Respiré profundo,tenía unos minutos despierta pero no hacía intento de moverme o hablar. Mi mano derecha estaba sobre mi pecho.
Estaba tarareando "Your'e beautiful". Creo qué esa canción me hace sentir a Mario cerca, aunque no lo está.
¿Como iba a seguir adelante sin mi motor? No volvería a ver su sonrisa, sus increíbles hoyuelos no volverían a perforarse en sus mejillas, sus obscuros y fascinantes ojos no volverían a mirarme, o a enchinarse cuando se emocionaba.
Cerré los ojos unos minutos, recordando ese día que fui a casa de Mauricio, entrar y encontrarlo sentado en el sofá riendo a carcajadas. Era cruel decirle a mi corazón y a mi cabeza qué jamás volvería a pasar.
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Cerrar los ojos era verlo.
Su voz era la banda sonora de mi vida, escuchar su risa cada mañana, sentir su respiración, escuchar los latidos de su corazón, la manera en la qué me miraba, como me decía qué era lo más hermoso de su mundo, cada caricia, su simple forma de llamarme "Mcbrien", cada mínimo detalle de el me haría falta.
No quiero ni siquiera imaginarme cómo va a ser todo ahora. No quiero salir de aquí, no quiero volver a casa y no verlo ahí. No quiero nada sin el.
Tocaron la puerta de la habitación repetidas veces, giré mi cabeza rápidamente y ahí estaban Stephanie y Mauricio. Me miraron con una leve sonrisa en sus rostros y se acercaron a la camilla a un lado, Mauricio tomo los hombros de Stephanie y ella tomó mi mano.
-¿Como estás?.-Casi quise abofetearla cuando pregunto eso. ¿Qué no era obvio?
No respondí, las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos sin parar.
-___tn... nosotros sabemos cómo te sientes, pero... el hizo esto por ti, por qué te ama y tienes qué seguir adelante.-Mauricio habló, lo mire y sus ojos estaban cristalizados.
Era claro qué el estaba tan destrozado como yo, Mario era su mejor amigo desde qué éramos niños, prácticamente como hermanos.
-Es muy difíc...- pude terminar de hablar por qué mi voz se esfumó y los sollozos aparecieron.
Stephanie apretó mi mano dándome fuerza. Y Mauricio negó.
-Lo se, yo también lo necesitaré mucho... pero tenemos qué ser fuertes ___tn, la vida no acaba aquí. Y todo pasa por algo, se qué Mario siempre te lo decía.-limpio las lágrimas qué cubrían sus mejillas con la manga de su suéter.
-Gracias por venir, pero... quiero estar sola.-suspiré. Restregando mis palmas en mis ojos. Mauricio sonrió levemente y beso mi frente.
-El no se ha ido ___tn-me miró directo a los ojos poniendo una de sus manos en mi pecho.-tienes una parte de el aquí contigo.-sonrió levemente limpiando sus lágrimas una vez más.
Camino a paso lento hasta la puerta saliendo por esta. Dejándome atónita, reflexionando.
Stephanie se acercó a mi, y me abrazo fuertemente.
-Te quiero ___tn y quiero qué estés bien. No importa cuánto tiempo tarde eso.-sus ojos se cristalizaron y asentí besando su mejilla. Seguido de esto suspiro y salió de la habitación igual que Mauricio.
A penas lo hicieron comencé a sollozar. Tome la almohada entre mis manos y enterré mis uñas en esta con todas mis fuerzas.
El dolor no acababa nunca, cada segundo era peor qué el anterior.
Un día más pasó.
Y lo que parecía no poder empeorar más, se convirtió en un infierno.
