CAPITULO 34

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—Evidentemente, no lo sé todo sobre Ichigo , como él tampoco lo sabe
todo sobre mí, pero con el día a día iremos conociéndonos mejor.
Cuando Ichigo lo crea conveniente, me revelará sus secretos —respondió Rukia , con plena confianza en el hombre del que se había enamorado.
—Me dijiste que tenías que decirle algo importante cuando estuvierais
solos, ¿verdad? —preguntó kaien , en el momento en que la música cesó y
todas las parejas de bailarines comenzaron a alejarse.
—Sí, pero ahora está ocupado.
—He visto a Isshin Shiba ir hacia su despacho. Lo más seguro es que Ichigo esté con él, disfrutando de un caro licor. ¿Por qué no vas a reunirte
con tu amado?
—Gracias, Kaien —respondió Rukia alegremente, mientras lo besaba
en la mejilla.
—Rukia , nunca he querido hacerte daño —dijo él, antes de dejarla
marchar.
—Pero ¡Kaien! Si tú siempre me has ayudado —intentó animarlo ella,
al verlo tan decaído.
—Hasta ahora... —susurró el despechado enamorado, viendo a Rukia alejarse hacia la revelación de la cruda verdad de su relación.
Mientras subía en el ascensor que me llevaría junto a Ichigo, sólo podía
pensar en el regalo que guardaba en mi pequeño bolso de mano.
Había decidido confiar plenamente en él, declarándolo único vencedor
de la apuesta. Bromearía con la idea de entregarle mi pequeño negocio y
luego le confesaría que estaba tan enamorada como cualquiera de los
clientes que acudían a su tienda. Confiaba tanto en que Ichigo sería el único hombre que jamás me haría daño, que estaba dispuesta a darle lo más preciado que tenía como muestra de mi amor.
En el bolso también guardaba un pequeño llavero con una foto de
ambos, para darle como regalo de Navidad. Se trataba de algo simple y
barato, pero hecho con cariño. Seguro que él sabría apreciarlo, y, si no,
bromearía con ello para no ofenderme, como había hecho con el gigantesco oso, que, ante el asombro de todos, no se negó a colocar en su apartamento.
En cuanto comencé a acercarme al despacho, tuve un mal presentimiento y no pude dejar de pensar en el extraño comportamiento de kaien . Era como si supiera algo que no se atrevía a contarme, algún oscuro
secreto de Ichigo que yo debía saber a toda costa.
¿Estaría Ichigo con otra mujer? Tal vez antes de salir conmigo hubiera
tenido muchas amantes, pero desde que lo conocí, sabía que sólo tenía ojos para mí, aunque no parecía ser muy bueno a la hora de dejárselo claro a otras féminas. Tal vez fuera hora de ponerle un cartel de «Novio», de «Ocupado» o algo así, para que las mujeres dejaran de acosarlo y supieran que era propiedad privada. Sin duda alguna, ése era uno de los temas de los que debería hablar con él cuando le diera mi regalo.
Estaba ya a la puerta del despacho, con la mano en el pomo, cuando oí
que Ichigo aún seguía reunido. Me dispuse a marcharme, pero mi nombre asomó en la conversación despertando mi curiosidad, así que entreabrí la puerta lo suficiente para escuchar mejor y presté atención a lo que hablaban aquellas dos conocidas voces. En el mismo momento en el que lo hice, supe que oiría algo que no me gustaría saber.
—¡Tú únicamente tenías que encargarte de mantenerla lejos de mi
banco! ¡Por Dios, eres mi hijo! ¿Por qué no has seguido el plan como lo
trazamos en un principio? ¡Tú la enamorabas y la alejabas de ese estúpido negocio! ¡Lo tenías en bandeja cuando ella hizo contigo ese trato! ¡Tíratela! ¡Enamórala! ¡Haz lo que quieras con ella, pero mantenla lejos de mí! —le gritó Isshin shiba a Ichigo .
—Con ella, ese absurdo plan nunca hubiera funcionado... —contestó el
hombre al que amaba y que ahora veía que sólo había jugado conmigo.
Después de eso no quise oír más y cerré la puerta del despacho. Me
alejé lentamente con la cabeza levantada, aguantándome las lágrimas hasta el ascensor. En el momento en que salí de él, otro mentiroso me esperaba con impaciencia.
—Rukia , yo...
—kaien , estoy totalmente de acuerdo con una cosa que te dijo tu padre
en una ocasión: ¡todos sus hijos son dignos sucesores de su apellido! —le
solté rencorosamente, despreciándolo con la mirada.
—Rukia , no quería hacerte daño... —intentó excusarse él, cogiéndome
la mano, algo que yo rápidamente rechacé.
—Pues lo has hecho, ¡y mucho! ¡No olvides reunirte con tu padre y
con tu hermano! Seguramente ahora estarán celebrando su victoria.
—Rukia , ¡te quiero! —confesó kaien , procurando detener mis pasos
hacia la salida.
—¿Sabes?, he oído mucho esas palabras últimamente provenientes de un shiba . Al principio me emocioné, pero ahora ya no me las creo.
—Rukia , ¿adónde vas? —quiso saber él, con la preocupación reflejada
en su rostro.
—¡A daros lo que más queríais! —anuncié decidida.
—¡Por favor, no hagas una locura! —me advirtió kaien , intentando
hacerme entrar en razón.
—¡Demasiado tarde! Ya la he hecho: ¡me he enamorado de tu hermano! —repliqué, saliendo de aquel asfixiante lugar.
Cuando encontré un taxi, le di la dirección y me derrumbé en el asiento trasero, dejando salir todas mis lágrimas y el dolor de haberle dado finalmente mi corazón al hombre inadecuado. No sé cuánto tiempo estuve llorando en aquel viejo vehículo, sólo recuerdo que el hombre que lo conducía se volvió hacia mí, preocupado.
—Señorita, ¿se encuentra usted bien? ¿Llamo a su novio? ¿La llevo a su casa? —me preguntó, sin saber que con ello solamente ahondaba en mis
heridas.
—Hoy he perdido ambas cosas.
—¡Vaya! Lo siento mucho —respondió el taxista.
—¡Yo no! Mi novio era un gilipollas, sólo que hasta ahora no lo sabía —repliqué, secándome finalmente las lágrimas.
—¿Y qué hará ahora? —se interesó el hombre sin saber si dejarme marchar en mi estado.
—Por lo pronto, joderlo tanto como él ha hecho conmigo —contesté,
mirándolo sin rastro de lágrimas, decidida a obtener la sangre de algún que otro shiba .

Espero que les guste el capitulo

HASTA QUE EL AMOR NOS SEPARE (adaptación ichiruki )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora