Profundo

Capítulo VI Desesperación

_______________________ POV Kerem __________________________

Me debatía en medio de la inconciencia, tratando de decidir a qué lugar dirigirme, si seguir durmiendo y dejarme llevar por completo por esta inconsciencia que ahora me parecía de lo más dulce y agradable o simplemente despertar. Quería seguir durmiendo... tenía esa molesta sensación de que si abría los ojos me arrepentiría, de que me encontraría con algo terrible y sencillamente me sentía agotado, por lo que no quería enfrentar lo que fuera que me esperara en ese lugar llamado conciencia y realidad. Cuando al fin me decidí por la opción más cómoda: seguir durmiendo, un sentimiento de vacío parecido a la tristeza seguía molestándome y me preguntaba por qué, hasta que una imagen llego a mi mente... una sonrisa retorcida y un par de ojos tan negros como el abismo.

Desperté, lo hice en un instante como cuando te despiertas de una pesadilla, con esa misma desesperación, con la diferencia de que yo despertaba para entender que esa pesadilla no se quedaría como tal, como un mal sueño del que puedes escapar al despertar a la realidad, no señor... él era real, esta era mi realidad. Al despertar de forma intempestiva mi reacción fue sentarme en un solo movimiento. Grave error. El dolor inundo mis sentidos dejándome aturdido, tuve que apretar la mandíbula para evitar gritar, las lágrimas se agolparon en mis ojos amenazando en salir pero como pude aguante sin derramar ninguna. Cuando me acostumbre al dolor, porque el dolor no se fue a ningún lado, se quedó conmigo al pasar lo minutos y entendí que se quedaría conmigo, en ese momento me di cuenta de mi estado: estaba destrozado.

Intente moverme para cerciorarme de que mis extremidades estuvieran en su lugar y pude percatarme del mal estado en el que me encontraba, lo que no entendía era... ¿Por qué estaba vendado? Parecía haber recibido atención médica los vendajes y el olor a alcohol en la habitación me lo decía, sumándole el hecho de que seguía con vida a pesar de la terrible pérdida de sangre provocada por la herida en mi costado izquierdo... espera ¿habitación? Por primera vez le prestaba atención a mí alrededor, me encontraba en una gran cama en medio de una pulcra habitación de paredes blancas con detalles grises, observe las dos puertas que estaban en esa estancia, una justo frente a la cama y otra en esa misma pared del lado izquierdo, aun lado de lo que parecía ser un enorme ropero, además del ropero solo había una pequeña mesa aun lado de la cama como únicos muebles.

Solo habían pasado unos minutos desde que desperté y me incorpore en la cama, mi situación era incierta. No sabía dónde estaba, estaba empezando a recordar con mayor claridad el momento en que perdí la conciencia y sin duda alguna ese monstruo... Donovan, me había dado alcance, eso era lo último que recordaba, su mirada y sólo eso bastaba para helarme la sangre. Estaba asustado y mi respiración comenzaba a ser cada vez más rápida y errática, traté de tranquilizarme y pensar con calma.

– No tengo tiempo para pensar cómo es que llegué aquí o por qué, primero debo encontrar la manera de salir de aquí y ponerme a salvo – Había llegado a un acuerdo conmigo mismo cuando pude escuchar un murmullo proveniente desde fuera de la puerta que estaba frente a mí. – Esa debe ser la salida, entonces la otra puerta seguramente es la del sanitario... No alcanzo a escuchar lo que dicen... parece una sola voz, quizás es alguien hablando por teléfono... – Puse toda mi atención a trata de escuchar lo que se decía del otro lado de esa puerta cuando para mi desgracia pude reconocer su voz, era Donovan. Estaba justo detrás de esa puerta, él se encontraba a unos pasos de mi... al darme cuenta de eso el pánico se apodero de mí, me sentí frágil e indefenso y un recuerdo que había tratado de apartar de mi mente desde que desperté me asalto con toda su fuerza...unos ojos azules ahogándose en lágrimas y sangre, mucha sangre.

– Nathan... – Apenas pude pronunciar por el nudo en la garganta que parecía no querer dejarme respirar, las lágrimas de dolor que valientemente evite derramar hace unos momentos, fluyeron como una cascada sin problema alguno... tristeza, impotencia, rabia y desesperación fue lo que sentí reunirse en mi pecho superando por mucho el dolor físico que me aquejaba, el dolor emocional de haber perdido a mi mejor amigo me aplastaba. No quería aceptarlo, una parte de mí no lo podía creer, no terminaba de entender todo lo que paso... no había explicación lógica que me ayudara a entender y mucho menos alguna que me brindara algún alivio, pues habían asesinado a mi amigo.

Sentía el corazón destrozado, era una pesadilla... maldita la hora en que desperté. No podía manejar lo que pasaba, los recuerdos eran nítidos y crueles, no hacían más que aumentar el dolor, sentía que no podía con el peso de las emociones que estallaban en mi pecho con cada recuerdo del rubio siendo torturado por ese monstruo, la impotencia y la culpa me estaban desmoronando... estaba tan sumergido en el dolor de tan terribles recuerdos que no me percate de una presencia en la habitación.

– Así que al fin despiertas... me has causado muchos problemas. – Donovan. Su voz resonó en mi cabeza y no pude evitar clavar mi mirada en la suya, tan oscura que seguramente era el reflejo de su propia alma... si es que alguien tan desalmado tenía una.

_______________________ POV Donovan __________________________

Colgué el teléfono y fije mi vista en la puerta de la habitación, ese chico no despertaba, con la transfusión de sangre debió ser suficiente para que se recuperara, aunque tenía varias fracturas el doctor dijo que el efecto de los sedantes pasarían pronto.

– No puedo creer que haya saltado por la ventana... creo que es idiota, aunque después de lo que vio es obvio que se encontraba en shock cuando escapó – Una sonrisa se dibujó en mi rostro, diminuta y casi imperceptible – ¿Quién diablos escapa saltando más de 6 metros de altura en estado de shock y una puñalada en un costado? – Abrí la puerta esperando ver al chico de ojos esmeralda aun dormido, pero para mi sorpresa se encontraba consiente e incorporado en la cama, aunque claro me desconcertó encontrarlo escondiendo su rostro entre sus manos llorando. Sonreí – Como si las lágrimas resolvieran algo, llorar no lo traerá de vuelta... me asegure de que no lo hiciera, nunca más. –

– Así que al fin despiertas... me has causado muchos problemas – Lo dije sin la sonrisa en mi rostro, quería verlo a los ojos, intimidarlo y que me dijera la verdad, los muchachos lo querían muerto, pero yo aún no estaba seguro de que papel desempeñaba este chico en todo esto, no podía matarlo sin saber la verdad... ¿Quién era él y que relación tenía con Nathan Hollins? Al escuchar mi voz se estremeció y levanto su rostro de forma lenta, esperaba ver miedo en su mirada pero no fue así, una vez más me sorprendió – Es lo mismo que en la bodega, no solo me sostiene la mirada también puedo ver esa chispa de coraje y fiereza en esos ojos verdes... ¿Quién eres? De eso dependerá lo que haga contigo – Lo mire por unos segundos más, esperando que se acobardara pero lo que hizo después... pude esperarme cualquier cosa menos eso.