Verde.

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El día no había empezado de la mejor manera.

Además de la terrible jaqueca que estaba teniendo, que lo agregaba a su insomnio de la noche anterior gracias a su pesadilla, el comportamiento bajo aviso de Harry le traía incomodo gracias a que como prometió el rizado, los señores Styles estaban ahí.

Conoció al fin a Desmond Styles, un gran alfa que realmente no se parecía en nada al rizado. Todo él era de Anne, ciertamente.

Luego estaba Gemma, una linda beta que le sonreía de vez en cuando mientras platicaba a la vez con su hermano de sus varios logros. Novedades que realmente eran insignificantes, pues para qué negarlo, había entrado al estudio de Harry días atrás y había encontrado todos sus diplomas académicos.

A comparación de lo que Gemma decía, era nada.

- Y pensaba que después podemos ir a almorzar- Concluyó Anne que decía entusiasmada su itinerario.

Como su fisioterapeuta, fue al único que se le dio permiso de acompañar al alfa a su cita mensual.

El hospital privado de Londres les abría las puertas mostrándose como solo este podía ser. El lujo resplandeciente, con los pisos de un color reflejante, le hacía ver su rostro casi a la perfección.

Harry se había tomado de su brazo de una manera en la que le pedía ayuda para alejarlo un poco de sus, para qué negarlo, molestos familiares.

- Aún no nos adelantemos.- Agregó Desmond.- No sabemos si hay buenas noticias.

- Las habrá.- Afirmó la omega.

Él, que solo escuchaba, quería creer en que aquello era verdad.

El doctor Jackman era demasiado amable. Desde el principio les había saludado cortésmente mientras le indicaba a Harry que se colocara en la cabina donde sería examinado.

El rizado, como buen paciente conocedor de la rutina, hizo todo más llevadero para así acabar rápidamente.

Al final, ayudó a enderezarle y bajarle de una máquina en la que había sido revisado tediosamente.

- ¿Cómo se ve?- Susurró entonces el alfa. Louis le colocó los zapatos tomándole del brazo y mirando entonces hacia donde el doctor caminaba.

- Se ve demasiado calmado.- Un pequeño bufido más un asentimiento terminaron su platica casi inexistente.

Entonces, se sentaron frente al escritorio mientras el doctor veía atentamente la pantalla de su tablet.

Al principio parecía haberlo visto todo, entonces se detuvo un momento y esperó un par de minutos para así hablar.

- ¿Sucede algo doctor?- Preguntó Anne. Este se relamió los labios y sonrío cortamente asintiendo.

- Le cambiamos a Harry el medicamento del mes pasado por qué no había mejoría alguna. Opté esta vez por uno más fuerte que si bien le causaría problemas, por eso pedí que le contrataran un fisioterapeuta.- Louis abrió los ojos expectantes entendiendo así su estadía en la casa de Harry, a pesar de que este era perfectamente útil sin él.- Y ha dado sus frutos, señores.- Anne soltó entonces un gritito demasiado alto. Se enderezó en su asiento y escucho atenta al hombre.- No es muy notable aún. Pero...- Entonces volteó hacia ellos la tablet que tenía en manos. En ella la pantalla captaba los ojos verdes del alfa.

Al principio Louis se perdió en el color de estos. Si bien podía verlos normalmente, en la pantalla se veía más intensificado el color. Realmente era extraordinario. Un verde muy claro y a la vez demandante.

Colores. "Larry"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora