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    Mmmmm. Sí, definitivamente ______ estaba teniendo un sueño muy agradable. Un sueño en el que unas suaves, fuertes y cálidas manos la estaban recorriendo, pasando por su espalda con delicados movimientos, por su vientre, hasta llegar a sus muslos y explorarlos por completo antes de volver a subir pero esta vez una de las manos se quedaba acariciando el corazón de su sexo: abriendo los suaves, rosados y húmedos pliegues de su feminidad; mientras que la otra mano seguía y seguía hasta llegar a sus pechos para acariciarlos hasta que sus pezones se ponían duros de la excitación. Su espalda se arqueó al sentir un casto beso en su cuello, seguido de la sensación de una lengua recorriéndola hasta que sintió un leve mordisco en el lóbulo de su oído. Ella se volvió a retorcer con las caricias que las manos volvían a proferirle sobre todo el cuerpo.

- Si no dejas de moverte no me hago responsable de mis actos.... - escuchó que decía un voz a lo lejos, pero ella se dejó llevar por las sensaciones.

Ahora sintió que los besos le recorrían los hombros y la espalda, mientras las manos le acariciaban los pechos y el vientre. Y mientras los besos iban bajando cada vez más, al igual que las caricias, _______ iba tomando más conciencia de lo que estaba pasando. Al sentir nuevamente que la besaban en el cuello abrió los ojos.

- ¿Qué estás haciendo, Mario? - preguntó con una mezcla de sorpresa y placer.

- Despertarte - fue lo único que dijo antes de volver a besarla en el cuello.

- Sí, eso ya lo note. Y ya lo conseguiste. ¿Por qué no te has ido a tu casa?

Mario se separó instantáneamente de ella y la miró seriamente, bueno lo más seriamente que podía mirarla estando completamente desnudo en su cama. - ¿Esperas a alguien más o solo tienes prisa porque me vaya?

- ¿Qué? Yo no estoy esperando a nadie. Solo te lo estoy diciendo para que no te metas en problemas: Juanpa...

- Juanpa - la interrumpió - se casó ayer, por si ya lo olvidaste y se va de luna de miel, así que no tenemos nada de qué preocuparnos por un mes entero. Entonces dime por qué tanta urgencia en que me vaya.

- Porque tengo una cita - las facciones de Mario se volvieron frías -. No, déjame explicarte antes de que des algo por sentado. No me voy a ver con ningún hombre... bueno sí es un hombre, pero es para una cita de trabajo: es para ver una galería, para ver si puedo exponer mis cuadros.

- ¿Y por eso querías que me fuera? - le preguntó incrédulo.

- Pues te lo iba a contar hasta que todo fuera seguro, no quería decírtelo y a la hora de la hora parecer una tonta porque nada funcionó como yo esperaba.

- ¿Quieres que te acompañe? - le preguntó muy servicial.

- Sí, me encantaría, pero antes de irnos, ya que tú me hiciste el favor de despertarme que te parece si yo te lo devuelvo bañándote - le dijo guiñándole el ojo.
En una exótica danza de sonrisas, besos y caricias llegaron al baño. Los dos estaban completamente desnudos, así que no hubo necesidad de perder el tiempo quitándose la ropa. ________ preparó el agua para que saliera a una temperatura agradable, pero mientras esperaba Mario la llamó.

- Ven aquí - la tomó de la mano y la jaló junto a él frente al espejo. Ella tenía el cabello despeinado, al igual que él, pero era mucho más evidente en ella. - Me gusta cómo te ves así, pareces una mujer recién salida de mi cama.

- Sí, pero es mi cama en la que estuvimos.

Mario la abrazó y ella recargo su cabeza en su hombro, mientras él depositaba un beso en su hombro, y miro el espejo nuevamente. - A mí me gusta cómo nos vemos así.

Mario levantó la cabeza y giro hacia el espejo. Vio su reflejo, los brazos de ________ alrededor de su cuello y su cabeza apoyada en su hombro, y sus brazos al rededor de su cintura. Los dos radiantes, felices y desnudos.

- Sí, nos vemos bien juntos, pero ahora es hora de bañarnos antes de que se nos haga tarde para llegar a tu cita en la galería.

La jaló para que fuera junto con él al chorro de la regadera. Y muy para la sorpresa de ambos si se dedicaron a bañarse, al menos al principio, se lavaron el cabello mutuamente y se enjabonaron el uno al otro entre un intercambio de besos inocentes y miradas apasionadas.

- Bueno, ya que estamos listos, tal vez podríamos dedicar unos minutos a nosotros, ¿no crees? - le pregunto Mario a _______, todavía con el agua cayendo sobre ellos.

Y entonces los besos inocentes se terminaron. El deseo y la pasión corrieron por el cuerpo de ambos y ni siquiera el agua fría iba a poder calmarlos.

Mario la aprisionó rápidamente entre la pared y su cuerpo. La besó apasionadamente introduciendo su lengua dentro de la cálida y dulce boca de ella. Mientras ella se retorcía de deseo contra la pared.

Él levantó una de sus piernas e hizo que le rodeara la cadera para así tener más acceso a su vagina. Tanteó la entrada de su sexo con su miembro erecto haciendo una deliciosa agonía para _______ que no podía esperar a recibirlo.

Se clavó en ella de forma fuerte, rápida y dura. Los dos soltaron un gemido de placer después de la penetración. El vapor que los rodeaba hacia una atmosfera cargada de sexualidad que tenía que ser llenada con gemidos y gruñidos de placer.

Y así lo hicieron las envestidas de Mario solo clavaban a _______ contra la pared y su sexo se dilataba y se humedecía cada vez más. Mario le susurraba palabras tiernas y perversas promesas al odio mientras la tomaba con todo su ser marcando a esa mujer como suya.

En ese ambiente cálido, lleno de gemidos y el agua cayendo sobre ellos ______ alcanzó el orgasmo mientras él la penetraba, y no tardó en alcanzarla.

Los dos se quedaron un rato, Mario sosteniendo a _______ y él apoyado en la pared abrazándola. Y el agua seguía cayendo sobre ellos.

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_______ y Mario se encontraban sentados en una mesa de un restaurante no muy lejos de la galería que acaban de visitar. Pero después de que _________ le dijo al encargado que luego le comunicaría su decisión estaba muy callada y eso no le gustó para a Louis.

- ¿Te gustó la galería? - preguntó con precaución.

- Sí, es un lugar excelente.

- ¿Digno de exponer tus cuadros?

- Claro, me encantaría poder exponer mis cuadros en un lugar así...

- Pero... - se anticipó Louis a lo que iba a decir ______.

- Pero, no puedo rentarla, no está dentro de mi presupuesto.

- Así que eso es lo que te tiene tan callada: el dinero. No tienes por qué preocuparte. Sabes que te voy a ayudar en todo.

- No, Mario. No voy a permitir que uses tu dinero en esto. Sé que ser pintor no es una carrera rentable, pero me encanta serlo. Ya veré donde puedo exponer mis pinturas.

- Ya. ¿Y me vas a hacer a un lado?

- No te hago a un lado. Simplemente esto es algo que quiero hacer yo sola. Mauricio siempre se encargaba de estas cosas...

- Señor - dijo una vocecilla infantil detrás de Mario, él se hizo a un lado y una niñita apareció con una canasta llena de rosas en una mano y de la otra estaba toma de la mano de su madre -, ¿no quiere una flor para su novia?

Mario le pagó a la niña y ella le dio la flor a _______. Ella olió la flor e inmediatamente arrugó la nariz y alejó la flor de ella, dejándola en la mesa.

- Tiene un olor un poquito fuerte. Creo que me va a marear.

- Oh! Perdoné, señora - dijo la madre de la niña con las rosas - ¿puedo preguntar cómo se va a llamar?

- ¿Qué? ¿A llamar quién? - preguntó _______ confundida.

- El bebé, cómo se va a llamar el bebé.

- ¿Cuál bebé? Yo no tengo ningún bebé.

La señora sonrió con ternura. - No, lo está esperando. Sí es tan sensible como para que una rosa la maree es porque seguramente usted está embarazada.

________ abrió los ojos como platos y fijo su mirada en Mario. Los dos estaban atónicos.

- No, no puede ser... yo no... *******���+�;

Corromper a un caballero (Mario Bautista y __)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora