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- ¿Cartas? - Mario miró el montón de cartas que había sobre la mesa, y después la miró a ella sorprendido. - ¿Qué tienen que ver estas cartas?

- Son de Mauricio.

- ¿Y quién es Mauricio? - preguntó Louis.

- Él es mí no... El hombre que se robó mis pinturas - se corrigió.

- Sigo sin saber que tienen que ver las cartas.

- Dicen que Mauricio tiene varios clientes para mis pinturas, y dice que todas las pintó él - dijo como si fuera la cosa más obvia del mundo. Pero Mario no dijo nada, se la quedó mirando como si no pudiera creer lo que estaba viendo. - ¿Por qué me miras a sí?

- ¿Leíste estas cartas?

- Sí, pensé que podrían ser de ayuda.

- ¿Y quieres usarlas como evidencia?

- Sí - contesto muy segura.

- Para lo único que te van a servir estas cartas es para que el tal Mauricio te levante una acusación por invadir su privacidad. Leer la correspondencia de otras personas es un delito, ________.

De repente _________ se enfureció. - También robarse las pinturas de alguien más es un delito. ¿Por qué nadie hace nada? - y salió enojada del cuarto.

Mario la miró alejarse. Suspiro. Después y con toda la tranquilidad del mundo fue tras ella. ________ estaba en la sala, sentada en uno de los sillones, rodeándose con sus brazos. A Mario le dieron ganas de ser él quien la rodeara con sus brazos, pero no se movió. Solo la miró, sin decir nada. _________tampoco lo miraba, tenía la vista clavada en un punto fijo, pero no veía nada en particular.

- _________, yo... - empezó a decir Mario.

- No es justo, ¿sabes? - lo interrumpió. - Las pinturas ni siquiera son buenas, pero lo que me molesta es que ese desgraciado se quede con los frutos de mi trabajo, y tú en lugar de ayudarme, lo ayudas a él.

- Te quiero ayudar, pero esto - le mostró las cartas -no te va ayudar de nada. - Fue a sentarse al sillón junto a ella. - ¿Tus cuadros no deberían estar firmados?

- Deberían pero no lo están.
- ¿Tienes alguna manera de comprobar que las pinturas son tuyas?

- Solo tengo bocetos, nada más.

- Bueno, vamos empezar por esos bocetos, y luego saber a quién les vendió las pinturas el tal Mauricio. No vamos a meter ninguna demanda hasta que tengamos pruebas contundentes de que te robó las pinturas.

- Gracias - dijo _________ en un murmullo con toda sinceridad.

- De nada - contestó Mario, de la misma forma casi inaudible.

Entonces el silencio reinó. No dijeron algo, sólo se miraron a los ojos. No había tención en la habitación, era un momento agradable.

Pero _______ quería hacer caso del consejo de Daniela: primero acercarse a Mario antes de cualquier cosa. Estaba pensando en un tema con el que el uno pudiera saber del otro, pero antes de que pudiera decir una palabra, los labios de Mario ya estaban sobre los de ella.

¿Por qué la besaba? Mario no lo sabía, y tampoco le importaba. Lo único que sabía era que deseaba hacerlo desde la primera vez que la vio, y pensó que en ese momento en que los dos estaban en armonía y estaban solos, era el momento perfecto.

Fue un beso tímido y tierno, para reconocerse. Tranquilo, no había prisa, tenían todo el tiempo del mundo.

Mario le acunó el rostro entre sus manos y la acercó más a él. _______ se dejó llevar, fue besada y lo besó. Pasó sus manos por el cabello de Mario despeinándolo, pero ¿qué importaba eso en ese momento? Nada.

- ¡________!

Una voz de hombre hizo que se separaran instantáneamente.

- ¡_______, tengo que hablar contigo!

Escuchar esa voz, hizo que a Mario lo recorriera una oleada de celos y enojo. _______ le tocó la mano para tranquilizarlo y fue a abrir la puerta.

- ¿Qué estás haciendo aquí? - pregunto _______ sorprendida.

- Gracias a Dios que estás aquí - dijo el desconocido mientras hacía a ________ a un lado y entraba a la casa -, no sabía que iba a hacer si no te encontraba.

- ¿Qué estás haciendo aquí? - volvió a preguntar _______, pero esa vez más seria.

- ¿Qué qué hago aquí? Estaba preocupado por ti, ________. Tenía que ver que estabas bien.

- Bueno, ya me viste, ya te puedes ir - contestó ella.

- No, ________, tenemos que hablar. Necesito que... - su voz se apagó cuando se encontró con la figura de Mario. Inmediatamente su voz se volvió más fría y seria. - ¿Quién es usted y qué hace en esta casa?

Mario miró a __________ que estaba detrás del hombre. Después se puso de pie y con mucha calma dijo: Yo, señor, no tengo porque darle ninguna explicación de quien soy o de lo que hago en esta casa.

- Pues si no quiere darme ninguna explicación le aconsejo que se vaya en este mismo instante y deje a _________ en paz.

- Me voy a ir cuando ella me lo pida - dijo Mario de forma cortes pero con la misma frialdad con la que le hablaba el desconocido.

- _________ - dijo con dureza el hombre -, por favor - su voz se volvió más suave.

________ suspiró como si hubiera sido derrotada. - Mario, vete por favor.

- ¿Qué? - si le hubiera dicho que se acababa de ganar la lotería no hubiera podido estar más sorprendido. El hombre se entró más a la sala dándole a entender que había ganado la batalla. Mario se acercó a ella y en voz baja le dijo:- ¿Por qué?¿Quién es él, _______? - Estaba enojado, pero podía notar un deje de preocupación en su voz

- No te preocupes. Voy a estar bien. Yo... yo después voy a buscarte.

- Como quieras - contestó Mario. Y sin despedirse se fue. ______ y el hombre se quedaron en completo silencio hasta que escucharon el sonido del carro de Mario arrancando y alejándose de la casa.

- Ay, _______ -dijo en un suspiro -, no sabes lo bueno que se siente estar de nuevo en casa - dijo mientras se dejaba caer en el sillón en el que hasta hace unos momentos estaban ella y Mario sentados, besándose.

- ¡¡¡Te voy a matar, Ramiro!!!

- Pensé que ese trabajo lo quería hacer Nath - dijo cínicamente.

- Deberías estar pidiéndole perdón a Nath de rodillas en lugar de estar aquí, interrumpiendo mi vida.

- Cálmate, ________. No interrumpía tu vida, solo quería saber quién era ese hombre. Pero seguramente es igual que Mauricio si no me quiso decir quién era.

_________ se cruzó de brazos. - Es mi vida, Ramiro, yo no me meto en la tuya, tú no te metas en la mía. Él no tiene porque darte explicaciones de nada.

- ________ - su voz se había suavizado -, perdón. Pero eres mi hermanita, entiende que no quiero que vuelva a pasar lo que te pasó con Mauricio. ¿Cuándo lo conociste?

- Hace como una semana y él no es como Mauricio.

- No, seguro que no es como Mauricio. Si no fuera porque hace tan poco tiempo que se conocen juraría que estaba celoso. ¿Dónde lo conociste?

- Es mi abogado. Me va a ayudar a demostrar que Mauricio se robó mis pinturas.

- Estoy seguro - dijo observándola atentamente, pero no dijo nada más.

- ¿Qué? ¿Por qué me miras así?

- ¿Sabes que tienes esa misma cara que ponías cuando tenías 8 años y estabas enamorada de Sebastian, mi mejor amigo? ¿Sí te acuerdas, no?

- Yo no estoy enamorada de Mario.

- Yo no dije que lo estuvieras - dijo divertido - solo que tenías cara de enamorada. Ya, ya, ________, no te enojes - dijo cuando vio su cara - solo dime una cosa más: ¿cómo se llama?

- Mario...

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Corromper a un caballero (Mario Bautista y __)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora