Capitulo 34.

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Sus ojos estaban cerrados. Sus labios qué siempre estaban de un rosa vivo, ahora eran de un morado pálido. Sus mejillas aún conservaban ese tenue color rojizo que lo caracterizaba, por un momento sentí qué el solo estaba durmiendo. Qué en cualquier momento despertaría y me regañaría por mirarlo mientras duerme.

Flashback.

Miraba sus perfectas facciones, sus labios soltaban suspiros de vez en cuando y sus cejas se contraían. Lucia tan tierno, tan perfecto, tan indefenso. Nos habíamos quedado dormidos después de la fiesta, aún estábamos vestidos.

Sonreí como una estupida.

-¿Por qué está mirándome señorita Mcbrien?-mi corazón se aceleró al escucharlo hablar. Uno de sus ojos se abrió, y la sangre subió a mis mejillas. Sonreí girándome para ponerme de pie.-Oh no, no no no.-Mario se abalanzó sobre la cama tomándome del brazo haciéndome volver. -No hagas eso.

-¿Hacer que?- pregunte peinando su cabello suavemente hacia atrás

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-¿Hacer que?- pregunte peinando su cabello suavemente hacia atrás. Sus labios estaban tan cerca de los míos que casi podían rozar.

-Despertarme así, mirándome y con esa hermosa sonrisa en tu rostro.- sonreí aún más. Y el pareció frustrado.- Demonios Mcbrien ¿No entiendes qué me dan unas malditas ganas de besarte y no salir de la cama jamás?-solté una risita ante la frustración de su tono y sus labios chocaron con los míos uniéndolos en un beso.

Mientras lo besaba no podía dejar de pensar, en lo perfecto que era despertar de esta manera. Con un ángel a mi lado, que podía cambiar mi mundo entero con un simple beso.

Fin de flashback.

Mi corazón latía tan fuerte sobre mis costillas haciéndolas doler. Mis ojos no dejaban de derramar lágrimas y sentía que en cualquier momento iba a caer.

Me acerqué un poco más a la caja, recostando mi cara sobre ella.

-Te amo tanto...nuestra historia fue aun más que perfecta ¿no lo crees?- susurré casi tan bajito que ni siquiera yo podía escucharme. Mi voz temblaba en cada suspiro. Llore con todas mis fuerzas maldiciendo a cada cosa qué provocó esto. Daniel tomo mi espalda haciéndome volver a la realidad. Por un momento todos habían desaparecido de mi alrededor. -y aún no termina mi amor.-susurré por último besando la caja. Mirando una última vez las delicadas líneas de sus cejas. Deseando con todo mi corazón que en cualquier momento se abrieran y sus ojitos volvieran a mirarme.

Cerré los ojos fuertemente y me aleje de ahí. Daniel me tomo de la cintura para ayudarme a llegar al lado de Gloria y Stephanie.

Antes de que bajaran la caja Juanpa se paró frente a todos, tenía puestas unas gafas obscuras y un traje del mismo color.

-Antes de despedirnos de mi hermano.-su voz se quebró.-me gustaría qué todos cantáramos algo para el...-río amargamente.-quienes lo conocían saben que "personajes" era una canción realmente importante para este muchacho.-sonreí al recordar el día en aquella fiesta que Mario la canto a todo pulmón mientras bailaba.-¿podríamos?

Después de eso los chicos y yo comenzamos a cantar la canción.

-Te voy a contar, de personas que han logrado cosas muy importantes...-cantabamos mientras bajaban la caja a la tierra. Fue un momento tan conmovedor y doloroso, sus amigos con lágrimas en los ojos cantaban y reían amargamente abrazados. Juanpa sujetaba mi mano mientras cantábamos también.

 Juanpa sujetaba mi mano mientras cantábamos también

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Gloria miraba la escena sonriendo.

-Nuestro hijo vivió feliz rodeado de gente tan buena amor.-Gloria le susurró a Carlos y él asintió abrazándola.

El resto, ya lo saben. Creo qué fue el día más insoportable y doloroso de toda mi existencia.

Aún cuando todos se habían ido, yo me quede ahí, a un lado de la tumba. Con esa rosa roja qué Mario me había dado el día que me pidió que fuera su novia. Esta vez la traje para el.

Mauricio y Stephanie amenazaron con traer a la policía a buscarme si no respondía mi teléfono cuando me llamaran. Reí amargamente ante su comentario y les prometí estar bien.

La noche había caído, y solo quedaba yo ahí, sentada en medio del cementerio, a un lado de su tumba, con esa flor entre mis dedos. El frío hacía que mi cuerpo entero doliera en cada espasmo. Después de un rato, por fin decidí levantarme de ahí, y con todo el dolor de mi alma conduje hasta mi casa.

Cuando la vida te ofrece un sueño, que supera ampliamente cualquiera de tus expectativas; no es razonable arrepentirse de su conclusión.

                Fin. 🥀

Why him?-Mario Bautista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora