III - 11

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Tres meses después, en un miércoles por la mañana Joel despertó —era uno de esos días donde entraba un poco más tarde al trabajo— Miró a su esposo que aún dormía profundamente y sonrió.

Generalmente el menor nunca esta en paz, últimamente no puede sólo sentarse y relajarse. Erick siempre está haciendo algo y momentos como este son dignos de apreciar.

Tranquilamente hizo su rutina de mañana y alcanzó a preparar el desayuno para ambos, sin embargo, Erick no despertaba y ya se le hacia tarde. Tomó sus cosas y antes de irse la voz de Erick lo detuvo.

—¿A dónde vas?

—A trabajar —respondió obvio y Erick murmuró algo que no pudo entender —. ¿Qué?

—Dije: antes que te vayas bésame.

—Ni siquiera te has cepillado los dientes —resopló —, olvídalo.

—Me besas cuando estoy enfermo y muriendo, esto no es nada —se enderezó y estiró sus labios —. Quiero mi beso.

Joel rio y apretó sus labios, entonces Erick profundizo el beso y termino dejando besitos cortos por el rostro del mayor.

A medio día Joel había avanzado mucho de su trabajo justo cuando el teléfono sonó y su secretaria confirmó su visita. En sus labios se formó una sonrisa al ver a Rossi entrar.

—¿Y te casaste con Erick? —preguntó ella luego que Joel le contará cómo había ido su vida desde que se separaron.

—Sí, ya cumpliremos cinco años.

—¿Él todavía me odia?

—Nunca te odio realmente —rio.

—Me he perdido de mucho, la última vez que nos vimos teníamos veintidós —sonríe y procede a contarle lo que ha hecho en su trabajo siendo asistente de una diseñadora —. Y, me quedaré por un año.

—¿Tienes donde vivir?

—Conseguí un cuarto, no es la gran cosa, solo llegaré a dormir.

Asintió y tomó su mano —Cuentas conmigo para todo.




Erick tenía la barbilla en la palma de su mano mientras admiraba a Chris y Zabdiel comer juntos.

Zabdiel rodó los ojos —Erick puedes ya dejar de mirarnos.

El nombrado sonrió —¿Cómo fue?

—Ya te lo dijimos tres veces —respondió Christopher.

—¡Es que estoy tan feliz! Pero aún no les perdono que me lo dijeran recién ahora. 

La pareja se miró por un momento sonriendo y volvieron a su comida.

—¿Pueden dejar de estar así y volver a lo de antes? —señaló —. Abrácense, digan que ustedes son más tiernos que Joel y yo.

—No es tan fácil ahora —escuchó el murmullo de Chris a la misma vez que Joel entró al local.

—¡Joey, Chris y Zabdi volvieron!

—Ya se estaban tardando —respondió pasando de lado para ir a abrazar a Richard.

Luego de meses hoy inauguraban la peluquería.

Richard trabajo —y una vez lloro— en el proceso de encontrar un lugar, conseguir el dinero y dos personas para ayudarle hasta el momento. Y estar los cinco allí celebrando su meta es un sueño para él.

Erick observaba deslumbrado lo bonito que quedó el lugar; le llamaba la atención los variados colores por cualquier lado. En un momento sintió el mentón de Joel apoyado sobre su hombro.

—¿No te pasa que estás muy orgulloso de Richard? —dijo Erick con emoción —. Ya no voy a aburrirme en casa solo, estaré aquí siempre.

—Todos estamos muy orgullosos de él.

Algo en la forma en que Joel respondió cerca de su oído hizo que el cuerpo de Erick recorriera una sensación extraña. Se quedaron en silencio mirando a Richard hablarle muy animadamente a la otra pareja mientras seguían compartiendo comida.

—¿Crees que se darán cuenta si nos besuqueamos un poco?

Erick miró a Joel; abrió la boca sorprendido y echó otro vistazo a sus amigos. Los tres muy metidos en su tema de conversación. Él sólo se encogió de hombros como respuesta.

Erick realmente no necesita mucha convicción. Volvió su cabeza y apoyó su frente en la de Joel mirándolo fijamente, pero, entonces, Joel apretó con firmeza sus labios y lo beso profundamente, sólo se apartaron riendo cuando sus narices se rozaron encontrando el gesto demasiado lindo. Erick se sentía tan cálido que sólo quiere abrazar mucho a su esposo; así que eso hace, cuando vieron a sus amigos reírse entre ellos se acercaron y en ningún momento rompieron su abrazo.

Cuando el sábado llegó y ellos estaban de vagos recostados en el sofá viendo el noticiero, cerca de las nueve de la noche tocaron la puerta. Erick extrañado fue abrir mientras Joel seguía tirado en el sofá.

—¡Hola!

Frunció el ceño —Yo te conozco... Rita.

—Rossi —aclaró su garganta.

—¿Qué haces aquí?

—Ella viene a visitarnos, mi amor —Joel paso una mano por sus hombros —. Ya sabes, recuperando amistad.

Erick lo observó en silencio, achino sus ojos y no hizo ningún comentario.

Los tres se reunieron en la sala, la incomodidad tomó el ambiente a medida que Joel trata de hacer temas de conversación sin éxito.

—Y... —Rossi paso su mirada de Joel a Erick —, ¿Cómo estás?

—Bien.

—¿Ya saliste de la universidad?

—No voy a la universidad.

—¿Trabajas?

—No.

—...

—Voy por más de esto —Erick señaló su bebida y se fue a la cocina.

Y así es como va la noche.


falling for you || joerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora