falling for you || joerick

III - 08

Unas semanas más tarde Joel y Erick ya habían comprado las suficientes cosas para el nuevo integrante de la familia; convirtieron la habitación de invitados a un cuarto completamente para un niño de 10 años.

Erick obligó a Zabdiel a pintar la habitación e hizo que Christopher y Richard comprarán más juguetes y ropa.

Rio al recordar que cuando les dieron la noticia a sus amigos: Todo fue demasiado pronto, Erick simplemente se sentó al lado de Joel y sutilmente dijo "Vamos a tener un hijo" Chris corrió hacia él y levantó su camiseta mientras los otros dos quedaron estáticos.

—¿Por qué no llamamos a Chris y Zabdiel? —preguntó Joel.

—Porque cada vez que están juntos se ponen a discutir y esto es un tema serio.

—Richard tiene razón —apoyó Erick —. Están insoportables.

—Ya dinos para qué viniste, estoy perdiendo tiempo en esto.

Richard rodó los ojos y miró a la pareja antes de decir:

—Quiero abrir una peluquería.

Silencio.

En algún minuto escuchó a Joel hacer un sonido de asfixia, como si aguantará una carcajada, luego vio a Erick levantar la mano y le dio un asentimiento.

—¿Llamarías a la peluquería Cafecito?

Éste rio y se sentó a su lado —Sólo es una idea. Aún tengo que completar mis cursos y encontrar un lugar fijo, y personal de ayuda...

—Podría llamar a Ty —interrumpió Erick.

—...

—...

—... No.

Horas más tarde Erick se sentó en la sala viendo más vídeos sobre tejido, quería calmar sus nervios, sin embargo, la idea de que pronto los llamarían no salía de su mente. Hoy finalmente les darían la noticia si podrían adoptar.

—¡Erick puedes explicarme por qué no están las cortinas!

El menor rio bajito —Yo también te amo, Joey.

—¿Renacuajo, dónde escondiste las cortinas?

—No sé de qué hablas.

—Conozco tu juego —se acercó desafiante quedando a su altura —, supéralo, yo gane.

—¿Cuándo iniciamos una guerra?

—¿Quieres una guerra por cortinas?

—Estás muy anciano para esas cosas, Joel.

—...

—No te enojes —rio tomando su mano para que se siente a su lado —, esas cortinas no combinaban —besó su cuello.

Joel negó con la cabeza pasando su brazo sobre sus hombros —¿Estás nervioso?

—Un poco.

—Todo saldrá bien —asegura y lo atrae hacia un beso, su pulgar recorre su mandíbula y el menor suspira con satisfacción amando cada segundo.

Mientras se besan Erick quiere que nunca se detenga ese sentimiento como cada vez que está cerca de Joel. Él quiere que duren para siempre, estar al lado de Joel por el resto de la eternidad.

Y para ambos es tan mutuo.

Erick necesita mucho amor y entonces es lo que Joel hace. Le dice cosas bonitas para hacerlo sonreír; porque la sonrisa de Erick es muy, muy hermosa. Joel puede hablar de la sonrisa de su chico por el resto de su vida.

Hasta que justo a las cuatro el teléfono de su hogar sonó.

Erick se separo rápidamente de Joel y corrió a contestar. El mayor miraba expectante la reacción del otro mientras asentía con la cabeza y respondía cosas que no lograba oír. Hasta que sus ojos se encontraron y el silencio se rompió.

—No nos lo van a dar —entonces Erick dejó caer el teléfono y corrió a los brazos de Joel.