Capítulo XXXV La moneda esta en el aire

53 6 1
                                    

______________________ POV Byron _____________________

—Escucha Kerem... sé que esto se ve mal, pero todo tiene una explicación. —Intente ser conciliador pero los ojos cristalinos del castaño me miraron con rabia contenida. Guarde silencio sin saber que hacer o decir para remediar el malentendido.

—¿Desde cuándo? —Preguntó de pronto, parecía más calmado aunque eso era una fachada, la tensión de su cuerpo dejaba en evidencia que había pasado de la impresión a sentirse profundamente molesto.

—Byron y yo no tenemos la clase de relación que te has imaginado. —Sentencio Donovan con voz calmada pero firme, parecía que estaba tomando el asunto con tranquilidad pero algo me decía que no debía confiar del todo en que la paciencia del azabache sea inagotable.

—Sé que se ve mal Kerem pero solo estábamos charlando, una conversación extraña pero solo eso...—Intente explicarle con precaución.

—Yo los vi...—Espetó enseguida para dirigirme una mirada furiosa y avanzar un par de pasos hacia mí. —¡Me han estado viendo la cara! —Bramó mirándome herido y furioso a partes iguales.

—Kerem... trata de calmarte y escucha, es imposible que Donovan y yo...—Fui interrumpido de nuevo.

—¡Cierra la boca! ¡Deja de tratarme como si fuese estúpido! —Me congele un momento mientras él tomaba aire sin apartar su mirada de mí, una mirada que trasmitía coraje y repugnancia logrando calar en mi pecho.

—Es suficiente. —La voz del azabache rompió el tenso silencio obteniendo la atención del de ojos verdes. —La situación es complicada, pero si quieres entender tendrás que escucharnos. —Una risa irónica salió de sus labios y yo me tensé.

—¿Van a explicarme...?—Pregunto alargando la frase con ironía, como si no pudiese creer lo que decía. —¿Debo entender que en esa explicación vendrán incluidos los sucios detalles? —Continuó con el mismo tono para volver su mirada hacia mí, podía verlo, estaba siendo hiriente a propósito y carajo que lo estaba logrando. —Porque de pronto me ha dado curiosidad... Díganme ¿Qué tan bueno fue? —Tense la quijada..—Tu...—Comenzó a decir y allí perdí la poca paciencia que tenía.

—Piensa bien en lo que vas a decir Kerem Sadler...—Le advertí entre dientes. — Comprende bien en donde estas, cuál es tu posición y frente a quienes estás hablando. —No fue necesario elevar mi voz, el tono frio, la postura firme y mi mirada fueron suficientes para dejarlo sorprendido por el cambio tan abrupto de personalidad, no deseaba intimidarlo pero esto ya me había sobrepasado.

—Byron, no es necesario hacer esto. —Me riño Donovan dándome una mirada de advertencia a lo que yo fruncí el ceño.

—Me está llamando zorra y eso no se lo voy a permitir ni siquiera a él. —Mi mirada se clavó de nuevo en los ojos verdes con determinación y enojo. —En este momento solo somos nosotros tres en esta habitación Donovan... pero un arranque de esta naturaleza en el lugar incorrecto nos costara caro a todos. —Le advertí al azabache sin dejar de ver a Kerem. Le quería y ahora daba por hecho que Donovan también tenía sentimientos por él, pero este era el Bajo mundo, no podíamos seguir consintiéndolo así, ambos somos poderosos líderes y si esto llegase a pasar en otro lugar las cosas no terminarían bien. Suspire con pesadez sintiendo la estúpida migraña querer desintegrar mi cabeza.

—Estábamos poniendo las cosas en claro cuando tu entraste aquí... si en verdad te preocupa, aparte de esa cercanía solo le he dado un beso. —Le dije con una mirada pesada que sabía le amedrantaría al menos un poco, casi retándolo a volver a gritarme.

—Byron...—Volvió a llamar Donovan.

—Le estoy dando explicaciones, eso es todo. —Le calle prácticamente. —Solo nos acostamos una vez. —Le solté de pronto en algo parecido a una venganza infantil, me habían dolido sus miradas llenas de desdén, supongo que las malas costumbres permanecen en mí, pues puedo ser cruel incluso con él.

ProfundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora