CAPITULO 6

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Ichigo finalmente había encontrado la extravagante tienda Love Dead. No cabía duda de que destacaba respecto a los demás comercios de la calle comercial de la vieja Pasadena. Aunque la fachada exterior era similar a la de los demás comercios, su enorme cartel con un negro corazón roto y las chillonas letras en color verde fosforito lo hacían único. Sus grandes escaparates estaban repletos de multitud de aquellos amenazantes osos en diferentes tamaños, y todos ellos parecían reírse de él. También había unos imaginativos bombones de chocolate en forma de trasero, unas ofensivas tarjetas y alguna que otra cesta floral llena de cardos.

Una joven bastante atractiva, ataviada con unos raídos vaqueros y una original camiseta negra en la que había impresa la palabra «Muérdeme» llamó su atención, mientras colocaba un tanto distraída un adorno en la fachada exterior de la tienda. Su larga melena negra con algún que otro reflejo y sus hermosos ojos lo impactaron, así como su rostro, tan hermoso y angelical como el de una de aquellas muñecas de porcelana francesa que su madre siempre le prohibía tocar cuando era niño.

Semejante mujer no debería estar trabajando en una tienda tan vulgar. Tendría que estar envuelta en sedas, más concretamente en las sábanas de seda blanca de la cama de Ichigo. La camiseta que cubría sus suculentos senos hacía que la impertinente palabra quedara en un lugar que cualquier hombre con sangre en las venas desearía morder. Los gastados vaqueros marcaban su bonito trasero, con el que Ichigo ya empezaba a fantasear, y que en esos instantes estaba en una posición muy sugerente, al intentar colocar la caricatura de un aniñado Cupido, utilizando una desvencijada escalera que la hacía mantener un precario equilibrio.

—¡Perfecto! —exclamó satisfecha la atractiva chica, perdiendo pie en el proceso de la celebración.

Ichigo fue a ayudar instintivamente a la delicada joven, pero ya fuera por mala suerte o porque sus pensamientos se habían adelantado a sus acciones, su mano acabó en el trasero de ella, al evitar que cayera de bruces al suelo. En el mismo instante en que su mano se posaba en tan sugerente sitio, ella se volvió furiosa, destilando odio, y en el preciso momento en que habló, Ichigo supo por qué trabajaba allí.

—¡Si no quita ahora mismo sus manos de mi trasero, se las corto! — amenazó hecha una furia, fulminando a Ichigo con la mirada.

—Lo siento, señorita, sólo intentaba ayudarla a no caerse —se disculpó él, esbozando una de sus hermosas sonrisas que tanto encandilaban a las mujeres.

—¡Claro, y su acto altruista tenía que socorrer precisamente a mi trasero! —replicó la chica, desechando rápidamente sus disculpas, mientras bajaba de la escalera.

—Ha sido un gesto instintivo... —intentó disculparse Ichigo nuevamente.

—Y si estoy a punto de caerme por un precipicio, ¿qué hará instintivamente? ¿Me cogerá las tetas? —respondió ella groseramente, acabando con las buenas intenciones de él.

—No, señorita, después de ver su carácter tan agradable, la dejaría caer —replicó, perdiendo definitivamente la paciencia—. No obstante, he venido aquí por un asunto de negocios y me gustaría hablar con la dueña del local, así que, si me hace el favor de avisarla, le estaría muy agradecido — concluyó tajante, intentando poner a la joven en su lugar.

Ella le dirigió una mirada de desprecio antes de entrar en la tienda y, cuando salió de nuevo, llevaba un arma que cargaba despreocupadamente mientras se dirigía hacia él.

Lo miró desafiándolo a que aguantara el tiro y Ichigo le sonrió burlonamente, seguro de que no era capaz de hacer nada con aquella arma que, al mirarla detenidamente, vio que era de aire comprimido.

La joven lo miró furiosa, levantó la pistola y disparó imperturbable a la cabeza del Cupido que se hallaba expuesto y sonriente en la parte más alta de la fachada de la tienda.

HASTA QUE EL AMOR NOS SEPARE (adaptación ichiruki )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora