Epilogo 2/2 .

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Carta.

Hola Mario
Han pasado muchos meses, incluso falta poco para cumplir dos años desde la última vez que te vi, todo este tiempo he estado evitando pensar en ti, en tu sonrisa, en tu mirada, en tus te quiero, en tus bromas, he estado llenando el vacío con nuevas personas que no tienen nada en común contigo y si bien ha funcionado hoy te he recordado, ha pasado mucho tiempo y es tarde para decirlo pero siempre te he querido, siempre tendrás un lugar en mi corazón, exactamente porque me viste cuando era invisible para todo el mundo, porque cambiaste todo el dolor que existia en mí con tu presencia y por eso siempre te recordaré, siempre serás un lindo recuerdo, porque no importa el tiempo que pase, siempre te mantendré en mi corazón, quizá no en mi vida, por qué ya no estás. Pero sí en mi mente, en mis recuerdos y eso vale mucho más, de verdad gracias por aparecer en mi vida y dejarme este lindo recuerdo. Siempre te querré. Aún después de esta vida, te querré.

-Mcbrien.

Deje caer la pluma de el otro lado de la cama y suspire. Mi rostro ya estaba empapado por las lágrimas,

Me incorporé de la cama caminando hasta la caja en donde guardaba las cartas qué había echo para Mario; cartas que por su puesto, el jamás leería.

Al abrirla me di cuenta qué ya estaba hasta el tope. Sonreí.

-Creo qué tendré que comprar una caja más grande.-susurre para mí misma. Tome la carta entre mis manos y camine hasta la ventana, el cielo estaba obscuro, no sabia ciertamente qué hora era. Había pasado un rato escribiendo después de despertarme una vez más por una pesadilla sobre el accidente.

Recargue mi cabeza en la ventana, eran pocos los autos que pasaban por la carretera.

Cerré los ojos un momento, tenía demasiado sueño. No recuerdo cuando había sido la última vez que había dormido bien.

Hace unos días salí con Mauricio, Stephanie y algunos otros de los chicos, como Juanpa. Con el tiempo se había convertido en mi mejor amigo.

Fuimos a un café; ciertamente yo no deseaba asistir, pero Stephanie literalmente me arrastro hasta ahí.

No dure ni dos horas, mientras ellos reían yo no podía dejar de imaginarme a Mario ahí con ellos, riendo fuerte, echando su cabeza hacia atrás y grabando videos con su celular de todo lo relevante que ocurría.

Abrí mis ojos lentamente, y comencé a caminar hacia el baño. Recargando mis manos en el lavamanos.

Me mire al espejo; realmente había cambiado demasiado. Ya no había rastro de la ____tn feliz, con ganas de vivir, la positiva y divertida ____tn. Creo que esa parte de mi se fue con Mario, al final de cuentas el fue el que me enseñó a ser así.

Ahora al verme al espejo solo podía ver desastre. Mis ojos estaban rojos de tanto llorar, y las ojeras eran bastantes pronunciadas. Mi piel era pálida, ciertamente tampoco recordaba cuando había sido la última vez que había comido bien. Mi apetito se había esfumado totalmente. Mis labios estaban rojos y sangraban un poco.

Baje la mirada con los ojos llenos de lágrimas.

Salí de el baño cerrando la puerta a mis espaldas, camine hasta el armario. Las cosas de Mario aún estaban ahí, no tengo el valor de sacarlas.

Tome una de las chaquetas y la presione contra mi pecho, aún conserva su aroma, su perfume. Mis ojos se llenaron de lágrimas al instante; deje la chaqueta en su lugar. Suspiré profundo relajando mis músculos.

Why him?-Mario Bautista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora