Profundo

Capítulo XI. Visitas

______________________ POV Narrador _____________________

– Donovan ¿Qué haces aquí? – Dijo el castaño abriendo la puerta tan pronto como vio al azabache sin siquiera saludar, se detuvo enfrente del pelinegro que se encontraba de pie junto con cinco hombres más en su despacho, Donovan y Byron en un evento casi sincronizado acababan de llegar a la habitación y para el líder de ALBA no pasó desapercibido los gritos que provenían de la misma, al parecer tres de sus hombres y los dos guardias del líder de KAN habían tenido una discusión. Dirigió una fugaz mirada para que se retiraran a sus subordinados quienes parecían estar bastante enojados, dejando únicamente con él a John quien venía detrás de él al entrar.

– ¿Esa es la forma de atender a tus invitados? Esperaba otra cosa del líder de ALBA– Contesto con una sonrisa pero por alguna razón su mirada parecía cortar como un cuchillo, susurrando una advertencia. Byron encaro a Donovan, su postura era recta e intimidante, dejaría en claro que estaba en ¨Su Casa¨, estos eran dominios de ALBAy no se dejaría amedrentar ni por el azabache ni por nadie, después de todo era tal y como había dicho el de ojos negros, él era Byron Reed líder de ALBA.

– No me hagas reír Donovan, tus hombres han entrado sin siquiera anunciarse a armar un alboroto, como el líder deberías controlar más a tu gente si pretendes ser recibido con amabilidad por mí – El azabache dirigió una mirada neutra al castaño para después dirigirla a los dos hombres que lo acompañaban.

– Les permití que entraran antes que yo y no han hecho más que causar molestias, espero que estén preparados para las consecuencias – Sus palabras tensaron a los dos hombres a su espalda vestidos en trajes negros, su escolta personal, pero ninguno replicó. – De acuerdo, una vez arreglado eso... he venido a solicitar los servicios de ALBA – Donovan señalo el escritorio detrás del castaño con un movimiento de su mano, invitando a Byron a tomar asiento. El líder de ALBA cambio su expresión a una más seria y tomo asiento detrás del escritorio manteniendo su postura recta, demostrando de esta manera que hablaría como la cabecilla de la organización, siguiendo los movimientos de su Jefe, John se situó detrás del castaño a su lado derecho. Una vez que Byron tomo su lugar, Donovan hizo lo mismo sentándose en la fina silla frente al escritorio.

El despacho de La Madriguera (donde se encontraban en ese momento, una de las bases principales de ALBA) era muy amplio, cayendo casi en lo innecesariamente grande, con las paredes pintadas de rojo vino. En el fondo de la habitación del lado derecho se encontraba una serie de costosos sillones negros formando una ¨sala¨ en donde sus subordinados de confianza compartían con el líder de ALBA la información relevante de cada uno de sus sectores, nuevas noticias, el progreso de sus trabajos, en fin era un lugar donde se compartían información con el Jefe pero de una forma menos formal, un privilegio del que solo un puñado gozaba.

En la pared del lado izquierdo se encontraba un enorme mapa de la ciudad cuya finalidad principal era dar a entender a los invitados el dominio de la organización de ALBA en la misma, sutil pero efectivo. Toda la habitación estaba tapizada por alfombras persas de alta calidad en tonos beige y almendra, y finalmente en el centro un enorme escritorio de madera fina. Sin duda la decoración exuberante del despacho demostraba la extravagancia del líder de ALBA.

Amos hombres al verse sentados frente a frente guardaron silencio por algunos segundos, el azabache observaba fijamente al castaño lo que molestaba a este último pero sin dárselo a demostrar manteniéndole la mirada, ganándose una sonrisa burlona de parte de Donovan, el castaño comenzaba a impacientarse hasta que el pelinegro por fin hablo, lo hizo con una voz baja pero especialmente firme.

– Byron, necesito que encuentres a alguien y lo traigas ante mí, su nombre es Kerem Sadler. Estoy seguro de que tal encomienda te resultara por demás sencilla. – La mirada de Byron era estoica, ambos actuaban fríamente tal y como lo hacían siempre que hablaban de negocios.