Colgué el teléfono cuando termine la llamada y volví con Mario. El ya me miraba algo preocupado y yo solamente quería tirarme en sus brazos y llorar.
-¿Todo bien?
-De maravilla.-mentí. Tomo mi mano y beso mis nudillos para después hablar de mi y continuar caminando.
Las cosas parecían ir perfectas y ahora estaba esperando una noticia que quizá cambiaría mi vida. Una parte de mi estaba concentrada en la mano de Mario y la mía entrelazadas mientras caminábamos, y otra, en qué demonios haría si el resultado era positivo.
-Llegamos.-La vos de Mario me trajo de vuelta a la tierral.- ¿recuerdas?
Asentí rápidamente sonriendo mientras escaneaba todo el sitio, como olvidar. Cada verano de mi infancia lo pase aquí con Mario y mis padres, nuestras familias hacían campamentos en este lugar y Mario y yo jugábamos por horas en el lago. Era simplemente perfecto.
Solté su mano y sonreí mirando todo el lugar, el agua cristalina era simplemente perfecta. No podía sentirme mejor estando aquí de nuevo y con él.
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-¿Qué hacemos aquí?.-pregunté aún sin dejar de sonreír, el no respondió, tomo de mi mano y me encamino un poco más cerca de la cabaña. Cuando estuvimos frente al lago hizo un ademán con su cabeza indicándome que mirara a mi derecha.
Y cuando lo hice mi corazón se aceleró totalmente, había un letrero enorme pegado en los ventanales de la cabaña. Estaba escrito "¿Quieres ser mi novia?" Con letras púrpuras y rosa claro. De los lados colgaban globos y serpentinas al igual que un camino de pétalos de rosa hasta la entrada, todo se veía tan delicado y perfecto. Mis ojos se llenaron de lágrimas.
-___tn...-me giré a verlo y pude notar lo nervioso qué estaba, lo confirmé cuando tomo mis manos temblorosas.-Se que no he sido de lo mejor contigo, se que cometí el error más grande que pude haber cometido al alejarme de ti. Y se qué no hay nada que remedie eso, pero, estos últimos días juntos, me han servido para darme cuenta de que te necesito y de qué estoy enamorado de ti. Estoy completamente seguro de eso.-tosió un poco aclarando su garganta y luego se hincó. Lleve mi mano a mi boca tapándola, estaba demasiado nerviosa y conmovida.-así que, ¿Quieres ser mi novia? Eso es lo que más deseo sí implica no separarnos jamás.-preguntó. Sus ojos obscuros me miraban fijamente, sentía que iba a vomitar de la emoción pero suplicaba que eso no pasara.
-Si, si quiero.-respondí. Mario se puso de pie y me rodeó con sus brazos girándome un par de veces. Estaba claro, yo tampoco quería estar lejos de Mario, lo necesitaba, el me hacía sentir completa, viva y feliz. Llenaba esos lugares vacíos que habían en mi vida y me convertía en una persona completamente distinta y mejor cuando estaba con el. Estaba totalmente enamorada.
