falling for you || joerick

III - 04

—¿Quedo claro, cierto? Ni amarillas, ni rosas... —repitió Joel mientras arreglaba su corbata. Hoy era su primer día de trabajo.

—Sí, sí cortinas blancas ya entendí —bufó Erick parándose frente a él.

Joel tomó entre sus manos su rostro y sonrió —No sé a qué hora llegaré. Cuídate mucho, renacuajo —besó sus mejillas haciendo reír al menor.

—¿Podría ir a buscarte? Luego que se vaya Chris.

—Como quieras, te avisaré cuando salga.

Erick asintió con una sonrisa y se paro de puntitas dejando un suave beso en los labios del otro.

Veinte minutos después de su despedida Joel entró con un gran suspiro al edificio a pesar de que ya cumplió un año en ese lugar todo se sentía extraño. Cuando estudió Administración de Empresas y años después salió de la universidad nunca pensó tener un cargo tan importante en tan poco tiempo, ahora no era un empleado, ahora estará a cargo de todas las áreas por ocho meses.

Saludó a gran mayoría y entró a su nueva oficina. En unos minutos la puerta volvió a abrirse y apareció una chica dejándole un montón de papeles sobre su escritorio. Nuevo puesto, más trabajo.

Alrededor de las tres y quince Erick se encontraba arreglando algunas cosas cuando llamaron a la puerta. Sólo esperaba ver a Chris, sin embargo, a sus costados se encontraban Richard y Zabdiel.

—¿No piensas entrar a la universidad? —preguntó Richard ya cuando se encontraban reunidos en la sala.

—No.

—Yo creo que está bien que Joel lo mantenga —Christopher se encogió de hombros.

—Erick no puede vivir del dinero de Joel, tiene que demostrar que puede ser independiente —dijo Zabdiel.

—Tú no tienes opinión cállate.

—Tú no tienes derecho...

—¡Ya! —interrumpió Richard con severidad —. Mira te traje esto, puede que haya algo que te interese.

Erick tomó el folleto en sus manos analizándolo; diferentes carreras, diferentes universidades.

Sin embargo, nada lo convenció.

—¿Ocurre algo? —dijo Joel, luego que sus amigos se fueran y cinco horas más tarde Joel le llamó para que fuera a buscarlo. Parpadeó un par de veces y dudo en contestar:

—Chris se está burlando de mí porque le dije que quería aprender a tejer —observó como Joel apretó los labios —. ¡Tú también te vas a reír!

—No bebé, eso está muy bien.

—¿Crees?

—Sí, a ti te gusta todo lo que tenga que ver con arte.

—Sí, pero... —sus palabras fueron cortadas al ver una imagen muy tierna —. ¡Dios mío amo a los bebés! ¿Cuántos años tienen? —Erick preguntó emocionado, sus ojos brillaban intensamente.

La madre de los pequeños gemelos contestó, aunque Joel no logró escuchar, se encontraba muy enternecido por la escena. Erick agarraba las pequeñas manos de los bebés y les sonreía contagiando a los pequeños.

Se iban acercando a su hogar cuando su instinto de envolver sus brazos alrededor de Erick y mantenerlo allí parecía apoderarlo, así que lo hizo.

—¿Joel?

—¿Sí?

—Te amo.

—Yo también te amo esposito.