Después de un largo camino de derramar algunas lágrimas estupidas y escuchar algunas canciones tristes en mi auto, llegue a mi casa, aparque el auto en la cochera y baje de el. Al otro lado de la barda. Ahí estaba la casa de Mario, esa en la que habíamos vivido tantas cosas. No sabía si aún seguía viviendo ahí, tenía rato sin mirar hacia esa casa. También tenía rato sin ver a Gloria o a Carlos, sus padres o a Jan y Daniel, sus hermanos. Era tan extraño, después de un tiempo se sintió como si no hubieran existido.
Camine hacia dentro y deje las llaves en la mesa de centro caminando hacia la cocina. Mi casa tenía demasiado tiempo sin lucir como un hogar. Nunca cenábamos todos juntos desde que Mamá falleció, no juzgo a mi papá por eso, para él es más sencillo estar fuera y sumergirse en su trabajo para no pensar en la ausencia de mamá. Quizá había olvidado que tenía una hija, que también necesitaba de él.
Tenía demasiada hambre, no había comido nada desde la mañana. Mi cabeza comenzaba a doler.
Comí sola y luego camine hasta mi cuarto. Entre algunas cosas que hice se fue el tiempo volando, cuando mire el reloj ya eran las 5:30 p.m. Me lancé a la cama y tan pronto mi cabeza toco la almohada mi teléfono sonó.
-¿Hola?
-____tn necesitamos hablar. -Ahí estaba de nuevo. Esa voz qué me estaba volviendo loca desde esta mañana.
-Dije que no tenemos nada de qué hablar.-apreté los labios.
-Solo dame 15 minutos de tu tiempo.
Suspiré ¿Qué demonios da? Son 15 minutos y si no acepto no dejara de insistir. Me quede en silencio unos segundos pensando en qué tan mala idea sería aceptar. Esperemos no te arrepientas ____tn.
-15 minutos solamente.-Pude escuchar como dio un pequeño gritillo.
-Nos vemos en el café de siempre entonces.
No me dejo contestar ya que colgó. Había echo bien, pude arrepentirme ese último segundo y decirle que mejor no. Restregué mis manos en mi cara maldiciendo por lo que estaba a punto de hacer y tome mi chaqueta para bajar.
"El café de siempre" recordé perfectamente de qué café hablaba, se encontraba a unos 20 minutos de nuestras casas. Solíamos ir ahí cuando nuestras madres iban a sus eventos de adultos, platicábamos durante horas de cosas sin sentido, o simplemente nos poníamos los audífonos y escuchábamos música juntos. Ese sitio realmente era uno de mis lugares favoritos en el mundo ya que es tranquilo y el olor a café y pan recién horneado es exquisito.
-¿Va a salir señorita?.
-Así es, le dejaré una nota a mi papá y a mi Nana, no creo que lleguen antes que yo así que no te preocupes.
-Vaya con cuidado.-Isabela sonrió para luego irse.
-Seguro.
Caminé por la calle con los brazos cruzados, pensando en qué diría. Trate de no pensar demasiado para no ponerme más nerviosa.
Al llegar me recargué en la malla del lugar esperando a Mario, aún me sentía asustada, sentía esa adrenalina de cuando vas a conocer a tú artista favorito y solo puedes pensar en que demonios harás cuando lo tengas enfrente.
-Hace mucho frío aquí ¿Por qué no esperarme adentro?.-Su voz me estremeció. Gire a verlo rápidamente.
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Why him?-Mario Bautista.
Fiksi PenggemarNací el día que te conocí y moriré el día que te vayas.