falling for you || joerick

II - 04

Las vacaciones de días festivos pasaron relativamente rápidas para el grupo de amigos; Joel y Richard estarían de regreso a la universidad en cinco días, mientras los otros tres en una semana más.

Planeaban que sus últimos días de libertad fueran inolvidables para después volver a la rutina del café y grandes ataques de estrés.

—¡Pero Joey, están muy lindas! —insistió Erick casi restregando la tela en el rostro de Joel.

Ambos se encontraban decorando el lugar que pronto sería hogar de los dos.

—No, Erick, no usaremos cortinas rosas.

—¿Por qué?

—Se ensucian muy rápido. Mejor azules.

—Uhg que insoportable —se cruzó de brazos.

Joel rodó los ojos, aquí van de nuevo con una discusión absurda...

Chris abrió la puerta de su casa recibiéndolos con una mueca —¿Qué hacen aquí? —bufó.

—Ouuuh el hogar de Christopher no esta muy feliz hoy —dijo Joel con un tono de voz demasiado agudo. Él tenia abrazado a Erick por los hombros, haciéndole reír. 

Christopher rodó los ojos y volvió adentro dejando la puerta abierta. Ambos chicos pasaron encontrando a Zabdiel tirado en el sofá. 

—¿Qué tiene tu princesa? —se burló Joel.

Zabdiel negó con la cabeza —No le digas así —sentenció tratando de ocultar una sonrisa —. Se cayó de la cama y se pegó con el mueble en la cabeza, aún esta aturdido.

Erick hizo un sonido de asfixia, podría sonar cruel, pero así funciona su amistad con Chris. Te pasa una desgracia, mejor es reírte.

—¿Por qué están en mi casa? —Christopher apareció por el pasillo sosteniendo una bolsa de hielo en la parte posterior de su cabeza.

—No es tu casa, también vivo aquí —dijo Zabdiel —. Yo los invite.

—¿No? Bueno yo la mantengo limpia, y oh, vivo aquí lo que la hace mi casa.

Al parecer hoy era el día de las peleas.

—Y yo pago el alquiler —recordó Zabdiel.

—Pagas un tercio, cállate.

Joel y Erick se miraron; en cualquier momento hubiese sido incomodo, pero aquellos dos peleaban hasta por quién le tocaba el lado de la ventana en su habitación.

—Qué bueno que nosotros no somos así —sonrió Joel acomodándose en el sofá.

Veinte minutos después que termino la pelea y llamaron a Richard para que los acompañará y trajera comida, por supuesto, los cinco se encontraban esparcidos en la sala.

Christopher descansaba su cabeza en el regazo de Zabdiel. Erick seguía acurrucado con Joel en una esquina y Richard ocupando la mayor parte del suelo con su comida.

—Estoy aburrido —le susurró Erick, sinceramente no era gran fan de las películas de misterio. Siempre tenía que esperar hasta el final para saber quién era el asesino después de tanto drama.

—Shhh, Erick esto es importante —le regaño Joel aun con sus ojos fijos en la pantalla.

El menor rodó los ojos y fue a su otra opción.

—Richard —llamó en voz baja —, Richard —pateó al chico en el suelo —, llévame a comer.

No recibió respuesta.

Y lamentablemente Erick tuvo que aguantar la media hora que le faltaba al filme.

—Bueno, Joel y Zabdiel hacen la comida —dijo Chris, aunque ya habían comido la cena no se les pasaba.

Joel rodó los ojos y se levantó. Fue a hervir la tetera y luego vertió el agua en una sartén; Zabdiel se había quedado a poner la mesa y Richard limpiaba el desorden. Christopher quien sabe dónde fue, y debido a su estado era mejor no molestarle cuando anda de malas.

—¡Joel controla a tu novio! —escuchó a Richard gritar.

—¿Qué hacen? —rio al ver como Erick trataba de ponerle un gorrito de cumpleaños a Richard, éste no se dejaba, pero Erick se aprovechaba de su estatura para colgarse en el cuello del moreno.

—Controla a tu gusano quieres.

—Sólo deja que te ponga el gorrito —se encogió de hombros volviendo a la cocina.

Muy pronto sintió unos brazos enredarse en su cintura, por instinto sonrió y se dio la vuelta.

—El estúpido de tu amigo rompió el gorrito —se quejó Erick con un leve puchero —, igual en casa tengo más.

Joel acarició el flequillo de su chico dándole un pequeño beso cerca de sus labios antes de girarse nuevamente, la comida ya estaba hecha.

—Creo que deberíamos ir a acampar —hablo Chris por primera vez en esos diez minutos. Todos levantaron la mirada esperando que continuara —. Digo, Joel y Richard vuelven a la universidad el lunes y nosotros en una semana. Tenemos que disfrutarlo, volveríamos el domingo por la mañana.

Después de irse entre los pros y contra, todos estuvieron de acuerdo, aunque Erick aún tenía que pedir permiso.

—Me avisan los detalles luego —avisó Richard levantándose —. Ya tengo que irme —sonrió agradecido antes de tomar su chaqueta e irse.

Zabdiel frunció el ceño —Siempre se queja de que esta solo y ahora que lo invitamos se va.

—Seguro tiene una novia —rio Erick.

Intercambiaron miradas; Joel miró con curiosidad al menor.

—Tú sabes algo enano...

Y Erick solo rodó los ojos.

A veces sus amigos y novio eran más chismosos que las viejas de la peluquería en la esquina de su casa.