II - 17

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Las dos semanas fueron una eternidad para ambos, hasta que finalmente llegó el día donde el menor volvió a casa.

Recuerda que ese día no dejo en ningún momento a Erick; lo tuvo abrazado por muchos minutos y dándole pequeños besitos por todo su rostro.

Su felicidad estaba completa, y todo volvía a la normalidad.

El martes por la mañana lo despertó el molesto sonido de su teléfono, a ciegas lo buscó sobre la mesa y contestó sin ver de quién se trataba.

—Oye idiota.

—¿Qué quieres?

—Te iba a preguntar si vendrás hoy, después de lo que le paso a Erick.

Y al momento de oír la última frase sus ojos se abrieron de golpe —¿Qué le paso?

—Resfrío. Chris dijo que estaba muriendo —Richard rio al recordar lo dramático que era —. ¿Entonces vienes o no?

—Cúbreme. Hablamos luego.





—Okay amor, en la cocina tienes comida —dijo su madre —. Tus medicamentos están sobre la mesa, trataré de llegar temprano —besó su frente —. Ah, te dejo con tu visita.

Y pasado de dos minutos que su madre despareció la puerta volvió a abrirse.

—¡Ya llegó tu hombre! —Joel apareció haciendo una rara pose recibiendo un gruñido por respuesta —. ¿Quién se enferma en verano?

—Yo —hizo una mueca ante el dolor en su garganta —. Joel estoy muriendo —se dio una vuelta en la cama —. Me siento asqueroso.

Aw, bebé —se acercó a él y lo abrazó por detrás, poco le importaba contagiarse —. Tu mamá dejo comida, iré por ella, ¿Bien? —besó rápidamente su mejilla.

Erick hizo una mueca, no le gustaba que Joel lo viera cuando estaba hecho un desastre.

—Aquí vamos —Joel levantó la pequeña cuchara con sopa frente a su rostro —. El avión...

Rodó los ojos —Deja eso, Joel. Yo puedo.

—Grosero.

Y después de media hora el Erick gruñón se convirtió en un dulce y somnoliento entre los brazos de Joel.

—Me gusta que me abraces, me siento protegido —susurró con una sonrisa.

—Bueno, yo puedo ser quien te proteja del frío como una manta, Erickbuu.

—Deberías de decirte por un apodo, Joey.

—¿Crees?

Erin.

Enano.

Bae.

Renacuajo.

Bebé.

Gatito.

Erickbuu.

—¡Amo todos!

Entonces escuchó los leves ronquidos de su novio.

Se quedó despierto, no suele dormir por el día se le dificulta en la noche y luego esta en clase durmiendo, así que, observó a su alrededor esperando que algo lo entretuviera ya que en la televisión no había nada interesante.

falling for you || joerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora