Capítulo V Dolor

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Grité, lo hice lo más fuerte que pude, alcé mi voz tan alto como jamás imagine hacerlo, deje que la desesperación me invadiera y se apoderara de mí, me tenían hincado y tan bien sometido que ya no podía sentir mis brazos, había logrado zafarme en más de una ocasión de sus agarres ganándome una puñalada en el costado izquierdo para que me quedara quieto, la impotencia hacia estremecer mi cuerpo en dolorosos espasmos, no podía hacer nada... solo observar y gritar, tal como lo estaba haciendo mientras sentía como mi camisa se iba empapando de un liquido caliente, no sé cuándo es que las lagrimas comenzaron a fluir de mis ojos, tal vez fue desde que aquel bastardo desgarro la camisa de Nathan dejando la mitad de su cuerpo desnudo y expuesto ante su oscura mirada o quizás fue después de ver como se posicionaba detrás de mi amigo para liberar su miembro erecto y comprendí por fin lo retorcidas de sus intenciones. Transcurrían los minutos y mi voz no dejaba de retumbar en aquella bodega, lo ecos parecían tener la intención de destrozar las paredes sin lograr conseguirlo, aún cuando lo maldije una y otra vez en medio de exigencias porque lo liberara, no logre que ni siquiera me mirara. Mi garganta me dolía desde el primer grito y al transcurrir los minutos el dolor se había vuelto insoportable por lo que mi voz sonaba quebrada, aunque el llanto tampoco ayudaba mucho a que sonara clara.

Era tan doloroso, tan terrible y tan frustrante, permanecer frente a mi amigo, a quien considero mi hermano menor, presenciando como ese hombre lo violaba... deseaba morir, no sin antes matar a ese desgraciado que brutalmente abusaba de Nathan. Nunca creí llegar a odiar tanto a una persona en mi vida y ahora me sorprendía con el sincero deseo que sentía de matar a ese sujeto de ojos negros con mis propias manos. Aunque ver lo que estaba sucediendo frente a mi me causaba un enorme sufrimiento no gire el rostro, en ningún momento desvié la mirada, no lo iba a ignorar ni tampoco iba a dejar que el rubio sufriera solo, estaba consciente de que no podía hacer nada mas, pero esta vez... esta vez no lo dejaría solo, aunque me quebrase por dentro.

______________________ POV Narrador _____________________

El alto hombre de mirada oscura, arremetía contra el cuerpo de un chico de cabellos rubios que se encontraba con rodillas y manos en el piso, con una mirada que no era de lujuria, sino de frialdad que helaba los huesos, de vez en cuando lanzaba miradas hacia otro chico sin que este lo notara, el cual se encontraba sometido de rodillas en el suelo y no paraba de gritar mientras lloraba por el rubio, parecía sentir atracción por ese joven pero aun así se encontraba violando al chico rubio, lo penetraba con la única intención de humillarlo y lastimarlo, la sangre que goteaba de la entrada del menor lo probaba. La escena era presenciada por un grupo de hombres que disfrutaban del sufrimiento del rubio de ojos azules, en sus miradas se leía el deseo de causarle más daño al chico, mas y mas del que ya estaba sufriendo.

Al principio el rubio trato de ahogar los gritos de dolor que le provocaba ese enorme miembro que entraba a la fuerza desgarrando su interior, parecía estar más preocupado por su amigo que contemplaba la escena con horror, pero la agonía que las fuertes penetraciones le causaba le hicieron derramar lagrimas y lanzar gemidos lastimeros que trataba con todas sus fuerzas de impedir, enseguida sintió la sangre deslizarse por sus piernas, cuando se armo de valor levanto su mirada del suelo para fijarla en los ojos verde esmeralda de su amigo frente a él, derramando unas lagrimas más gruesas que las que se habían estado escapando de sus ojos hasta ese momento.

_______________________ POV Kerem __________________________

Hasta este momento Nathan había estado agachado, podía ver las huellas que sus lagrimas dejaban en el suelo bajo el, pero de pronto vi a mi amigo levantar la cabeza, lo mire a los ojos con el dolor seguramente reflejado en mi mirada, en un segundo trate de cambiar mi expresión, ya que decidí que lo mejor era mostrarme lo mas compuesto que podía en esa situación, debía verme fuerte para él, ser su apoyo y no una carga, pero creo que no lo logré pues al verme Nathan pareció llorar mas, no sabía que decirle un ¨todo está bien¨ me parecía casi un insulto, pero entonces no escuche hablar, lo intentaba mientras ese monstruo no cesaba sus estocadas bestiales.

– Lo sien..to – Decía mientras me miraba a los ojos llorando, no comprendía porque se disculpaba otra vez, no era su culpa. No lo estaban violando por su culpa. ¡NADA DE ESTA SITUACIÓN ERA SU CULPA! Me llene de ira al escuchar su disculpa, no pude evitar lanzarle una mirada de odio a ese maldito monstruo de ojos oscuros, deseando matarlo. A lo que el sonrió de forma retorcida, para dirigirse a Nathan.

– Que bueno que lo entiendes, creí que no sentirías remordimiento, aunque siendo sinceros eso no me sirve de nada. – al decir estas palabras sujetó con brusquedad las caderas de Nathan para penetrarlo con más fuerza, estaba a punto de gritar todos los insultos que guardaba para él con odio, cuando continuo hablando – Te lo has buscado y no puedo imaginarme un mejor final para ti que este. Es lo justo. Por cierto, me pregunto qué hare con este chico... – Esto último lo dijo mientras me observaba con desprecio. Su mirada me hizo estremecer, sin duda esa oscuridad prometía un infierno que no alcanzaba a imaginar, pero intente no dejarme intimidar pues era más el odio que sentía hacia él que el mismo miedo que me podía provocar, así que le mantuve la mirada desafiándolo. Nathan se sorprendió y abrió los ojos con horror, para hablar entre sollozos suplicantes.

– No... a él no, por favor, por fa..vor, a Kerem no le hagas daño... él no tie..ne nada que ver... te lo ruego, a Kerem no, a él no... – su suplica me desarmó por completo, no lo podía dejar que él, que estaba sufriendo tanto, suplicara por mí, eso no.

– ¿Qué sucede? ¿Lo querías solo para ti? Acaso lo estabas reservando para una ocasión especial o algo así... o solo estas mintiendo. – lo dijo de manera susurrante en el oído del rubio y aunque lo pude escuchar con claridad, no podía seguir la conversación, pues no entendía a que se refería.

– No... a ti yo nunca... nunca – me decía con sus ojos azules ahogados en lagrimas, me quede observándolas recorrer sus mejillas aun sin comprender lo que me decía, que apenas pude escuchar un susurro que vino de ese monstruo de ojos negros, algo así como un ya fue suficiente.

Después lo que hizo después, todo quedo en silencio, sencillamente no sabía cómo reaccionar, siquiera podía digerir lo que acababa de ver, mi garganta se quedo sin voz y mis ojos sin lagrimas, tan solo me quede ahí pasmado, viendo como Nathan se desangraba en el suelo, ni siquiera vi cuando saco eso de su bolsillo o de donde fuera que lo sacó, lo que entendí fue que aquel hombre mientras embestía a Nathan, tomo sus rubios cabellos jalándolos hacia atrás dejando expuesto su fino cuello para abrir su garganta de lado a lado con lo que parecía ser una navaja.

Todo lo que paso después se volvió borroso y confuso, vi a los hombres que antes me sujetaban discutir con aquel hombre de ojos como el abismo... Donovan, creo que uno de ellos lo llamo así, estaba en el suelo con la cara en el piso observando el cuerpo sin vida de Nathan que yacía en medio de un gran charco de sangre, era como ver el infinito... mi mente divagaba y todo lo que ocurría a mi alrededor me era tan lejano... de pronto el dolor logro despejarme un poco, me encontraba de nuevo en el suelo y creí escuchar crujir mi hombro al caer, porque al parecer salte por una ventana. Creo que voy entendiendo, los sujetos estaban discutiendo y ya no me prestaron atención, entonces me puse de pie y me adentre al laberinto de pasillos formados por enormes cajas en esa inmensa bodega, subí una pila de esas cajas que estaban cerca de una ventana y como pude me lance desde ella, ahora me dio cuenta que como mínimo me disloque el hombro pues eran poco mas de 6 metros, ahora que me encuentro afuera...

¿Qué estaba haciendo aquí? Siento que olvido algo importante... ¿tenía que hacer algo...? – Intento levantarme pero no lo logro hasta el tercer intento, parece ser que tengo lastimado el tobillo, las costillas y por alguna razón sangro de un costado además del terrible dolor en mi hombro izquierdo, aunque en general mi cuerpo se sentía destrozado – ¿Qué diablos paso?

De pronto un escalofrió recorrió mi columna y el recuerdo de un par de ojos absurdamente negros llegó a mi mente, logrando que me invadiera el miedo... no, esto no era simple miedo, era pánico. Comencé a andar tratando de no caer en medio de la fría noche, solo la Luna me observaba. No sabía en donde estaba, la cabeza me daba vueltas y sentía que el cuerpo en cualquier momento dejaría de responderme, pero algo en mi interior me pedía a gritos desesperados alejarme del lugar en donde me encontraba y mis pies parecían moverse solos atendiendo esa llamada.

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