece un mes de la empresa y esa chica ya esta intentando robarle a su hombre. No, no lo acepta. Joel es su hombre y nadie se lo puede robar.

—Podemos seguir esto mañana —Joel le dice a Khate señalando los papeles, ella asiente con una mirada neutra, sin embargo, antes de dejar la oficina ella vuelve a sonreírle —. ¿Preparado, bebé?

Y con sólo ese llamado Erick no puede evitar sonreír y abrazar a su esposo. Así que el resto de su tarde se basó en buscar cosas para Diego, aunque habían dicho que no querían ilusionarse, les fue imposible comprarle juguetes, algo de ropa y cosas para decorar su nueva habitación.


falling for you || joerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora