George
John se había ido a dormir de una forma muy extraña, como si quisiera huir. A veces tenía la sensación de que él no quería que Paul y James volvieran a ser uno, en cambio Ringo y yo estábamos desesperados por encontrar una solución. No era justo que nosotros pasáramos tanto tiempo en las bibliotecas mientras que él sólo se encargaba de Paul como si este fuera un niño pequeño al que hay que cuidar todo día.
Subí las escaleras para ir a mi habitación, pero la puerta de la habitación de James llamó mi atención. Estaba entreabierta, algo que no era nada común. La parte conflictiva de McCartney siempre la mantenía cerrada con llave para que únicamente él pudiese tener acceso. ¿Qué oscuros secretos escondería James ahí? No lo dudé dos veces antes de entrar al cuarto y encender la luz. Lo que encontré ahí fue lo que menos esperaba: la habitación estaba hecha un desastre. Había ropa sucia y hojas regadas por todas partes, también restos de comida y condones usados. Todo apestaba.
—Menudo cerdo tenemos en casa—musité para mí mismo.
El Paul McCartney que siempre había conocido nunca, por nada del mundo, había tenido su habitación de esa manera. Aquel chico con el que platicaba en el autobús en Liverpool era demasiado perfeccionista y pulcro. Tomé una de las hojas que había en el piso y me quedé helado al descubrir que era una especie de diario, o al menos un fragmento, porque la hoja estaba rota.
"Algo está mal con todo esto, y debo llegar al fondo del problema antes de que ellos lo hagan. La respuesta está en el principio, por alguna extraña razón lo sé. He estado siguiéndolos sigilosamente y están más lejos de encontrar una posible solución para unirnos que yo de encontrar un por qué. Ya no quiero sentir lo mismo que mi otro yo, ni tampoco leer su mente, quiero que nos separemos totalmente y cuanto antes. Sé que uno y uno hacen dos, y eso es lo que quiero que seamos."
Doble la hoja y la guardé en el bolsillo de mi pantalón para poder enviársela a John y a Ringo después. Tomé otra hoja en la que James había escrito más, pero resultó estar manchada con café, así que toda la letra se había vuelto ilegible.
Me disponía a buscar otra hoja cuando un peculiar sonido llamó mi atención, era como un chirrido producido por la fricción de algún metal; y venía de abajo de la cama. Me agaché con cuidado y extraje lo que parecía ser una caja para después levantarme. Ahogué un grito y arrojé el objeto lejos de mí al ver lo que realmente era.
— ¡No!—me gritó una voz idéntica a la de Paul—. Eres un idiota Harrison.
James me hizo a un lado y corrió a levantar el objeto metálico. Comenzó a hablarle a la bola de pelos que estaba dentro de la jaula y, al verlo así, me fue inevitable fruncir el ceño. No era que le estuviera hablando tierno, pero sí mucho más agradable de lo que nos hablaba a los chicos o a mí.
—No sabía que te gustara vivir con ratas—solté.
—Las únicas ratas con las que vivo son tú y los otros cuatro—me miró con odio—. Este es un ratón árabe, torpe, y casi lo matas de un susto. ¿A quién se le ocurre lanzar al pobre animal así?
—Los chicos y yo no somos ratas...
—A todo esto, ¿qué estás haciendo tú aquí? Se supone que no puedes entrar si no te lo autorizo, nadie puede entrar. Tienes tres segundos para salir si no quieres que te haga pedazos delante del ratón... ¡fuera!
Hice lo que me pidió en seguida porque no quería que me volviera a golpear. En cuanto a peleas, creo que James tenía mucha más fuerza que el mismo John.
Apenas estuve fuera de la habitación, James cerró la puerta de golpe. Me encogí de hombros y coloqué mi oreja en la puerta para intentar escuchar algo. No supe si reír o sentirme mal por lo que escuché.
—Robarte fue la mejor idea, Capuchín—dijo—. Te aseguro que te divertirás más aquí que con esa niñita que te traía ingenuamente en el metro.
Me separé de la puerta y fui a mi habitación a dormir, sin poder evitar pensar que James era un sujeto extraño.
Capítulo corto porque perdí la inspiración a la mitad, pero como algunas de ustedes quieren que involucre más a James, lo haré (en capítulos más largos también, claro). El siguiente será más largo, lo prometo. Que tengan un bonito fin de semana.
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The Other Me [McLennon]
Hayran KurguSé que uno y uno hacen dos, y eso es lo que quiero que seamos.