CAPITULO 43

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Al llegar, cruzó altivamente las puertas del House Center Bank,
seguida de Barnie con el gran saco de calderilla. Como nadie la detuvo
cuando entró con decisión en el ascensor que llevaba a la última planta,supo que Isshin shiba la estaba esperando.
La agria secretaria, que normalmente le cortaría el paso al despacho del
adinerado magnate, en esa ocasión simplemente la precedió hacia las
enormes puertas de madera y las abrió diligentemente, dejándolos pasar.
Cuando penetró en la estancia, la regia figura del dueño de aquel imperio la miraba un tanto molesto. Molesto con ella y con el saco que portaba su empleado con el pago del mes. Barnie lo dejó encima de la mesa y se fue, dejándolos enfrentados en una guerra silenciosa por ver cuál sería el primero de ellos en hablar.
—Bien, veo que ha venido a entregar el pago en persona, como yo le recomendé que hiciera —comenzó Isshin .
—Más bien como usted me ordenó que hiciera si no quería perder mi
tienda —replicó Rukia .
—¡Por favor, querida, siéntese!¿Quiere un zumo, un refresco o tal vez un poco de agua? —le ofreció el hombre amigablemente, mientras él se servía una copa para poder continuar la conversación.
—Y si le pidiera un whisky, ¿qué haría? —preguntó Rukia provocativamente, sacándolo de sus casillas.
—Le pondría un zumo.
—Entonces, no, gracias. Si no puedo tomar algo fuerte para aguantar esto, prefiero no intentar endulzar el mal trago con ninguna bebida —declaró, tomando finalmente asiento.
Isshin se sentó también y se dispuso a enfrentarse a aquella terca mujer. Por desgracia, su elevada posición parecía intimidarlos a todos excepto a Rukia, que lo miró con impaciencia a la espera de una explicación.
—Señorita Kuchiki , me gustaría que dejara de esconderse de mi
familia.
—No me escondo, sólo me he tomado un largo descanso y, como puede ver, ya he vuelto a la ciudad.
—¿Se quedará esta vez o después de discutir con mi hijo huirá de nuevo con el rabo entre las piernas?
—¡Yo nunca huyo! —replicó ella, ofendida.
—Si usted lo dice... —ironizó el hombre, sacándola de quicio con su
tono.
—¿Quería hablarme de algo importante o simplemente hacerme perder el tiempo?
—Quería hablarle de mis hijos.
—Sí, los ha criado muy bien. Son su viva imagen: unos farsantes y unos mentirosos de primera.
—Ninguno de los dos se parece en nada a mí. Kaien es serio y
responsable, aunque también un tanto extravagante a la hora de reivindicar su libertad. Ichigo es un rebelde que no quiere tener nada que ver conmigo en los negocios, pero que puede llegar a ser tan persistente como yo a la hora de conseguir lo que desea. Y ése es el quid de la cuestión, señorita Kuchiki .
Para mi desgracia, mis dos hijos la desean a usted. Así que, ¿cuál será su
elegido? ¿Kaien o Ichigo?
—¡Ninguno de los dos! No me gustan los mentirosos arrogantes que se creen Dios.
—Creo que uno de ellos sí le interesa, ya que está esperando usted a mi
querido nieto. Lo mejor para todos sería que cediera a las demandas de Ichigo y se casara finalmente con el padre de su hijo. Pero, por otro lado, si quiere seguridad y estabilidad, tal vez debería casarse con kaien . Con cualquiera de las dos opciones estaré de acuerdo, ya que mi nieto podrá llevar mi apellido.
—¿Cómo se atreve a venderme a sus hijos como si de una mercancía se
tratase? —se exaltó Rukia , bastante ofendida con las pretensiones del rico magnate.
—Muy fácil: los dos son un caso perdido en mi ascenso hacia el éxito.
Son unos inútiles que se han negado a seguir mis pasos y...
—¡No me quedaré aquí sentada escuchando cómo denigra a ninguno
de los dos! ¡Kaien es un excelente pintor y un buen amigo y interesante Ichigo , aunque es un sinvergüenza y un embaucador, es un hombre con el que se puede contar ante cualquier contratiempo! ¡También es un egocéntrico al que le encanta
ganar, pero acepta la derrota muy dignamente! ¡Y es divertido, y un
entrometido al que le gusta controlarlo todo, pero que también es capaz de dejarles a los demás su propio espacio! ¡Además, es un magnífico empresario que se hizo a sí mismo desde la nada, consiguiendo un gran éxito sin recurrir a la ventaja de su apellido, que le hubiera abierto muchas más puertas de las que tiene abiertas ahora!
—Veo que finalmente me ha sacado de dudas y Ichigo es el elegido —
comentó astutamente Isshin , contento de que su estrategia para
descubrir la verdad hubiera funcionado.
—¡No elijo a ninguno de los dos porque ambos son unos mentirosos!
—kaien en realidad no le mintió. Sólo guardó silencio para no delatar a su hermano. Y en cuanto a Ichigo , dígame en qué ha podido mentirle.
