Capítulo XXII. Un poco de placer - En una fuente en el jardín

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______________________ POV Byron _____________________

–Espero que me tengas buenas noticias Byron. –Dijo Donovan mientras entraba a mi despacho sin tocar y yo en automático le lance un cenicero... bastante caro debo añadir, que se encontraba sobre mi escritorio hasta hace unos instantes.

–Tsk... bastardo presumido. –Renegué molesto pues el muy maldito lo esquivó ¿Qué pasa con esos reflejos? Ya sabía yo que alguien como el azabache no podía ser humano. – ¿Podrías dejar de entrar a mi despacho como si fuera tu casa? –Le pregunte molesto y frunciendo el ceño.

–No. –Me respondió sonriendo de lado... como me molesta esa sonrisa, me recuerda a cuando él y yo... y el muy maldito hizo... y yo no podía...

–¿Recordando algo interesante? –¡Hijo de puta! ¡Detesto que me lea así!

–¡Vete a la mierda Donovan! –Le dije enojado mientras me ponía de pie dispuesto a largarme

–¿Me tienes noticias sí o no? –Me pregunto sentándose.

–No te diré nada, eres jodidamente molesto. –Gruñí mientras tomaba la perilla de la puerta.

–¿Enserio? Creí que teníamos un trato... que decepcionante que el líder de ALBA no cumpla con lo convenido... deja mucho que desear de la organización. – ¡Eso es todo! ¡Voy a matarlo!

Me gire de prisa con la intención de lanzármele encima y propinarle unos cuantos golpes cuando la expresión de azabache me sorprendió, miraba un punto en el espacio con expresión distante... algo pasaba.

– ¿Me dirás lo que vengo a escuchar o me seguirás haciendo perder el tiempo?– Su voz me saco de mis pensamientos, me había quedado quieto y ahora Donovan esperaba una respuesta.

–En pocas palabras, Aldridge lo acosaba. –Vi a Donovan enarcar una ceja. –Conversé con él un rato y me hablo sobre que él estaba interesado en Kerem pero este no le daba ni los buenos días. –Me reí al imaginarlo con ese ceño fruncido. –Aldridge no estaba dispuesto a rendirse y luego de eso el chico desapareció... ahí es donde entras tu... maldito secuestrador. –Murmure lo último sabiendo que él me escucharía.

–¿Le hizo daño? –Su pregunta sí que me descolocó y me hizo ponerme serio.

–No me iba a decir si le metió mano al gatito si a eso te refieres... pero si es así... –Sonreí imaginándome moliéndolo a golpes hasta hacerlo escupir sus órganos.

–De ser así yo me haría cargo. –Me acerque hasta él, coloque una mano en el respaldar de la silla y me incline hasta que nuestras caras quedaron muy cerca.

–¿Y porque lo harías tú? –Le pregunte en un tono frio, lo único que me faltaba era que Donovan se interesara por mi gatito.

–Porque Sadler me pertenece. –Me quedé helado.

–¡Te atreviste! –Le grite lanzándole un puñetazo a la cara que el interceptó para arrojarme encima del escritorio, sujetando me cuello y colando su cuerpo entre mis piernas para acercarse a mi rostro. –¡Me engañaste! ¡Nunca planeaste devolvérmelo! ¡Eres un canalla hijo de puta! –Le grite removiéndome, maldita la hora en que mande a John a hacerse cargo de un asunto en la Zona Oeste de la ciudad.

–Quédate quieto. – Su voz era fría. Me quede estático Donovan provocaba miedo cuando se ponía así y aunque quiera hacerme el valiente la verdad es que me da escalofríos cuando te observa con esa expresión de ¨dame un pretexto para matarte¨– Declare a Sadler como mío, es algo de lo que hablare en la junta que se aproxima pero a diferencia de lo que piensas, lo hice por su bien... tenía un problema con mis chicos en KAN, básicamente querían matarlo y no encontré otra medida más efectiva que esa para que no lo hicieran. –Este día lloverían lanzas, era más que extraño que el azabache diera explicaciones.

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