Unos minutos después de llorar y escuchar como hablaban respecto a mi y a lo delicada que estaba, no tomando importancia a sus comentarios me levante de la cama casi cayendo, me cambie de ropa y cepille mi cabello colocándome unas gafas obscuras para ocultar mis ojos hinchados e irritados.
Baje las escaleras y las miradas de todos se posaron en mi. Juanpa estaba sentado en un sofá con la mirada en el piso y Stephanie abrazaba a Mauricio quién parecía estar llorando también. Dave se encontraba escribiendo algo en una libreta sobre la barra.
Cuando baje el último escalón Juanpa levanto la mirada mirándome. Caminé hasta el y tome asiento a su lado, cuando estuvo lo suficiente cerca me rodeó con sus brazos y yo hice lo mismo. Comenzó a llorar, jamás en el tiempo que llevaba conociéndolo lo había visto así. Siempre estaba feliz, brincando de un lado a otro y diciendo sus incoherencias.
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-Juanpa, como lo siento...-susurre en su oído y mis ojos se llenaron de lágrimas.
-Esto no es tu culpa pequeña.-respondió casi inaudible.
Cuando nos separamos limpio mis lagrimas con su mano y beso mi frente. Solo le dedique una sonrisa y luego mire a los de más para encaminarme a la puerta.
-¡¿A dónde vas?!-Stephanie tomo de mi brazo pero me sale bruscamente.
-Al entierro de mi novio.-respondí dándome la vuelta.
Salí tan rápido como mis piernas me lo permitieron, ignorando por completo los gritos de Stephanie diciendo que me deteniera y las advertencias de Dave sobre qué podría morir con otra crisis así.
Creo qué morir sería lo mejor para mí, yo ni siquiera debería de estar viva en este momento.
Ni siquiera pude mantener mi vista concentrada en la carretera por qué las lágrimas nublaban mi vista. El estupido sonido de mi teléfono no se iba, pero me límite a ignorarlo.
Al llegar al lugar la brisa fría y abrazadora de la tarde entró por mis poros haciéndome estremecer. Me llevo unos minutos armarme de valor y salir de el auto. A lo lejos logré ver a Gloria y a Jan. Me encaminé hacia ella y la abrace antes de que pudiera mirarme.
Los sollozos escapaban de mis labios inconscientemente y ella me apretaba aún más. Lucia tan tranquila, pero a la vez tan devastada. No dejaba de sentirme culpable de todo este sufrimiento. Tomó mi mano regalándome una dulce y cálida sonrisa.
Daniel caminó a mi lado y tomo mi hombro sonriéndome levemente. Jan estaba de el otro lado con su padre.
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Luego de unos minutos Stephanie y Mauricio llegaron. Los mire por encima de el hombro de Daniel.
Rápidamente me miraron y Stephanie se acercó a mi lado sin decir nada, poniendo su mano en mi espalda.
Sonreí levemente y baje la mirada. Gloria no había soltado mi mano ni un instante, así que podía sentirme menos débil.
Podía sentir el mismo vacío o quizá aún más grandede cuando murió mamá.
La gente comenzaba a llegar, y cada vez sentía que el aire se me iba más.
Sebastián llego, tan pronto me vio se acercó a mí.
-___tn...-levante la mirada.-lo siento mucho.-habló y yo asentí, me dio un cálido abrazo y luego se separó de mi.
-Gracias Sebas.
-Tú... crees que ahora que el no está ¿Yo tenga una oportunidad contigo?.-mi boca se abrió al escucharlo. Realmente estaba diciendo esto ahora.
-Sebastián este no es momento de hablar de eso.-respondí apretando los dientes. Quería golpearlo ahora mismo.
-Lo siento, pero de ver...
-¡Dije que no es momento para hablar de eso maldita sea!-me exalte.-Déjame en paz.
Asintió y se alejó con el resto de los chicos, Gloria apretó mi mano y me sonrió levemente, limpie mis lagrimas una vez más y suspiré.
Estaba esperando el momento en el que la camioneta negra llegara, y bajarán su cuerpo.
Inhale profundo al escuchar el motor, tomando fuerzas para mantenerme fuerte, pero me rompí en cuando vi la caja café obscuro ser bajada de la camioneta. Gemí cerrando mis ojos.
Gloria me miró, y susurró tranquila hija asentí sin mirarla, pero mi cuerpo comenzó a temblar de dolor.
Solo miraba los movimientos de todos a mis lados, algunos llorando, otros simplemente mirando la escena.
-¡Un momento!-un grito ahogado salió de mis labios cuando estaban a punto de bajar la caja al gran oyó. Todos me miraron.-Quiero verlo.-susurré.
Stephanie negó y tomo mis hombros pero me safe sintiendo mis ojos arder por las lágrimas.
-Quiero verlo... por favor, solo quiero verlo una última vez.-la desesperación se estaba apoderando de mi, todos me miraban con lastima y nadie decía nada. Gloria ahora estaba con Carlos, quien la abrazaba fuertemente mientras me miraban con lágrimas en sus ojos.
Daniel se acercó a mi tomándome por los hombros.
-Vamos.-dijo. Lo mire y asentí. Podía sentir las miradas de todos en mi, pero no me importaba.
Cuando estuvimos lo suficientemente cerca abrieron la caja. Dejándome ver la imagen más desgarradora y cruel qué algún humano podría haber visto.
