Las mañanas eran más cálidas desde que podía ver a su alrededor al abrir los ojos.
Y si tenía un poco de suerte, era dichoso de despertar con Louis al lado suyo.
El omega mantenía la boca entre abierta con esa nariz como botón que se le arrugaba de vez en cuando y sus pestañas largas que solo le hacían lucir más bello de lo que era.
Con ese castaño pelo revuelto, llevando su mano a acariciarle con levedad.
Entonces envolvía al omega con sus feromonas y le arrullaba haciendo duradero el momento.
- Vamos, sé que puedes.- El rizado bufó rodando los ojos y mirando hacia aquel cartón que Louis sostenía donde varias letras de tamaños distintos se aparecían.
- Aún no entiendo por qué hacemos esto.
- Te ayuda a mejorar tu visión, Harry. Son ejercicios.- El rizado hizo un puchero pronunciado haciendo al castaño resoplar.- Solo una más.- Pidió. Harry seguía sin responder mientras miraba sus uñas como si fueran lo más importante del mundo.- Una y tomamos un paseo por el parque.- Añadió. El alfa le vio enseguida sonriendo.
- Claro, ya que insistes.- Haciéndole gruñir.- Es una... ¿F?- Louis asintió soltando entonces una risita cálida.
- Así es... Vas mejorando.- Harry se puso de pie caminando con normalidad aunque aveces se tropezaba al no estar acostumbrado aún; llegando hasta él omega y quitándole aquel cartón para así atraerlo hacia su cuerpo viéndole desde arriba.
- Ahora ponte bonito y salgamos al parque.- Sonrío. Louis se sonrojó levemente apretando los labios y asintiendo, separándose del alfa y caminando torpemente hasta su habitación.
Aveces era complicado trabajar con Harry, sobre todo por el efecto que ahora era más que obvio y notorio que el alfa causaba en él. Incluso estaba pensando en renunciar.
- No te dejaré hacer eso.- Dijo el rizado con tono serio mientras caminaban con lentitud rodeando el parque.
Estaban tomados de la mano, lo que al principio causó un conflicto en el omega acalorándose enseguida, lo que lo empujó a decirle de su presunta decisión a su jefe.
Se detuvieron enseguida siendo Louis quien parase viéndole con el ceño fruncido.
- No pudo seguir trabajando para ti.
- Lo haces perfecto. No tengo queja alguna. Además, no podría aceptar a alguien más en mi espacio personal.
- Pues tendrás que, Harry. Tú y yo estamos ya muy involucrados.
- Eso no es ningún impedimento.
- ¡Lo es!, además, si tus padres se enteran, igual seguro que me despiden.
- Jamas dejaría que lo hagan.
- Por favor... No me necesitas realmente.
- Te necesito más de lo que piensas, Lou. Además, aún empiezo a cortejarte, y si te vas, no podría hacerlo como ahora.
- Exacto. Lo haríamos como la gente normal lo hace.
- Pero yo no quiero eso, yo no soy normal.- Dice encogiéndose de hombros. El castaño aprieta los labios negando.
- No lo pondré a discusión.
- Yo tampoco. No te dejaré renunciar.
- ¡Entiende que no puedo trabajar a tu lado!
- ¿Por qué?
- Solo tonteo cuando te veo. Ya no puedo ni pensar con claridad cada vez que estás a mi lado y así sólo perjudica tu recuperación. Necesitas a alguien más apto.- Dejó en claro. Tomó una gran bocanada de aire sintiéndose más libre al decirlo, dejando al rizado estupefacto.
Harry sonrió entonces levantando una mano hasta la barbilla del mayor y atrayéndolo fácilmente a si. Jugueteó un rato pasando sus labios encima del otro haciendo a este gruñir y hacerse de puntas para enrollar sus brazos a su cuello y acercarse más:- Deja de tontear tu igual, sólo bésame.- Añadió y entonces fue él mismo quien capturó sus labios besándole con ímpetu.
Harry ya algo acostumbrado a ese omega atrevido le rodeó con sus brazos en la cintura, aferrándolo de manera perfecta a su cuerpo.
Moviendo sus labios para cautivar con perfección los contrarios y saborearle.
Era algo frenético y a la vez profundo dejando sin lugar a dudas que enserio sentían algo por el otro.
Separándose cuando ya no quedó aire, sin soltarse, se vieron a los ojos, a pesar de que Harry ocupara unos lentes de protección al sol, pero esos verdes seguían siendo notorios y los azules estaban demasiados enfrascados en cautivarle por completo que nada más allá de eso le importaba.
- Eres precioso...- Susurró el rizado. Louis siquiera se sorprendió. Sonrió sonrojado volviendo a besarle dejando en claro que quería ser parte de su vida.
Y él estaba listo para tener a Harry en la suya.
Esa madrugada, simplemente no lo vio venir. En su cita con el ginecólogo le habían dicho que debía estar atento a cualquier cambio de su ciclo hormonal, pero simplemente jamás imaginó que fuera tan inesperado.
La cama estaba húmeda y seguía humedeciéndose más y más cada que siquiera respiraba.
Se tuvo que poner de pie y apenas y podía sostenerse, abriendo la puerta de su habitación y hallando a un Harry desesperado a punto de entrar a por él como una presa.
Con solo mirarle, siquiera pudo pensarlo dos veces antes de abalanzarse a él, enrollando sus brazos a su cuello y sus piernas a las suyas, subiendo hasta sus caderas y empezando a restregarse necesitado.
- Hazz...- Gimoteó. Enterraba su nariz en el cuello del rizado quien ya le tenía apasionado entre sus manos, entrando a la habitación y cerrando la puerta enseguida.
Lo llevó a grandes sacadas hasta la cama, donde le acostó dejándolo expuesto.
Era un desastre, pero seguía siendo perfecto.
Con esas mejillas sonrojadas y los labios entre abiertos. Sus ojos apenas y podían estar abiertos, retorciéndose del dolor de querer ser complacido.
- Hey... Bonito...- Susurró. Louis tomó sus manos llevándolas a su cuerpo.
- Por favor... Tócame, vamos, tócame. Te necesito... Enserio lo hago... Lo hago mucho.- Confesaba. Un deseo inconsciente que jamás se atrevería a decir en sus cinco sentidos.
Y bueno, para eso estaba el celo.
Harry se mordió los labios llevando su nariz hacia él cuello del omega, pasándola hacia entre su camisa, la cual le arrancó a girones deleitándose con la piel caliente que desprendía ese delicioso olor a malvaviscos.
Más bajo, aquel pantalón de tela suave que estaba más que mojado.
Se deshizo de él quedando únicamente la ropa interior, quitándole de igual modo y dejando al castaño completamente desnudo.
Transpiraba más y más ante el deseo, oliendo con levedad el rumbo de su zona baja, abriendo los ojos y mirando como el castaño seguía retorciéndose, viéndole apenas y pidiendo por él:- P-por favor...- Rogó alzando la pelvis. Ese rosado miembro que saltaba erecto buscando su atención.
Enloqueció enseguida.
Con sus verdes dilatados, y sus manos que se metieron entre sus piernas abriéndolo para él y jalándole hasta su nivel.
El omega gimoteó ante las caricias que empezaban a sentirse por sus muslos, metiendose más y más al fondo, donde ahora dos yemas jugaban con su rosada entrada.
Estaba respirando con dificultad mientras trataba de no cerrar por completos los ojos, viendo como el alfa le admiraba con devoción.:- H-Harry...- Soltó alarido.
El alfa entonces repasó con una yema su entrada, haciendo presión y jugueteando con el movimiento para así introducirse hasta el nudillo.
Un pequeño gemido alarido que le sonó a gloria.
- Tranquilo, cariño... Yo me encargaré de ti.
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Colores. "Larry"
FanfictionUn omega, fisioterapeuta experimentado. Un alfa, heredero, ciego. Harry T, Louis B.