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Dos minutos después Mario ya se había cambiado, y los ocho minutos restantes se dedicó a dar vueltas y vueltas por la cocina, metiendo comida en una canasta para llevarla al picnic.
_______ llegó al cumplirse los diez minutos, seguía exactamente igual, vistiendo la camisa de Mario.

- Qué puntual - dijo él -, pensé que a las mujeres les gustaba hacer esperar a los hombres.

- Eso depende del hombre y de lo que queramos conseguir. ¿No crees que sea muy temprano para dar un paseo por la playa? Ni siquiera ha salido el sol.

- Por eso es el momento perfecto.

Salieron de la casa tomados de la mano, por un largo rato estuvieron en agradable silencio. Después empezaron a platicar de trivialidades.

Luego Mario se detuvo, saco una manta de la canasta y la invitó a sentarse.

- Este es el lugar perfecto.

_______ miró en dirección a la casa, no se veía. Habían caminado por largo rato, la forma de la playa era la de una bahía por lo que la casa estaba del otro lado, lo que hacía imposible verla.

- ¿Todo es perfecto? - preguntó ella sentándose a su lado.

- Sí, incluso tú eres perfecta. - Se besaron, fue un beso íntimo, no fue salvaje ni pasional, todo lo contrario, apenas era un simple contacto de labios.

- Lo maravilloso de esta playa es que el sol no se oculta por el mar. Por la forma de la tierra, aquí el sol sale por el horizonte - dijo señalando al mar - y se esconde por las montañas.

_______ miró hacia el mar. El cielo era azul, pero de pronto el sol empezó a salir como Mario había predicho, entintando el cielo de colores primero rosados, característicos del amanecer, luego naranjados hasta que se colocó sobre el mar y el cielo se volvió de un azul claro.

- Dios, creo que nunca había visto un amanecer tan... perfecto.

Mario sonrió. - ¿Sabes que lo haría más perfecto?

- No, Mario, aquí no. Alguien podría vernos - dijo un poco escandalizada.
- ¿Estás segura que no te gustaría....

- No - lo cortó _______ de golpe.

- ¿Al menos puedo preguntar por qué no te cambiaste?

- Me gusta cómo me queda tu camisa.

- Eso sí lo tengo que admitir, se te ve mejor a ti que a mí.

_______ sonrió. - Además, traigo mi traje de baño abajo de la camisa.

Eso le dio una idea a Mario. Le pasó un brazo por la espalda y el otro por debajo de las rodillas y la levantó.

- Mario... ¿Qué estás haciendo? - dijo al ver que se dirigía al mar.

- Tengo ganas de nadar. ¿Tú no?

- Noooo!

- Lástima, yo sí. - Dicho esto entró en el agua, como el sol acababa de salir el agua estaba muy fría. Mario aventó a _______ más adentro. Se mojó por completo.

- El agua está helada, Mario. Vámonos de aquí antes de que nos de algo.

Él pudo notar que los pezones de _______ se ponían duros por el frío. . - Sabes, yo tengo una buena manera de quitarnos el frío. - Se acercó a ella y la besó con intensidad.


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- Ay, gatito, perdóname. Arruine nuestra luna de miel - dijo Dani triste y viendo su pierna enyesada.

- Lo importante es que estas bien - le dio un beso en la frente -, será mejor que regresemos para que te vea un doctor especializado.

- Pero no vas a regresar a trabajar, ¿verdad? Nuestra luna de miel todavía no termina.

- No, no voy a regresar. Voy a estar pegado a ti hasta que te recuperes - le besó la palma de la mano. - Espérame, no tardo, voy a hacer los preparativos para que regresemos.

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- ¿No estás nervioso? - le preguntó ______ a Mario mientras se frotaba las manos, las tenía heladas por los nervios.

En un abrir y cerrar de ojos el tiempo había pasado para ella. Fuera de la sala donde se iba a llevar a cabo el debate para que a comprobar que ________ era la verdadera autora de los cuadros, lo único que podía hacer era tronarse los dedos.

- No - fue todo lo que contestó él

- ¿Y si no creen que fui yo quien los pintó?

- Eso no va a pasar - respondió con tranquilidad.

- ¿Y si Mauricio tiene falsificó algo para que crean que él los pintó?

- Tranquila - dijo tomándole la mano -, eso tampoco va a pasar. Cálmate, todo va a salir bien.

_______ se tuvo que conformar con el simple apretón de manos, sabía que no podían hacer algo que demostrara que se relación iba más allá de algo profesional. Así que se quedaron en completo silencio, esperando que la audiencia empezara.

- Mira nada más, ¿qué tenemos aquí? ______ Y su superhéroe - dijo Mauricio de forma siniestra.

- Ignóralo - le dijo en tono calmado Mario a _______, pero Mauricio lo escuchó.

- No me puede ignorar, abogaducho de cuarta, simplemente no puede.

Mario apretó el mango de su portafolio hasta que los nudillos se le pusieron blancos, era lo único que podía hacer para evitar golpear a Mauricio. Con la otra mano volvió a darle un apretón a ______, y con voz calmada le dijo al abogado de Mauricio: - Por favor, calme a su cliente.

El abogado asintió y se lo llevó ahí. El silencio volvió a reinar en la sala, a la espera de que la audiencia iniciara.

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En ese momento al otro lado de la ciudad un par de recién casados llegaba a su nuevo hogar.

- Al menos así no pudiste evitar que entráramos a la casa contigo en mis brazos - le dijo Juanpa a Dani al tiempo que la dejaba sobre la cama.

- No quería que fuera así - contestó ella triste.

- Lo sé, pero no podías hacer nada para evitar caerte.


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- No sé como soportas hacer esto, una y otra vez – dijo ______ con los ojos cerrado y apoyada el asiento del copiloto en el carro de Mario. - Yo podría sacarle los ojos a alguien.

- Sí, lo pude notar.

Durante la audiencia ______ mostró algunos de sus bosquejos, las personas que le compraron los cuadros a ______, pero ella no veía que el juez estuviera muy convencido de que ella pintara los cuadros y la sacaba de quicio que Mario solo le dijera: todo va a salir bien.

Hasta el momento en que Mauricio pasó a declarar después de decir que él era el autor de los cuadros todo se fue a pique._______ y él empezaron a gritar, sin hacer caso a sus respectivos abogados y sin hacer caso al juez, hasta que este declaró que se pospusiera la audiencia hasta el día siguiente.

- ¿Estás enojado?

- No. Tú eres la que está enojada.

- ¿Y cómo no quieres que me enoje si Mauricio se quiere robar el mérito de mis pinturas? - Mario no contestó y _______ malinterpretó su silencio. - Ves, sí estás enojado... conmigo.

- No, no es eso. Estar en un juicio implica pensar con la cabeza bien fría, y tú no puedes hacerlo.

- ¿Pensar con la cabeza fría? Claro que puedo hacerlo.

- No, no puedes. Si pudieras hoy no te habrías enojado con algo tan leve como la mentira de Mauricio.

- Eso no quiere decir que no pueda pensar con la cabeza fría - dijo bastante enfadada.

- Tienes demasiada pasión dentro de ti para hacerlo. Eres una artista, ¿recuerdas?

- O sea que ser una artista me impide pensar.

- No dije eso, sólo que no eres capaz de separar tus sentimientos de tu razón en momentos de tensión, generalmente no estás expuesta a ellos.

________ bufó y giro la cara para no verlo. Pero él le tomo la mano y le dio un beso.

- Digo, la verdad es que me encanta toda esa pasión que hay dentro de ti. Deja de preocuparte, lo de Mauricio se va a arreglar.

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Y al día siguiente...

- Recuerda, nada de apasionarse. Quédate tranquila.

Esas fueron las palabras de Mario a ________ antes de que el juez entrara en la sala y todos guardaran absoluto silencio.

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- Pero no quiero que te vayas - dijo Dani haciendo pucheros.

- Solo voy a ir a la oficina - le respondió Juanpa.

- Me dijiste que te ibas a quedar a mi lado hasta que me recuperara y yo sigo aquí en la cama.

- Voy a hablar con Mario y Sebas, a decirles que me voy a tomar más tiempo del que pensé, además para ver cómo está el caso del cliente, el hombre ricachón.

- Mmmm... Bueno, pero me prometes que vas a regresar lo más rápido posible, ¿verdad?

- Prometido, mi amor - dicho esto, se agachó para darle un beso en la frente. Después se fue.


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- ¿Cómo que no está? - preguntó francamente sorprendido Juanpa.

- Así, no está - le contestó Mariana la secretaria de Mario.

- ¿Y Sebas? ¿Tampoco está?

- No, creo que no.

- Bueno, ¿y dónde está Mario?

- En una audiencia, señor.

- ¿Una audiencia? ¿Hoy? ¿Tiene un nuevo cliente?

- Sí. Sí. Y No. - dijo contestando a cada una de las preguntas.

- Tal vez es solo un favor para un amigo - dijo en voz baja reflexionando, si no tenía otro cliente quien más podría ser. El caso de la pintora seguro que ya hace tiempo lo había cerrado. - ¿Crees que ya haya terminado la audiencia?

- Sí, probablemente ya terminó.

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Bueno, obviamente la audiencia todavía no había terminado, pues Mario no estaba en su casa. O tal vez había decidido ir a otra parte antes de regresar a su casa, pensó Juanpa, pero si era así, esa decisión iba a matarlo.

Pues en ese momento no tenía quería ver a Mario en su casa para hablar de trabajo. La naturaleza le había hecho un llamado y necesitaba usar el baño en ese mismo instante.

Así que llamó al portero. Por supuesto que éste conocía a Juanpa bastante bien, pues no puso peros para abrir el departamento de Mario, solo para que Juanpa pudiera usar el baño. Y entró en él corriendo.

Pero cuando salió, lo hizo con más calma. Y entonces se percató de algo que no había notado al entrar en el departamento: había un vestido, el vestido de una mujer en uno de los sillones.

Juanpa se acercó a él y lo agarró con dos dedos, como si fuera toxico. Por supuesto no lo era, pero no es que fuera aficionado a ver la ropa de las personas, solo que encontraba fascinante encontrar ropa de mujer en el departamento de Mario.

Él jamás había permitido algo así. Ni siquiera con sus novias más formales. Para él, su casa era su templo, un lugar de absoluta privacidad y encontrar una prueba de la intromisión de una mujer era algo increíble.

La mujer misteriosa.

Esa que nunca le había dicho quien era. Bueno, pronto tendría que sacarle la respuesta. De pronto observó otro detalle: el vestido se le hacía conocido. En alguna mujer lo había visto antes, pero ¿en quién?

La pintora.

No. Simplemente no podía ser. Mario sabía que no podía. Sonrió por lo tonto de sus conclusiones apresuradas: muchas más mujeres podían tener un vestido igual. Alguien más tenía que ser. A lo mejor Sebas ya lo sabía. Volvió a sonreír al pensar en sacarle la verdad a Sebas.

En fin, se resignó a no hablar con él cuando no le contestó el celular. Ni modo, tendría que esperar, porque Dani lo estaba esperando a él en su nueva casa. Salió del apartamento y se dirigió a encontrarse con su esposa.

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Corromper a un caballero (Mario Bautista y __)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora