Marfil.

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El dolor inundaba su cuerpo por completo. Incluso había momentos en los que sentía que el peso de este era tan grande, que no podía respirar.

Los recuerdos... Le gustaría decir que son borrosos y que incluso no recuerda absolutamente nada de ellos. Fingiría demencia absoluta. Un Alzheimer temporal, si tan solo fuera buen actor. Pero enseguida se darían cuenta además de que seguro sus estudios mostrarían que lo único malo que tenía, era el razonamiento.

Los hechos pasaban como película en su memoria.

Recuerda perfecto estar en su despacho donde, aunque la mitad de su mente pensaba en Louis, como casi la mayoría del tiempo en los últimos meses, su otra mitad se aseguraba de empezar a mantener vivo y trabajado su conocimiento.

Estaba incluso pensando seriamente en aceptar la propuesta de su madre de volver a la empresa. No es que lo hiciera para molestar a Gemma quien solo había esperado un momento para tomar el poder, sino más bien las ganas de dejar de ser un bueno para nada. Al menos así lo sentía. Quería más. Quería enserio demostrar que sus aprendizajes seguían frescos, que todo estaba en su cabeza, archivado y listo para usar.

Su puesto en la empresa ya no le causaba tanto conflicto y el miedo a ello se había erradicado.

La mayoría del tiempo, se lo agradecía a Louis. Sabía que su presencia ayudaba y ayudó desde el inicio a su avance personal. En ese momento, realmente se sentía un nuevo hombre. Y estaba listo para volver.

Ese día fue catalogado como algo normal e incluso banal. Estaba arreglando unos cuantos asuntos en su despacho, simplemente leyendo más bien. Quería ponerse al corriente y demostrar que podía, que de nuevo estaba en la carrera.

Louis no estaba en casa pues le comentó que iría a visitar a Zayn y eso estaba bien por que el omega por si solo era un distractor enorme en su campo de visión.

Entonces un toque peculiar le llamó la atención. Esperó a que pronto parara pero recordó que ni Adele ni Ed estaban en casa así que se vio en la necesidad de ponerse de pie para atender.

Grata fue su sorpresa al ver de quién trataba.

- ¿Le puedo ayudar en algo?- Preguntó con cierta intriga. El hombre frente suyo sonrió.

- No entiendo que es lo que Louis ve en ti.

- ¿Disculpa?- Parpadeó algo confuso ante la mención del que el poseía como su omega afilando la mirada hasta el alfa.

- ¿Puedo pasar?- Dijo sin más. Harry empezaba a hartarse.

- ¿Qué es lo que quiere?

- Hablar de Louis.- Respondió enseguida. Como un reflejo. El alfa no pudo evitar tomar aire y seguir mirándole demasiado confuso. Se relamió los labios llenándose de miles de ideas a la vez. Ninguna de ellas muy gratas. Le dio paso llevándole a la sala donde tomó asiento invitándole a lo mismo.- Seré directo, Styles.- Los ojos verdes del rizado se abrieron de sobremanera ante la confianza de este, apretando los labios sin dejar de escucharle.- Vengo aquí a reclamar lo que es mío.

- ¿Y qué dices tú que es tuyo?

- Louis, por supuesto.

- ¿Louis?

- Louis. El mismo Louis al que te has llevado a la cama ya muchas veces. Ese Louis que tiene un culo bien bueno y que seguro has disfrutado con esos ojitos que apenas y ven. Tranquilo, sé que se siente. Louis es un omega escurridizo y travieso. Le encantan los débiles como tú y yo.

- ¿De qué carajo estás hablando?- Gruñó más alterado el rizado. Su voz elevada y sus feromonas que soltaba inundando de irritación el ambiente.

Colores. "Larry"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora