John
Desperté con la almohada todavía encima de la cara, la retiré de inmediato e hice una mueca de asco al notar que había un rastro de mi propia saliva en ella. Me giré lentamente y comprobé que Paul no estaba en la cama. Me desperecé un poco y luego fui al baño, la casa estaba en completo silencio. Ringo, George y James no habían llegado a dormir.
Regresé a mi habitación para vestirme antes de bajar a la cocina, lugar donde encontraría a Paul con mi hijo profundamente dormido en sus brazos. Al verme, se llevó un dedo a los labios para indicarme que no hiciera ruido.
—Buenos días, Johnny...—me saludó Paul, noté que sus ojos estaban muy rojos y más hinchados que en la noche, por no mencionar sus horribles ojeras—. ¿Dormiste bien?
—Como un tronco, Paul—sonreí—. ¿Qué tal tu noche?
Creí que eso bastaría para hacerlo explotar, por alguna extraña razón quería ver al Paul tierno sucumbir ante la ira; pero su personalidad estaba más definida que sus ojeras.
—Cansada—contestó, encogiéndose un poco de hombros—. Julian tuvo fiebre durante toda la noche, estuvo llorando; pero logré bajársela luego de estarle pasando la esponja un par de veces. De todos modos, no se durmió hasta hace poco y...me levanté para ponerte agua para tu té. Sé lo mucho que te gusta.
—No debiste molestarte, Paul—musité mientras me servía una taza de té y ponía en la tostadora una rebanada de pan—, y lamento que hayas pasado una mala noche por eso no quería quedármelo. Debió irse con Cynthia a Liverpool, ella tiene que hacerse responsable de Julian; yo aporto el dinero a la casa.
Paul bostezó y asintió lentamente.
—Quizá debas ir a descansar—le sugerí—, James vendrá a la filmación y yo necesito que cuides a Julian por mí. Es evidente que lo haces mucho mejor, ¿podrías hacerme ese favor, Paul?
—Claro, Johnny—él sonrió, haciéndome sentir mucho más feliz que antes—, yo cuido al bebé. Tú diviértete en la filmación con los demás chicos. Aunque...tengo una pregunta.
Volvió a bostezar, se veía tan tierno al hacerlo que me fue inevitable dirigirle una sonrisa.
— ¿De verdad soy un fastidio?—preguntó con un tono que, a pesar de su cansancio, se escuchaba triste—. Lo dijiste anoche y, bueno, no quiero ser un fastidio para ti; solamente estaba preocupado por el bebé.
—Y yo solamente quería dormir—me encogí de hombros—, no eres un fastidio, ¿de acuerdo?
—De acuerdo—otro bostezo de su parte—. Hablaos más tarde.
Luego de decirme eso, salió de la cocina. No fui detrás de él, sabía que iría a dormir un poco mientras Julian se lo permitiera.
Terminé mi desayuno ligero y conduje hasta el estudio de filmación. Brian me recibió con una sonrisa, luego me contó que yo había sido el primero de los cuatro en llegar.
— ¿Fuiste a ver a Cynthia ayer?
—Sí—contesté al mismo tiempo que asentía—, llevamos a Julian al pediatra. Cuando llegué a casa, lo vi muy mal pero resultó que no era nada grave. Sólo requiere reposo y muchos líquidos.
La filmación de ese día resultó ser estresante y tediosa, tuvimos que repetir varias tomas gracias a que el cretino de James estaba completamente ebrio y decía cosas sin sentido a mitad de cada escena. Había sido una pesadilla para la producción y también para nosotros.
La peor parte fue cuando teníamos que interpretar una canción. Al igual que solían hacer siempre, nos dieron algo de tiempo para preparar nuestros instrumentos. George y Ringo estaban haciendo los últimos ajustes en lo suyo, pero el idiota de James parecía perdido.
—No puedo tocar—dijo el cretino, un poco menos borracho que como se encontraba en la mañana, sin dejar de ver las cuerdas del bajo.
— ¿Tanto daño te hizo el alcohol, Jimmy?—le pregunté, forzando una sonrisa—. Quizá mis canciones son demasiado para un músico tan fino y delicado como el cara de bebé Jimmy McCartney o, considerando que eres la parte idiota, ya se te olvidó cómo se toca el bajo.
—No seas ridículo, Lennon—respondió a la defensiva—. Tus canciones son más sencillas que la tabla de multiplicar del uno y tocar el bajo es bastante fácil. El problema es el bajo que estoy usando: las cuerdas están al revés. Bueno, de hecho todo el bajo está al revés.
Fruncí el ceño.
—No está al revés, James—le expliqué—. Fue diseñado de esa manera, y Paul lo compró cuando estábamos en Alemania. ¿Acaso ya olvidaste que nuestro bajista es zurdo?
Él maldijo entre dientes.
—Yo no soy zurdo.
Como pudo, se las ingenió para tocar sin que pareciera que no podía hacerlo y sin la ayuda de ninguno de nosotros.
Lo único bueno que salió de ese día fue que James accedió a dejar de ir a las filmaciones, argumentando que tenía mejores cosas por hacer en lugar de estar "jugando" a ser zurdo. Me puse de muy buen humor en cuanto lo dijo, ya quería ver la cara de Paul cuando se enterara.
Llegué a la casa y encontré a Paul sentado en el sillón con mi hijo en su regazo. Estaba jugando con él, cantándole una y otra vez el eslogan de la famosa compañía alemana de golosinas HARIBO; Julian estaba riendo como nunca antes lo había escuchado hacerlo.
—Mira, Jules, ya llegó papi—Paul me señaló.
—Hola, campeón—me acerqué a él, intentando hacer un tono igual de ridículo que el que usaba Paul al hablarle—, ¿qué tal tu día con la nana Paul? ¿Te divertiste haciéndolo sufrir y haciéndolo cambiarte los pañales sucios?
Paul sonrió de esa manera que siempre me enternecía, pero Julian se puso a llorar por mis palabras. La parte dulce de mi mejor amigo volvió a repetirle el eslogan y mi hijo dejó de llorar.
—Creo que tienes que practicar tus habilidades como padre, Johnny—me dijo, colocando a mi hijo en el sillón.
—Quizá luego pueda hacerlo—me encogí de hombros, sabiendo que lo mío con Julian era un caso perdido. No había nacido para ser un buen padre—. Antes de que lo preguntes, Ringo y George fueron a buscar algo que les pedí... ¿Sabes? James ya no irá a las filmaciones, lo harás tú.
Paul sonrió como niño pequeño, muy feliz. Se levantó para darme un fuerte abrazo y luego, para mi sorpresa, me besó con fuerza. Pensé en apartarme en seguida, pero no pude hacerlo porque Paul tenía sus brazos alrededor de mi cuello.
Se apartó de mí cuando nos quedamos sin aliento. Él sonrió, pero yo sólo quería que olvidáramos lo que acababa de pasar. No porque besara mal, besaba absolutamente maravilloso, a decir verdad; sino Paul era mi mejor amigo y los mejores amigos no se besan aunque se quieran mucho.
—Lo siento, creo que me puse demasiado feliz con la noticia—comenzó a jugar incómodamente con su cabello—. Ya voy a poder estar todo el día junto a ti...y con los chicos, claro.
—Ajá—respondí sin mostrar mucho entusiasmo.
Parecía que iba a decir algo cuando su mirada se entristeció, vio a Julian y luego fijó sus lindas avellanas en mis ojos. ¿Por qué se había puesto así? ¿Acaso había sido por mi aparente falta de interés o por mi hijo?
—No puedo ir, Johnny—negó con la cabeza—. De verdad me gustaría ir, pero si voy, ¿quién va a cuidar del bebé? Julian es muy pequeño como para que lo dejemos solo. Es nuestra responsabilidad cuidar de él, Johnny.
—Contrataré una niñera, no te sientas limitado por él—me encogí de hombros, intentando ignorar que había dicho "nuestra responsabilidad" como si Julian fuese su hijo también—. ¿Preparaste algo de comer? Muero de hambre.
—Puedes comerme a mí, Johnny.
— ¿Qué?
—Que hay fish and chips.
—No fue lo que dijiste.
Él se sonrojó completamente, pero no dijo nada; quise decirle algo más, pero mi estómago rugiendo me lo impidió.
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The Other Me [McLennon]
FanfictionSé que uno y uno hacen dos, y eso es lo que quiero que seamos.