Corromper a un caballero (Mario Bautista y __)

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Pero Mario no se movió. Se quedó ahí, parado con las manos en los bolsillos del pantalón. Con la mirada fija en las escaleras y escuchando hasta el más mínimo sonido que _________ hacía. Se la podía imaginar recorriendo su cuarto, todo a la perfección.

- ¡_______, abre la puerta! - ese grito lo sacó de su ensoñación - ¡________!

Mario miró la puerta, esperando que se abriera y la mujer que gritaba el nombre de ________ entrara. Pero eso no iba pasar, porque si fuera posible ella entraría y no estaría gritando que le abrieran.

Lentamente se aproximó a la puerta y la abrió. Tuvo que bajar la vista para poder ver a los ojos a la mujer que sostenía bolsas con pinturas, pinceles y lienzos.

Ella tenía la boca abierta lista para gritar algo más cuando la puerta se abrió. Cuando vio a un hombre tan bien parecido del otro lado su expresión siguió igual. Ninguno de los dos dijo algo. Simplemente se miraron. Ninguno sabía que hacía el otro en la casa de _______.

- Nath, ¿qué haces aquí? Pensé que estarías de viaje.

Nath dejó de mirar a Mario para fijar su atención en su amiga. - Bueno, tuve un imprevisto - no quería hablar de sus problemas con un extraño presente -y tuve que regresar antes.

- ¿Dónde está Ramiro? - preguntó _______.

- No sé, ni me importa. Ojalá se haya perdido en la India.

Mario se sintió desplazado de la conversación. Aparentemente las dos se habían olvidado de que él estaba ahí, sobre todo, tomando en cuenta de que la supuesta Nath seguía en la entrada cargando con sus bolsas. Se aclaró la garganta como diciendo aquí sigo. _______ lo miró.

- Oh, Nath, déjame presentarte al Sr. Bautista.

La mirada de Nath lo recorrió por completo; estaba evaluándolo. - Mucho gusto- dijo ella.

- Ella es Nath -continuó _______ - también es pintora.

- Un placer - dijo Mario con una devastadora sonrisa - ¿puedo ayudarla con esas bolsas?

No le dio tiempo ni de contestar. Mario agarró las bolsas y las puso sobre una mesa. Podía sentir claramente sobre su espalda como las dos mujeres lo miraban mientras se movía por la casa. Cuando se giró para verlas, Nath ya estaba al lado de su amiga.

- Si lo prefieres podemos vernos otro día - dijo Mario.

- Oh no, - interrumpió Nath - yo sólo vine a dejar estas cosas, ya me voy - hizo un ademán de irse, pero la voz de Mario la frenó.

- No es necesario, de verdad podemos vernos otro día. Además es evidente que ustedes dos tienen mucho de qué hablar.

- ¿Mañana? - preguntó _______.

- Si, cuando sea está bien.

- Bueno, que le parece si nos vemos mañana a las 11 en su oficina.

- Muy bien, entonces nos vemos mañana - despidiéndose de _______ - mucho gusto, señorita - hizo una breve inclinación con la cabeza para despedirse de Nath.

Las dos lo miraron en completo silencio mientras iba a la puerta, cuando salió y la cerró detrás de él.
Cuando Nath miró a su amiga ella todavía tenía la vista fija en la puerta.

- Esta vez te superaste a ti misma, _______ - dijo alegremente.

-¿Qué? - preguntó sin entender a lo que se referia.

Nath se encogió de hombros - Pensé que después de Mauricio habías perdido tu gusto para los hombre pero debo decir que con él te superaste -.

- Yo no tengo ninguna relación con él, Nath.

- ¿No? ¿Estás segura? - incrédula.

- Sí, estoy segura. ¿Por qué debería dudar?

- Pues pensé que después de verlo a él aquí, después de que juraste que no ibas a permitir que ningún otro hombre se te acercara y después de verte así - levantó la mano para señalarla - pensé que los había interrumpido.

- Él sólo es mi abogado.

- ¿Y tú para qué quieres un abogado?

- Nath, Mauricio se robó mis pinturas, ¿recuerdas?

- Sí, pero ni siquiera sabes a donde fue.

- Cierto, pero para eso está él - refiriéndose a Mario.

Nath decidió dejar el tema de Mauricio y las pinturas un momento y preguntar por algo más satisfactorio.

- ¿Y no te gustaría tener algo con él?

- No quiero tener nada que tenga que ver con hombres después de Mauricio.

- Eso debiste haberlo pensado antes de contratar a ese bombón.

- No lo hice, simplemente fui a un despacho y le asignaron mi caso. Yo lo conocí el viernes.

- Bueno, pero después del mal trago que pasaste con Mauricio el destino te ha sonreído y te ha enviado a ese ángel. No deberías darle la espalda a tu suerte - ________ estaba a punto de decir algo en su favor, pero Nath no la dejó diciendo: Además se nota que te gusta.

- Es muy guapo ¿a qué mujer no le gustaría? Pero ahora lo que necesito es concentrarme en mi arte.

- No has pintado nada desde hace un mes. Tu concentración no es muy buena - le dijo para picarla.

- Necesito paz, y el problema de mis cuadros no es precisamente sinónimo de relajación.

- A lo mejor lo que necesitas es una fuente de inspiración, y sabes cuál sería una magnifica - ________ iba a decir que no pero obviamente nada iba a evitar que su amiga continuara - un guapísimo abogado que acaba de salir de aquí. ¿Por qué no lo conviertes en tu... mmmm... musa? -dijo divertida.

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