Capítulo XII

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John

Entré a la habitación con la toalla envolviéndome la cintura y encontré a Julian llorando en los brazos de Paul. Mi hijo tenía un gran golpe en la cara y comenzaba a ponérsele morado; una de mis guitarras estaba en el suelo, rota del mástil.

— ¿Qué demonios pasó aquí?—pregunté, viendo a Paul con enojo—. ¿¡Golpeaste a Julian con mi guitarra?!

—No lo hice, Johnny—me dijo, se notaba que se sentía muy apenado—. Estaba cambiándome y Jules comenzó a estirar tu guitarra, no creí que tuviera la fuerza suficiente como para echársela encima.

Solté un bufido y fui a vestirme mientras Paul se encargaba de ponerle algo a Julian para evitar que la parte del golpe se le hinchara.

Terminé de cambiarme justo a tiempo para desayunar y recibir a la niñera que cuidaría de mi hijo en mis horas de trabajo. Desde que abrí la puerta, no pude dejar de mirarla de pies a cabeza: era una chica muy linda y bastante educada. Le expliqué dónde se encontraban las cosas esenciales y los teléfonos de emergencia, así como el incidente de Julian con la guitarra. Ella me puso atención en todo momento.

Paul carraspeó.

—Se hace tarde, John.

Él salió de la casa sin decir otra cosa. Yo fruncí el ceño al escuchar que me llamó "John". O sea, era mi nombre, pero él siempre me decía "Johnny". ¿Había perdido el cariño que sentía hacia mí?

Me despedí de la niñera y salió corriendo de la casa para subirme a mi auto. Paul ya estaba ahí, se había abrochado el cinturón de seguridad y tenía la mirada fija al frente. Emprendimos el camino y él sonrió.

—Johnny, ¿puedo hacerte una pregunta?

—Claro que sí, Paul—contesté sin mirarlo—, las que tú quieras.

— ¿Es normal que una persona se sienta muy feliz al ver a otra, que sienta que es única y especial, además de perfecta, y sobretodo inmensos deseos de cumplir todos sus caprichos aunque parezcan tontos?

—Eso le pasa a las personas cuando se enamoran—le respondí, soltando una leve risita—, es algo muy normal, Paul, nada de qué preocuparse. ¿Acaso estás enamorado de alguien?

—Creo que sí.

— ¿Y quién es esa persona?—cuestioné sin realmente querer saber de quién se trataba—. Déjame adivinar... ¿Jane Asher?

—No, en realidad es...

—Entonces debe ser Dot Rhone, ¿sigues queriéndola?

—Tampoco es ella—Paul negaba con la cabeza sonriendo—, en realidad es una persona bastante cercana a ti, es más, diría que la conoces a la perfección. Pero...me da mucho miedo confesarle mis verdaderos sentimientos porque no sé cómo pueda tomárselo, quizá me odie, y yo no quiero que me odie.

Estacioné el auto afuera de los estudios de filmación y lo miré a los ojos, hice una mueca demasiado rara. No podía creer lo que Paul me estaba declarando, lo hubiera esperado de James, pero no de él.

— ¿Te gusta Cynthia?

La parte dulce de mi mejor amigo se llevó una mano a la cara, como si lo que acababa de decir fuese una tontería.

—Olvídalo, Johnny.

Me encogí de hombros y bajamos del auto para entrar a los estudios, nos reunirnos con los chicos y con Brian. Tal y como los chicos y yo habíamos sospechado, resultó más sencillo trabajar con la parte dulce de Paul, era un excelente actor, hasta Epstein parecía complacido con él.

—Deja de ver a Paul así—le pedí cuando tuve la oportunidad de estar con él a solas, una vez que el trabajo del día hubo finalizado.

— ¿A qué te refieres?—me preguntó, mirándome con el ceño fruncido.

—Ambos sabemos a lo que me refiero—le contesté, rondando los ojos—. Es la típica mirada de cazador acechando a su presa, esperando que ésta se descuida para atacar.

—Sabes perfectamente que no me gusta Paul, John—sabía que estaba sintiéndose ofendido; la opinión de los demás no tenía mucho peso sobre Brian, pero la mía sí—. Él no es mi tipo, es demasiado...femenino.

—Siempre olvido que eres una pasiva—sonreí burlonamente.

Brian desvió la mirada, dejándome claro que era el final de la conversación. Aproveché para ir a donde estaban los chicos, Paul estaba contándoles algo que los tenía muy entretenidos. Cuando llegué, fruncí el ceño: Paul tenía una expresión terrible, como si estuviera angustiado.

—Cálmate, Paul—le pidió George, tomando su mano ligeramente—. James está bien, te lo puedo asegurar, no debes sentirte mal.

— ¿Pasa algo?—pregunté.

—Paul siente que algo está mal con James—contestó Ringo.

La parte dulce de mi mejor amigo me miró por un momento y luego se abalanzó sobre mí para abrazarme con fuerza. Fue algo sorpresivo, no pensé que fuera a abrazarme; correspondí al abrazo.

—Johnny...James no se siente bien—susurró en mi oído—. Y...puede lastimar a alguien así.

—Tranquilo, Paulie—le dije, también en un susurro—. ¿Quieres que vayamos a casa? Seguramente él esté ahí.

Paul asintió. Nos despedimos rápidamente de los chicos y de todos los de la producción para después irnos a casa. La parte tierna de mi mejor amigo estuvo callado todo el trayecto, yo tampoco sabía qué decirle.

Al entrar a la casa, encontramos a James tirado en el suelo, Paul corrió hacia él y lo levantó sin ningún problema para después subirlo al sillón. Mientras él le ponía una manta encima a su otra parte, yo aproveché para subir a la habitación y pagarle a la niñera por el servicio.

Una vez que ella se fue, bajé a la sala con Julian en mis brazos. Paul estaba acariciándole el cabello a James con una sonrisa sincera en su rostro, era una escena extraña, pero linda.

—En casa está a salvo—suspiró—. Y si él está a salvo, yo estoy a salvo.

— ¿Por qué lo dices?—fruncí el ceño—. Lo que le pase a James no te va a afectar a ti, ni viceversa. Además, no es por ser cruel, pero creo que James no quiere a nadie, tampoco a ti.

—No es algo que sepa, Johnny, es algo que siento.

Asentí lentamente y élvolvió a acariciar a James con delicadeza y mucho cariño. Paul debía estarsevolviendo loco, esa era la explicación más razonable. 





La historia está transcurriendo sumamente despacio, ¿no creen? Quizá deba adelantar un poco el tiempo. ¿Qué opinan? 

Vielen Dank für deine Kommentare, de verdad disfruto mucho leyéndolos.

A. McCartney

The Other Me [McLennon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora