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    Y así comenzó su relación prohibida e idílica.

Para Mario, era un respiro de aire fresco. Algo que lo hacía sentirse nuevo, renovado, algo que hacía que se levantara de la cama cada día esperando el momento de volver a verla. Simplemente una mujer como ________ no era lo que esperaba en su vida, era fresca y alegre, pero le encantaba su forma de ser.

Para ________ era una fuente de inspiración. Era algo diferente, excitante, aunque por otro lado a veces la hacía sentirse un poco mal que su relación fuera secreta, eso mismo le daba un sabor único a lo que compartían.

Pero sabía que tenía que irse con cuidado si no quería terminar sufriendo. Todos los días el primer pensamiento que cruzaba por su cabeza era Mario, al igual que lo era el último. Sin embargo, le encantaba sacar sus pinceles y comenzar a pintar inspirada en Mario.

Para Dani todo este asunto de actuar de celestina era una botana, le divertía ser la cómplice de los amantes, pero andaba con cautela, pues sabía que si Juanpa llegaba a darse cuenta de que se lo había estado ocultando las cosas iban a terminar feas.

Para Juanpa las cosas estaban de lo más extrañas. Sebastian todo el día interrogando a la secretaria de Mario. Dani pasaba más tiempo en esa oficina que cuando trabajaba ahí. Mario había bajado un poco en su nivel de trabajo, pero lo veía tan contento que no se atrevía a reclamarle algo.

Pero en definitiva el que más estaba sufriendo en todo eso era Sebastian, pues a pesar de que estaba al pendiente de la oficina esperando el momento de que _______ apareciera por la puerta. Sólo sabía eso de ella, que su nombre era ______, se lo logró sacar a la secretaria de Mario y eso por una simple equivocación de ella. Pero no pensaba rendirse, esa mujer le gustaba e iba a conseguirla, si nadie quería ayudarlo no importaba, él solo podría lograr que ________ se fijara en él.

O eso es lo que él pensaba.

Eran cerca de las ocho de la noche cuando Juanpa, Mario y Sebas por fin abandonaron la sala de juntas. Después de haber estado discutiendo durante dos horas con su nuevo cliente los tres se sentían agotados.

Habían pasado una hora encerrados asegurándole al señor que lo mejor para él era esperar y poder comprobar la infidelidad de su esposa, que eso le otorgaría cierta ventaja.

Y la otra hora la había pasado respondiendo sus dudas. Al final, habían acordado que empezarían a buscar pruebas cuanto antes, y que los tres se harían cargo de su caso. Después de asegurárselo unas diez veces por fin la reunión se había terminado.

- Dios, un minuto más en ese salón e iba a terminar ahorcando al tipo - dijo Sebastian - creo que todavía me faltan vacaciones.

- Demasiado tarde - apuntó Juanpa - ya te has comprometido y no puedes dejar esto a medias.

- Ya sé, pero este hombre es estresante. ¿No les parece que necesitamos ir a un bar a descargar las tenciones? - preguntó con sonrisa cómplice.

- Lo siento, Sebas, no puedo. Esta noche tengo una cena con los padres de Dani, son mis futuros suegros, no puedo faltar.

- Esa es justo la razón por la que no me amarro a una sola mujer. ¿Qué me dices tú Mario? ¿Vamos?

- Mmm... No puedo tampoco. Estoy... ocupado, tengo que encontrarme con alguien.

- ¿Es esa mujer, verdad? - preguntó Juanpa. - ¿Ya por fin nos vas a decir quién es?

- Qué importa quién es - lo interrumpió Sebas -. Mira, Mario, si quieres encontrarte con ella, llámala, llamas a la ______ pelirroja y los cuatro nos vamos a un bar por ahí ¿qué te parece?

- Buen intento, Sebas, pero no vas a saber nada de ella por mis labios. Mejor vete a tu casa a darte una buena ducha de agua helada. - Miro el reloj - yo me tengo que ir porque se me hace tarde.

Se despidió de sus amigos. - Por cierto, Mario - le dijo Juanpa -, mañana voy a ir a ver la hacienda donde se va a celebrar la boda, así que no voy a ir al GYM por si te quieres quedar toda la mañana con tu misteriosa mujer.


********************



9:30 pm.

El timbre sonó. _______ miró la puerta de su estudio y frunció el ceño. No había algo más molesto que alguien llegara a interrumpirla mientras pintaba, y en ese momento la estaban interrumpiendo. Decidió esperar un rato para que quien fuera que estaba tocando se fuera y ella pudiera seguir sin interrupciones.

No obstante, el timbre sonó una, dos, tres veces más. Con un suspiro de frustración se dirigió a la puerta, dispuesta cortarle el cuello a cualquiera que no tuviera un buen pretexto para interrumpirla.

Abrió la puerta de golpe, y se encontró con Mario. Quien parpadeó un par de veces al verla, y enseguida se empezó a reír. Una risa que _________ consideró de lo más sensual y sexy.

- ¿De qué te ríes? - dijo de pronto con una sonrisa en los labios.

- Te ves tan adorable con esa cara de enojada y la cara llena de pintura. Eres como una niña chiquita - dicho esto le dio un beso en la frente -. Compre comida china, camino a aquí, así que si me invitas a pasar, podremos comer y hablar.

- Claro, pasa - dijo haciéndose a un lado -. Espérame un segundito, voy a... buscar algo.

Cuando _______ se miró al espejo se dio cuenta de que Mario tenía razón. Tenía la cara llena de pintura, de todos colores, por todas partes. Pero no solo eso, tenía el cabello hecho un desastre, después vio la ropa que traía puesta.

Más rápido de lo que canta un gallo, _______ bajaba la escalera para encontrarse con Mario, con el cabello arreglado, se había limpiado la cara y se había cambiado de ropa. Pero cuando Mario la vio, volvió a reírse.

- No tienes que cambiarte de ropa por mí - se acercó a ella y le dio un beso en la frente de nuevo - me gustas te pongas lo que te pongas.

Y para demostrárselo, le dio un apasionado beso, rodándola con los brazos y pegándola contra él.

- Tengo una sorpresa para ti - le dijo en un susurro y volvió a besarla.

A

Corromper a un caballero (Mario Bautista y __)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora