- Te afectó el clima en la India, ¿verdad? - dijo ______ perpleja - ¿o acaso tienes una enfermedad que te hace delirar?- Estoy perfectamente bien, más sana, imposible.
- No. Seguramente te golpeaste la cabeza y por eso dices tantas tonterías.
- No son tonterías, creo que es una gran idea.
- Solo los hombres tienen musas, Nath.
- Que pensamiento tan machista para una mujer que se llama liberal. También las mujeres podemos tener musas... bueno, un buen espécimen que nos dé un poco de inspiración.
- Haces que suene como si fuera un animal.
- Vamos, ________. ¿Qué de malo puede ser que tengas una relación con él?
- No quiero una relación. Además es mi abogado.
- Por eso es perfecto - ________ la miró sin comprender-. Es que obviamente no van a tener ninguna relación...
- Pero si acabas de decir...
- Ya sé lo que dije - la interrumpió - era solo por llamarlo de alguna forma. Ustedes solo van a tener una aventurilla - hizo un gesto como si no le gustara el olor de la habitación - y el hecho de que sea tu abogado será la razón perfecta para que se puedan ver, sin que nadie los moleste.
- ¿Dónde quedó la mujer que creía ciegamente en el amor? - preguntó burlona a Nath.
- Se quedó con Ramiro - dijo muy seria de repente - y ahora estás con una nueva mujer. Más inteligente y que sabe lo que quiere.
- ¿Qué pasó en la India?
- No hablamos de la India, _______, hablamos de cómo vas a seducir a tu abogado.
***********
Esa noche....
Si _______ pensaba que las noches en las que se las pasaba pintando porque el insomnio la invadía se le hacían eternas, esta noche no tuvo comparación.
Primero las palabras de Nath se repetían a cada momento por su mente: tener una aventura con su abogado. Se había quedado dos horas acostada, cambiando de posición, pero con los ojos bien abiertos.
Y cuando el sueño por fin la había vencido, su sueño fue de lo más impresionante. El resto de la noche se había repetido imágenes de ella seduciéndolo.
Imágenes donde ella llegaba a su oficina, le hablaba con una voz sensual, rodeaba el escritorio que los separaba, se sentaba en sus piernas y lo besaba.
Imágenes de que él iba a su casa, la encontraba en bata, ella lo invitaba a pasar y cuando se sentaban juntos, ella se iba acercando un poco más y más a él hasta que en un impulso se besaban.
Afortunadamente antes de que sus sueños tuvieran finales más eróticos ella despertó.
Miró el reloj: 9 de la mañana. Bien, tenía tiempo de sobra para arreglarse.
Y mientras lo hacía ella reflexionaba lo que Nath le había dicho. De repente le encontró mucho sentido a tener una relación... No, una aventura con su abogado.
Pero aún no se había decidido. Hasta que se vio en el espejo. Una sonrisa se dibujó en su cara.
- Tu cuerpo grita lo que tu boca calla - pensó. Definitivamente quería tener algo con su abogado, y su cuerpo inconscientemente se había preparado para conseguirlo.
Salió de su casa solo con un objetivo en mente. Mandó al cuerno el asunto de las pinturas. Ahora lo único que quería era a Mario en su cama.
Eran las once de la mañana y ________ estaba fuera de la oficina esperando a que la secretaria saliera para ella poder entrar. Vio a una pareja a lo lejos. Bueno, no podía asegurar que tenían algo, pero como estaban tomados de las manos supuso que mantenían una relación.
Él era alto, esbelto y tenía el cabello ondulado y castaño. Ella era rubia y... Se le hacía un poco familiar. En algún lugar la había visto antes.
- Ya puede entrar señorita.... - dijo la secretaria, no sabía su apellido así no terminó la frase.
- _________ - le respondió todavía mirando a la mujer rubia - solo _________ - se giró - gracias - y entró a la oficina.
Al entrar se encontró con Mario sentado en la silla de espaldas a ella mirando por la ventana. Ella lo miró en silencio, evidentemente algo lo perturbaba.
Se aclaró la garganta.- Buenos días.
Al escuchar su voz, Mario se giró e inmediatamente se puso de pie. - Buenos días, no te escuche entrar.
- Puedo ser muy discreta a veces - dijo encogiéndose de hombros.
- Siéntate, por favor. - Ella se sentó y él lo hizo después - ¿Quieres algo de tomar?
- No, gracias.
- Muy bien, en ese caso, podemos continuar con lo que ayer dejamos pendiente.
- Si, claro... mmmm... verás, tengo un inconveniente.
- ¿Qué ocurre?
Ella se puso de pie y empezó a caminar por la habitación como meditando.
- ¿Estás bien?
- Si, si. Es solo que....
- ¡Mario! - lo llamó una voz femenina desde la puerta abierta. Él se puso de pie al instante en que la rubia mujer entraba y se acercaba a él.
- Daniela, ¿cómo estás? - dijo cortésmente.
Ella rodeó el escritorio y le dio un sonoro beso en la mejilla. - Muy bien, y ¿tu, Mario?
Mario: yo, pues ahora estoy....
- Esta noche nos la vamos a pasar increíble - dijo Daniela interrumpiéndolo - no tienes idea de todo lo que he preparado para que esta noche sea única e irrepetible.
- Claro, Dani, no me la voy a perder por nada del mundo, pero es que ahora estoy ocupado.
- ¿Ocupado? Yo no te veo haciendo algo. - dijo con completa indiferencia.
- Está ocupado conmigo - respondió ______ detrás de Daniela. Ella se giró y la miró un buen rato.
- Oh, discúlpame. No te había visto. Perdón.
_________ le sonrió. Una sonrisa más falsa que la que le dedicó era imposible. No le agradaba que la mujercita estuviera ahí. - No te preocupes-.
- Bueno, yo los dejó para que continúes - se despidió pero antes de desaparecer por la puerta dijo: te espero en la noche, Mario. - Y la puerta se cerró.
- Perdón, disculpa la interrupción- dijo Mario solidariamente.
- No te preocupes, ella ya se disculpó bastante.
- Ella es... bueno, es especial.
- No deberías salir con ella.
- ¿Por qué? - preguntó curioso.
- Es la mujer con la que estaba coqueteando en el restaurante, pero déjame decirte que para desilusión tuya ella ya tiene algo con otro hombre. Ella solo va a jugar contigo - su voz era tranquila, pero ________ estaba furiosa.
Así que notó quien era ella, pensó Mario, al parecer la pintora tenía cierto interés en él; así que decidió saciar su curiosidad preguntando: Es mi imaginación ¿o estás celosa?
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Corromper a un caballero (Mario Bautista y __)
Teen FictionPara todos Mario tenía una vida perfecta, no le hacía falta nada. Tenía una exitosa carrera, una casa increíble, un carro último modelo y una novia hermosa. ¿Qué más podía pedir? En pocas palabras era un caballero perfecto. Hasta que un día a...