Capítulo IX. ALBA y KAN

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______________________ POV Kerem _____________________

Abrí los ojos con pesadez, me encogí debajo de las sabanas dejando escapar un gemido de dolor de mi boca. Es cierto estaba apaleado. Hice memoria rápidamente sobre los últimos sucesos y un nombre broto de mis labios.

– Byron... – Es cierto, acepte ir con él, me subió a un auto y... debí quedarme dormido, puesto que es lo último que recuerdo...

Descubrí mi rostro bajo las sabanas con lentitud, evitando hacer movimientos bruscos, no quería que el dolor aumentara. Inspeccione la habitación, era pequeña y sin ventanas.

– ¿Tiene hambre? – Dio un salto de la impresión, un hombre fornido de piel tostada y mirada penetrante me observaba desde un sofá individual el cual estaba posicionado en la pared contraria a la única puerta, sino estuviera observándome atentamente pensaría que está esperando a que alguien cruce por esa puerta, es como si estuviera esperando por algo. Me puso nervioso. ¿Cuánto tiempo había estado ahí viéndome dormir? Un escalofrío recorrió mi cuerpo al pensarlo.

– ¿Le duele algo? Cambie los vendajes pero si se siente mal puedo llamar al Jefe para que contacte un médico de confianza y lo revise. – ¿Jefe? ¿Se referirá a Byron?... pero obviamente este desconocido es mayor que él, tal vez tenga unos 35 años... Por cierto ¿dijo que me vendo?

Me incorpore lentamente en la cama hasta quedar sentado en esta, todo bajo la atenta mirada de aquel hombre, entonces pude inspeccionar mi estado, si bien me dolían las heridas el dolor era soportable, ahí fue cuando me di cuenta de que no tenía la misma ropa, ya en la casa de seguridad de Donovan había despertado sin mi traje, en cambio tenía un pantalón deportivo gris y una camisa de manga larga del mismo color, pero no tuve tiempo de cuestionármelo. Aquí me encuentro en la misma situación ahora no tengo ese atuendo de color gris, sino una pijama de botones negra de una tela muy fina, es muy cómoda al tacto pero me quedaba bastante grande, pues mis manos no alcanzan al salir de la prenda. Levante la mirada y la fije en el hombre en la habitación.

– Mi ropa... tú... ¿tú la cambiaste? – Trataba de sonar serio pero no pude evitar el tartamudeo por la vergüenza, no podía imaginarme que otro hombre me desvistiera y viera mi cuerpo desnudo mientras yo estaba inconsciente, era demasiado vergonzoso y hasta tétrico.

– No, si bien yo lo traje hasta la habitación y trate sus heridas, el Jefe fue quien le puso una de sus pijamas, aunque es muy extraño que fuera tan considerado, hasta lo dejo dormir en su cama. Si no lo viera con mis propios ojos no lo creería. – Lo dijo poniendo una cara de asombro, no entendía a quien se refería con ¨Jefe¨ ¿De verdad se trataba de Byron? Ese chico extraño de mirada acaramelada... tendría que preguntar.

– Byron, a quien usted se dirige como Jefe ¿se trata de Byron? –

– Así es, aunque es extraño que lo llames por su nombre... ¿Él te lo dijo? –Asentí con la cabeza, el hombre al entender mi respuesta cambio su expresión tranquila por una de asombro y se quedó mirándome pensativo inspeccionando mi persona como buscando la respuesta a alguna gran interrogante, lo que me hizo sentir aún más incómodo, así que hable para distraerme o distraerlo un poco.

– ¿Donde esta él? – Pregunte algo inseguro.

– En la oficina atendiendo algunos asuntos. – Saco su celular, tecleo algunas cosas y después lo aguardo. Lo mire con cuidado, casi con sospecha, la verdad no sabía que esperar, después de todo estaba en un lugar desconocido... otra vez. – Solo le he enviado un mensaje avisándole que has despertado, el me ordeno avisarle cuando eso sucediera. Además no debes preocuparte por mí, el Jefe me ha ordenado cuidarte y no moverme de tu lado, así que eso hare. – Leyó mi mente perfectamente, aunque supongo que mi expresión de desconfianza me delato.

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