—¿Y tiene el descaro de preguntarme eso, cuando fue usted quien lo
planeó todo? —gritó Rukia , furiosa.
—Yo le pedí ayuda a mi hijo para deshacerme de usted, pero aunque
empezó como siempre, haciéndome caso, terminó actuando como le dio la gana. ¿Sabe para qué vino a verme el día de Navidad? —inquirió Isshin ,
sacando de su cajón el olvidado estuche y tendiéndoselo a su legítima dueña
—. Quería hablar conmigo para decirme que, a pesar de mis muchas
protestas, estaba dispuesto a proponerle matrimonio, porque aunque todo empezó como un juego, había acabado enamorándose perdidamente de usted.
—¡Eso es mentira! —exclamó Rukia al borde de las lágrimas, abriendo
el delicado estuche con manos temblorosas y viendo en su interior un hermoso anillo que sin duda había sido elegido por Ichigo . Sólo él podía
elegir una joya tan simple y exquisita.
—Crea lo que quiera, señorita Kuchiki , pero no dude de que esto es la prueba de que en algún momento mi hijo la amó con toda su alma. Tal vez si lo sigue castigando por un error que únicamente fue culpa mía, él deje de quererla, y entonces este anillo dejará de tener significado.
—¿Por qué lo tenía usted? ¿Por qué no lo guardó Ichigo , si es tan
importante para él como usted dice? —quiso saber Rukia , exaltada,
sujetando con fuerza el estuche entre sus manos.
—kaien también deseaba casarse con usted, y después de que usted
huyera, discutió con su hermano. Ambos se acaloraron y Ichigo se marchó a buscarla, dejándoselo aquí olvidado. El resto de la historia la sabe usted mejor que yo, señorita Kuchiki —le explicó Isshin .
—¡Ichigo no podía querer casarse conmigo! Yo... ¡yo no soy nada! —
dijo Rukia , afligida, sin dejar de mirar el precioso anillo que proclamaba lo
contrario.
—Me pregunto quién es el verdadero mentiroso en esta historia —susurró Isshin , ganándose la atención de ella, que lo miró en busca de respuestas—. Deje de escudarse en los errores de mi hijo para ocultar la principal mentira: usted no se esconde por rencor, sino por miedo a amarlo demasiado.
—¡Me mintió! ¡Me engañó! Me hizo mucho daño...
—¿Acaso no se lo hacemos todos a algunas personas a lo largo de
nuestra vida? No le pido que me perdone a mí, Rukia . Yo soy un viejo
egocéntrico que no tiene remedio, pero ¿acaso no sería mejor comprender los motivos de Ichigo para sus mentiras, antes de decidirse a borrarlo de su vida para siempre?
—Yo... yo... Lo pensaré... —cedió finalmente frente a las palabras del
hombre.
Cerró el estuche y lo acercó a través de la mesa hacia el serio empresario, pero él lo depositó en sus manos, mientras se las cerraba sobre
aquella muestra de afecto.
—Se lo debería devolver a mi hijo para que él mismo se lo pusiera en
el dedo, pero como no sé cuándo podría suceder eso, será mejor que lo guarde usted y que cada vez que tenga dudas sobre Ichigo , lo mire.
—¿Por qué motivo de repente ahora soy apropiada para su familia?
¿Por mi embarazo? —preguntó Rukia , confusa con tanta amabilidad por parte del despiadado banquero.
—Por mi hijo. Porque vi su cara de enamorado y me recordó a mí
mismo cuando conocí a mi querida Masaki . ¡No cometa el error de perder el amor de su vida por miedo! Yo disfruté del mío poco tiempo y, tras su muerte, le puedo garantizar que ni el más absorbente negocio puede sustituir el vacío que ha dejado en mi alma —confesó Isshin , acariciando
la foto de su esposa y demostrando que, después de todo, el frío empresario también era humano.
—Lo pensaré —repitió Rukia , tras coger el caro presente y marcharse
del despacho, dispuesta a enfrentarse con lo que le deparara el destino.

Ichigo terminó su jornada laboral cansado y un tanto deprimido, ya que, una vez más, Rukia había decidido esquivarlo. No era que no se lo
mereciera, pero estaba empezando a hartarse de pedir perdón por mentiras que en realidad nunca lo fueron, porque él la amaba con todo su corazón.
Una vez más, en lugar de dirigirse hacia su lujoso apartamento, subió
la escalera de la parte trasera del edificio hacia el hogar de Rukia , y en la pequeña pero acogedora cama que tantos recuerdos le traía, disfrutó de un plácido sueño, mientras imaginaba que ella estaba a su lado.
Soñaba que el tacto de las frías sábanas en su desnudo cuerpo eran sus caricias y que el aroma de su champú, que empezaba a desaparecer de la almohada, era su dulce aroma. Estaba tan cansado de todo, que solamente quería dormir en un mundo en el que Rukia aún estaba a su lado.

HASTA QUE EL AMOR NOS SEPARE (adaptación ichiruki )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora