Mario salió corriendo de la galería. Miró primero hacia la izquierda y después a la derecha buscando a _______. Entonces la vio.
Ella estaba no más de cinco cuadras después, iba caminado y Mario corrió para alcanzarla.
- ¡________! - gritó él, pero si ella lo escuchó no se giró. Siguió caminado.
Con forme se acercaba a ella corriendo siguió llamándola y ella aumentó el paso.
- _______, espera por favor - le dijo cogiéndola de la mano. Ella por fin se giró a verlo, pero Mario tenía la cabeza agachada tratando de recuperar su ritmo normal de respiración.
- Perdón - dijo después de un largo respiro, pero todavía con la cabeza baja. - Perdón. Ayer vine a buscarte para decirte que había hecho una idiotez por no volverte a buscar, y volví a cometer otra idiotez al pensar que... - no dijo qué -. Perdón.
- Mario... - dijo ella en un tono de cariño y compasión.
- Me equivoqué - dijo por fin mirándola a los ojos. - Ya sé que soy un idiota, lo sé. Pero te voy a compensar.
- No tienes por qué hacerlo.
- Pero quiero hacerlo, por ti y por mí... este ha sido el mes más horrible de mi vida, triste y solitario. Un asco. Yo quiero estar contigo, _______. No me importa nada más que tú.
- Y nuestro hijo - puntualizó ella. Era entre una pregunta y una afirmación.
- Y nuestro hijo - repitió Mario con una tímida sonrisa. - ¿Me perdonas?
Ella se le quedó mirando, como reflexionando su respuesta.
- ¿Alguna vez te han dicho que cuando pides disculpas pareces un niño chiquito? - respondió ella con la voz llena de ternura.
- ¿Eso es un sí?
- ¿Sabes que responder una pregunta con otra pregunta es tonto?
- Tú también lo estás haciendo.
____ fingió que daba un largo suspiro de resignación.
- ¿Me perdonas? repitió Mario.
- Sí, Mario.
Entonces él se acercó más a ella, tomo su cara entre sus manos y acerco su boca a la de ella, pero a milímetros de distancia una boca de la otra dijo: Te amo - y la besó.
Pero el beso no duró mucho, porque unos aplausos empezaron a sonar un momento prácticamente inmediatamente después de que sus labios se tocaron.
Los dos se separaron para ver de donde provenían los aplausos. Al mirar a un lado se percataron de que habían estado frente a un restaurante y que todos los comensales estaban prestando toda su atención a lo que ocurría entre ellos.
- Dios mío - dijo ______ -, qué pena.
- ¿Te da pena que nos vean besándonos? - preguntó Mario medio en broma y medio en serio. - A mí me parece que les gustó.
- En esta clase de cosas no debería haber público, Mario.
- Y me lo dice una artista... No lo puedo creer.
- ¿Qué? ¿Qué ahora todas estas personas saben que nos peleamos?
- Y que nos reconciliamos - dijo él -, no, no me refiero a eso. Este es el mismo restaurante en el que nos conocimos. - _______ se dio cuenta de que Mario tenía razón. - Cuando te pusiste celosa porque estaba saludando a Dani que estaba en otra mesa.
- No estaba celosa.
- Claro que sí. Estabas celosa. Acéptalo, te enamoraste de mí desde que me viste.
Y antes de que ella pudiera contestar la volvió a besar. Las personas en el restaurante volvieron a aplaudir y los hombres empezaron a silbar.
- Mario, las personas... - dijo _______ intentando separarse de él.
- ¿Qué con ellas? Les gusta, ¿no ves? Ahora deja de hablar y bésame.
Y lo besó.
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- Mmmmm... - reflexionó Mario - sí, este definitivamente es el cuadro que más me gusta - dijo refiriéndose al cuadro en el que salían los dos abrazados en el baño. - ¡Me lo llevo!
- No te lo puedes llevar, Mario. Es para la subasta.
- ¿De verdad crees que alguien va a comprar este cuadro?
- Gracias - dijo ________ con sarcasmo - esa es la clase de apoyo que necesito.
- No me malinterpretes, me refiero a quién va a comprar un cuadro de nosotros dos, desnudos, en el baño.
- Puede que alguien lo compre.
- Sí, pero acéptalo, se vería mucho mejor en nuestra casa, así nos podríamos inspirar... y tal vez nos bañemos más seguido de lo necesario - finalizó con una sonrisa picarona.
A _______ se le encogió el estómago cuando lo escucho decir "nuestra casa", aunque antes le hubiera dicho que la amaba y la hubiera besado en frente de un montón de personas para después correr a la galería porque se había quedado abierta, la verdad era que la reconfortaba mucho cuando Mario hacía alusión a un futuro juntos.
- ¿Y la vas a colgar en el baño o qué?
- No, pero tal vez en frente de la cama... así sería más estimulante.
- Seguro, si la quieres vas a tener que venir a la hora de la subasta y comprarla.
- ¿Qué? ¿Por qué?
- Porque fue pintada para ser vendida.
- Pero yo fui quien te inspiró, creo que merezco algo una gratificación por los servicios prestados.
- Claro, pero el cuadro no va a ser tu gratificación.
- Pero yo la quiero - dijo con un aire infantil que conmovió el corazón de ________.
- Y yo quiero un poni, pero no se puede tener todo en la vida ¿verdad?
- Debe haber algo que pueda hacer para convencerte.
- No, nada - dijo y con seriedad se dirigió a la puerta, pero al pasar junto a él, Mario la tomó del brazo.
-¿Estás segura?
Pero no le dio tiempo de contestar cuando la estrechó contra su cuerpo y le dio un profundo y lento beso. Dulce, suave y persuasivo.
Mario separó a penas su boca de la de _______ para preguntar: ¿es mío?
- No, creo que...
No la dejó terminar y la volvió a besar, esta vez con un poco más de insistencia. Su lengua penetró en la boca de ______ y la saboreó completamente. Al volverse a separar es no necesitó repetirle la pregunta a _______.
- Muy bien, es tuyo... pero no vengas a mi casa porque no hay devoluciones.
- ¿Tu casa? No mi amor, tú vas a estar conmigo y vas a ver este cuadro hasta que los dos estemos viejos y arrugados.
- Un futuro prometedor - dijo _______ con burla.
- Al menos será un futuro lleno de amor. - Tomó su mano e hincó una rodilla en el piso y metió la otra mano en el bolsillo de su pantalón. El corazón de _______ comenzó a latir a mil por hora, pero lo siguiente que dijo Mario no era lo que esperaba.
- Maldición - dijo en voz baja. Por la mente de Mario pasaron todo tipo de maldiciones al darse de cuenta de que no llevaba consigo el anillo que pensaba darle la noche anterior. La miró a los ojos - _______, cásate conmigo.
Y la respuesta instantánea fue: Siiiiiiiiiiiiii.
Mario se puso de pie y la volvió a besar, sin embargo ahora solo fue un beso rápido y suave, casi casto.
- Ven, tenemos mucho que hacer.
- ¿Ah sí? - preguntó _______ - ¿Cómo qué?
- Primero, vamos a ponerte un anillo en el dedo... y después le vamos a anunciar a todo el mundo que nos vamos a casar.
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- ¿Te gusta? - le preguntó Mario a _______ mientras tenían las manos entrelazadas y los dos admiraban el anillo que recién le había puesto él.
Una delicada cinta dorada sostenía un diamante de mediano tamaño y otros dos pequeños a los lados, transparente, puro y limpio.
- Me encanta, pero no tenías por qué darme un anillo, no era necesario.
- Sí que lo era. Sino como iban a saber el resto de los hombres que están ahí afuera que eres mía y sólo mía.
- ¿O sea que sólo es una forma de marcar tu territorio?
- No, es una advertencia al resto de los hombres, que si te tocan, lo mato.
- Una forma de marcar tu territorio entonces - concluyó ella con una sincera sonrisa en los labios. Mario gruñó ante su conclusión, aunque sabía que ella tenía razón. - Sabes, no sé si me gusta tu faceta de hombre celoso. Además, no la necesitas.
- Confío en ti - respondió Mario captando el mensaje a la perfección -, en quien no confío es en todos los hombres que están ahí afuera.
- ¿Por qué? ¿Tienes miedo de que me guste otro más que tú? - _______ hizo como que meditaba las preguntas. - Tal vez tenga que experimentar con más hombres. Qué tal que tu no eras el indicado y ya no hay marcha atrás y tenemos que estar juntos para siempre.
- No voy a dejar que te vayas de mi lado, ni que otro te aparte de mí - dijo Mario seriamente, aunque un poco enojado.
- Decidido - dijo ______ -, me gusta tu faceta de hombre celoso - se acercó a él y le dio un beso en los labios -.
- ¿Estás lista para irnos? - preguntó Mario cambiando de tema.
- ¿Irnos? ¿A dónde?
- Te dije que después de ponerte un anillo en el dedo, le diríamos a todo el mundo, y esas son muchas personas así que tenemos que iniciar. Primero tu hermano.
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Un golpe en la mandíbula tomó desprevenido a Mario y lo dejó en el suelo.
- ¡Ramiro! - gritaron ______ y Nath al mismo tiempo.
- Se lo merecía - dijo simplemente él.
- Pero no tenías por qué golpearlo - le dijo Nath.
- Él tiene razón - dijo Mario desde el suelo mientras se levantaba -, me lo merecía.
- No era para tanto, Ramiro - lo recriminó _______.
- ¡Te dejó embarazada! ¿Y aun así no quieres que lo golpee? Creo que las pinturas están empezando a hacerte daño.
- Estoy perfectamente bien, y ahora me gustaría mucho que te callaras y escucharas lo que vinimos a decirte.
- Nos vamos a casar - dijo Mario sin preámbulos.
La reacción de Nath fue dar un chillido de alegría y abrazar a ______. La de Ramiro fue... golpear otra vez a Mario.
- Maldición, Ramiro. Quieres dejar de pegarle, vas a hacer que se arrepienta - dijo Nath al darse cuenta de que Mario nuevamente estaba en el suelo.
- Se va a llevar a mi hermanita de mi lado, ¿sabes cómo se siente?
- Exagerado, ahora vives con Nath, ni siquiera te va a afectar un poquito - dijo _______.
- Herido, en lo más profundo del corazón - respondió Ramiro con una mano sobre el corazón para darle más dramatismo.
- Cállate ya y dame un abrazo - le dijo ______, él así lo hizo, después se volvió a Mario y le dio la mano.
- Si la vuelves a lastimar te vas a ganar más que un par de golpes.
- Si la vuelvo a lastimar - dijo Mario - el castigo me lo infligiré yo.
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- ¿Dónde estamos ahora? - preguntó ______ mientras miraba la casa que tenía enfrente, era hermosa.
- Ven - fue la gran respuesta de Mario. La tomó de la mano y la guio hasta la puerta. Tocaron el timbre y esperaron. Una muchacha bajita vestida de blanco abrió.
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_______ y Mario estaban sentados en una bella sala, ______ no podía dejar de admirar la belleza de la habitación, ni de preguntarse de quien era la casa.
Por fin la puerta se abrió, dando paso a... Dani. Esa era la casa de Dani, lo que significaba que Juanpa también estaba ahí.
- Me da gusto verlos juntos. Ya me estaba preocupando, pensé que el cerebro de Mario no funcionaba como debía.
- Funciona mejor de lo que esperas, Dani. ______ y yo nos vamos a casar.
Todavía en muletas, Dani fue lo más rápido que pudo para abrazarlos a los dos.
- Muchas felicidades, ustedes dos nacieron para estar juntos.
- A mí también me gustaría felicitarlos - dijo la voz de Juanpa desde la puerta.
_______ se tensó, pero Mario le apretó la mano dándole todo su apoyo. Juanpa se acercó a ellos.
- Mario, _______, felicidades.
Ambos se quedaron petrificados, viéndolo como asombrado.
- _______ - intervino Dani -, me acompañarías a la cocina para preparar un brindis por ustedes.
- Sí, claro Dani.
En completo silencio Dani y _______ salieron. Al cerrar la puerta Dani dio un suspiro.
- Perdona a Juanpa, no es muy expresivo, aparte de que sabe que metió la pata contigo y el orgullo no lo deja superarlo. Ha sido la felicitación más escueta que he tenido la desgracia de escuchar.
- No te preocupes, Dani. Vamos por las copas.
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Dentro de la habitación...
Los hombres se miraban. Por fin Juanpa se decidió a tender su mano a Mario para estrecharla. Mario miró la mano, después la tomó con una sonrisa, la estrechó y después siguió con un abrazo. Ellos empezaron a reír.
- Es muy bella - dijo Juanpa.
- Lo sé, es maravillosa.
- Realmente espero que seas muy feliz con ella, Mario... Amigo.
- Lo seré, estoy seguro.
Al mirarlo fijamente Juanpa frunció el ceño. - ¿Qué te pasó en la mandíbula? Se te está hincando.
- Oh, fue el hermano de _______ después de que hablamos con él.
- Oh... creo que no voy a provocarla, no quiero terminar como tú
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Corromper a un caballero (Mario Bautista y __)
Teen FictionPara todos Mario tenía una vida perfecta, no le hacía falta nada. Tenía una exitosa carrera, una casa increíble, un carro último modelo y una novia hermosa. ¿Qué más podía pedir? En pocas palabras era un caballero perfecto. Hasta que un día a...