Azul.

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Empezó a transpirar y respirar más agitado levantándose como un resorte y pisando el frío piso.

Miró entonces la cama donde una gran mancha mojada se apreciaba, negando repetidamente en susurros mientras trataba de entender que estaba pasando.

Eso no tenía que ser así.

Fue hacia el baño quitándose la parte baja de su pijama, remojándola en agua enseguida para después dejarlo así mientras caminaba a los estantes de la misma buscando algo que no sabía.

Empezaba a desesperarse más y más cuando de pronto sintió como algo escurría entre sus piernas; estas empezaban a temblarle. Todo el empezaba a desmoronarse.

Había mucho calor.

Apoyó su frente en la pared y trató de no pensar en nada. Estaba empezando un celo contra reloj. Uno que no tenía para nada planeado.

Iba a volverse loco.

Entonces, tan perdido en sus pensamientos estaba que no fue hasta el último segundo de su contacto, que sintió la presencia del alfa.

Sus manos se adueñaron de sus caderas apegándolo enseguida a su pelvis. Solo ese movimiento lo hizo gemir alarido.

Sus feromonas empezaron a envolverle como a una manta y el lloriqueo se hacía intenso.

- Hueles divino, Lou...- Y su voz le hizo abrir los ojos como platos, dándose cuenta de lo que estaba pasando.

Intentó separarse de él, algo que le fue imposible por qué enseguida la presión fue ejercida y fue juntado más al otro.

Más gemidos procedieron al primero cuando un vaivén suave comenzó con la pelvis del rizado contra sus glúteos.

- N-no... H-Harry no...

- Si... Estás en celo...- Como pudo y una gran fuerza de voluntad, logró separarse del alfa y negar mientras le miraba.

Este estaba colorado. Demasiado presencial. Le había ya mojado con sus fluidos en la parte donde se estaban frotando, y gruñía por la separación.

- N-no debió pasar... P-por favor, v-vete... Haré a-algo con e-esto.- Dijo para entonces empezar a caminar, a punto de caer por su poca estabilidad, hacia dónde aún seguía remojándose su pantalón, apagando la llave y no sabiendo bien que hacer a continuación.

Otro gruñido y saltó sobre su lugar, mirando desde el espejo como el alfa se volteaba hacia él y volvía a pegarse a su espalda.

Negaba intentando zafarse.

No quería empezar la estapa en donde perdía poder de sí mismo y entonces rogaba por el placer del rizado.

- ¡Harry!- Gritó ronco.

- No. Necesitas esto... Déjame ayudarte...- Su mano viajó hacia el frente, en el pecho del castaño, bajando hasta colarse en las ya muy empapadas ropa interior, empezando a masajear su miembro.

Louis estaba escandalizado, negando aún apesar de que el rizado no le viera, con la boca entre abierta, con la cordura a punto de caer al vacío.

Entonces de un movimiento rápido fue tomando por los brazos del alfa y subido al lava manos.

Le abrió para encajar perfecto entre sus piernas y estar a su merced. Le destrozó la ropa interior y despojó de su camisa.

Louis trataba de detenerlo siéndole imposible. No tenía fuerza alguna. Así que sin más, sintió como la nariz del alfa iba bajando por todo su pecho, en una línea recta hasta llegar a su miembro. Lo tomo con ambas manos y le masturbó de manera delicada.

Se sorprendió de su lascividad a la hora de abrirse aún más ante el rizado, negando ante la idea que no podía dejar de atormentarlo. No tenía control de si.

Había mucho calor. Necesitaba algo dentro...

- H-Harry... Por favor...- No quería decirle eso. No debía.

Dios, era su jefe.

Entonces la mano del alfa acaricio sus testiculos, bajando luego hasta palpar su entrada.

Se la imaginó dilatada y rosada, tan mojada por su presencia.

Metió uno de sus dedos y Louis tembló entero. Abrió la boca dejando escapar un gemido suspiro. Sus manos no buscaban donde ponerse para poder sostenerse.

El dedo de Harry empezó a moverse junto con él que ya movía sus caderas:- M-más...- Incluso había empezado a llorar.

No quería eso.

Y aún así Harry parecía un ser piadoso.

Le metió dos más mientras a su boca se metía su pene. Lloriqueó de forma gloriosa para los oídos del alfa, que enserio, estaba disfrutando eso.

El olor de Louis se metía más y más por sus fosas nasales, empujándole a eso. Él quería eso.

Las feromonas le habían rodeado y obligado a pararse, por qué aunque el omega no le llamara, él debía atenderlo.

Louis sintió su vientre contraerse, lloriqueó aún más negando. No quería eso.

- No...- Se sentía tan sucio ahora. ¡Era su paciente!

Entonces explotó.

Una sensación tan satisfactoria.

Se corrió como hacía mucho no lo hacía y gimió de forma tan gloriosa.

Harry tragó hasta la ultima gota levantando el rostro hacia él, con los labios hinchados. Sacó los dedos con cuidado y se acercó de pronto a su rostro.

- Louis...- Su nombre se oía tan hermoso en esa voz. Estaba empezando a calentarse de nuevo.- ¿De qué color son tus ojos?- Cerró estos y negó.- Louis...

- No debiste.

- Soy el único que podía ayudarte.

- No.

- Louis.- Abrió de nuevo los ojos y supo que ya no podía seguir ahí. Y no solo hablaba de ese momento, si no trabajar para Harry.

- Siquiera eres un alfa completo. ¿Cómo puedes pensar que te necesito?

Colores. "Larry"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora