3💦

420 15 0
                                    




- Te voy a matar - dijo Mario apenas abrió la puerta de la oficina de Juanpa - pensé que este caso iba a ser de una anciana.

- Pues así es - dijo colgando el teléfono y poniéndose de pie.

- No, no es así. Esa mujer es preciosa, no está vieja y está loca.

- No te entiendo, Mario.

- Fui al restaurante, hice todo lo que me dijiste que hiciera, sólo que hubo un pequeño detalle que no coincidió. La mujer que se sentó frente a mí, no tiene más de 25 años y es hermosa... y además de todo tuve que pagar yo.

- ¿Y desde cuándo te molestan las mujeres así? En cualquier otra situación lo habrías hecho, ¿qué es diferente ahora?

- Te dije que no quería tener que ver con ellas, además su caso va a tomar más tiempo que una semana.

- ¿Cómo que "además"? - preguntó entrecerrando los ojos - por si no lo recuerdas no podemos relacionarnos profesionalmente con nuestros clientes.

- No voy a relacionarme con ella.

- Eso espero, porque sería anti-ético.

- Puedes estar tranquilo.

- Excelente. Justo antes de que entraras la señora...

- Señorita. No llevaba anillo - puntualizó.

- ... la señorita me llamó para decirme que tenía algunas cosas que tal vez podrían servir.

- Y eso quiere decir?

- Que tienes que volver a verla.

- Espero que sea en un horario más decente.

- Pues no, a la misma hora, nueve de la mañana.

Suspiro cansado - ¿En qué restaurante?

- En ninguno, esta vez la vas a ver en su casa.

Definitivamente este había sido el fin de semana más largo de su vida. Había odiado cada maldito segundo. Parecía que pasaba una eternidad entre cada hora. Nunca hubiera pensado que estaría tan... tan... entusiasmado con la idea de volver a ver a _______, pero la verdad es que lo anhelaba más a cada segundo que pasaba.

Ahora, por fin, cuando estaba en su carro buscando la dirección de ________, no quería parecer ansioso, pero se moría de ganas de pisar el acelerador a fondo.

Por fin dio con la dirección. Tenía que admitir que le emocionaba la idea de estar en la casa de _________, era una forma de conocerla mejor... un momento, para que quería conocerla mejor, en menos de 15 días nunca más la volvería a ver. Con paso firme pero tranquilo, bajo del carro y se dirigió a la puerta.

Tocó el timbre, esperó un poco, pero la puerta siguió cerrada. Volvió a tocar, nada. Esperó más tiempo, pero ahora golpeó la puerta.

- Ya voy - escuchó la voz femenina amortiguada desde el interior. Un minuto más tarde la puerta se abrió y Mario se encontró con una _________ particularmente desarreglada.

Él no dijo nada, se limitó a mirarla. Iba descalza, decidió que tenía unos pies encantadores y unas pantorrillas increíbles, su mirada siguió subiendo. Al parecer no iba muy vestida, pues sólo llevaba una bata color fucsia, ceñida a la cintura y a sus senos. Siguió subiendo. Su cuello delgado, frágil y perfecto. No tenía ni una pisca de maquillaje, aún así no podía decir que se veía mal. Y estaba completamente despeinada, obviamente antes de abrir la puerta había tratado de peinarse con los dedos pero no lo había conseguido. A penas se había levantado de la cama... y pensándolo bien, tenía el mismo aspecto de una mujer que acababa de salir de la cama después de haber pasado una apasionante noche con un hombre.

El estómago le dio un vuelco; francamente esperaba que no hubiera sido así.

- ¿Qué hace aquí? -preguntó ella.

- Tenemos una cita ¿recuerdas? - por primera vez se percató de que ella le hablaba de usted.

Ella lo miró e inmediatamente se llevó una mano a la frente.- Es lunes... perdona, pasa por favor - Mario entró sin decir palabra - siéntate por favor, no me tardo, voy a cambiarme.

- No es necesario - replicó él - tampoco es un crimen que estés en tu propia casa en bata.

- No, supongo que no... En ese caso ¿quiere café?

- Sí, gracias.

_________ desapareció en la cocina y Mario se dedicó a examinar su casa. La verdad es que no era lo que se imaginaba. Pensó que su casa sería más excéntrica, y que ella sería un poco más extraña, pero no. Su casa estaba ordenada, no podía decir que adoraba la limpieza, mas no era un completo desastre.

Una puerta entreabierta detrás de él le dio curiosidad. Ahí si se veía un completo desastre. Miró hacia la cocina, no había señal de ________. Fue hasta la puerta, se asomó un poco y pudo ver un cuarto lleno de cuadros, algunos preciosos y otros no estaban terminados.

- Ya está el café - sonó la voz de ________ detrás de él.

Mario se giró enseguida. Se sintió como un niño descubierto mientras espiaba algo. - Perdón, no quería... - no terminó la frase más por no saber que decir que por llenar el silencio. Afortunadamente para él _________ habló.

- No se preocupe, algunos artistas son muy celosos, pero yo no. ¿Quiere verlas? -

- ¿Qué?

- Mis pinturas.

- Ah... este... no, mejor dediquémonos a... - besarnos apasionadamente, pensó Mario, sin embargo dijo: revisar esos papeles.

________ sintió una ligera decepción cuando él se negó a ver su trabajo. Pero se aclaró la garganta y dijo: sí, tiene razón. Voy por ellos.

________ subió corriendo las escaleras, y Mario sintió la imperiosa necesidad de seguirla.

5{{F

Corromper a un caballero (Mario Bautista y __)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora