Corromper a un caballero (Mario Bautista y __)

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Tienes que ser más sutil, _______. - Concluyó Nath después de que _________ le contó todo lo que pasó con Mario en el teatro. - La discreción apremia.

- Ya lo sé, pero ¿qué querías que hiciera?

Nath no contestó, se quedó callada unos instantes hasta que preguntó: ¿Y a todo esto, quién es Giselle?

- Esa es una buena pregunta... pero mejor aún es cómo vamos a saber su respuesta.

- Podrías ir a su oficina y preguntarle MUY DISCRETAMENTE a él y a su secretaria - dijo Nath

- No - respondió _________ pensativa -, no creo que alguno de los dos me diga algo. Su secretaria es como esas personas que no se meten en la vida de los demás, a lo mejor ni sabe que ella existe. Y él obviamente no me va a decir nada por más discreta que sea. No parecía que le cayera bien.

- ¿Crees que haya sido una clienta? - preguntó Nath.

- ¿Que también intentó tener algo con él? - convino _______. - Espero que no, porque me cae muy bien y no quisiera que me viera tan fríamente como la vio a ella. Pero....

- ¿Pero?

- Pero tal vez si haya alguien en esa oficina que me puede ayudar.

- ¿Quién?

- Una mujer.

- ¿Se lo vas a pedir a una mujer? - preguntó incrédula.

- No tenemos porque preocuparnos por ella. El gran problema es donde encontrarla.

- No dijiste que la encontrabas en la oficina.

- Si pero no estoy segura de que sea abogada o secretaria... o si realmente tenga un trabajo ahí.

- ¿Y entonces que va a hacer, _________?

- Por ahora no puedo hacer mucho, pero creo que mañana a primera hora le haré una visita a mi abogado - dijo guiñándole el ojo a Nath.

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Y al día siguiente, a primera hora...

... _______ se paró frente a la secretaria de Mario. - Hola, buenos días, señorita. Soy ______, clienta del Doc. Bautista. ¿Podría hablar con él?

- El Doctor está en una llamada telefónica. Si desea sentarse, en cuanto él esté libre la hago pasar.

- ¿Puedo preguntarle algo, señorita...?

- Torres. Mariana Torres.

- ¿Te puedo preguntar algo, Mariana? - le preguntó a forma de complicidad - Mariana asintió. - ¿Aquí trabaja alguna mujer? Es que he visto a una mujer de cabello rubio, y...

- No - la interrumpió la secretaria-, aquí no trabaja ninguna mujer. Sólo los doctores Zurita, Bautista y el licenciado Villalobos. Pero seguramente la mujer por la que pregunta es Daniela, es también es abogada, pero ya no trabaja aquí... - su voz se fue apagando, y miró por encima del hombro de _______. Ella se volteó y se encontró con la mujer rubia de la que hablaban.

- ¿No tienes trabajo que hacer, Mariana? - preguntó Daniela. Su voz no era cortante ni seria, pero se notaba que reprobaba el hecho de que estuvieran hablando de ella. La secretaria asintió. - Bien, yo me ocupo de la señorita. ¿Vamos?

Daniela guió a ________ hasta una oficina que, por que pudo ver _________, no se usaba en algún tiempo.

- Esta es mi oficina, cuando trabaja aquí, claro, como ya te dijo Mariana.

- No la culpes a ella - la defendió _______ - fui yo la que preguntó.

- ¿Y eso cómo porque?