capítulo 6

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Durante un duro y agotado día, el oficial Oh Yongguk llegaba a su casa. Al atravesar la puerta de la entrada, el aroma a bistec invadieron su nariz, amaba la carne y saber que su esposa estaba cocinando su plato favorito, hizo que el estrés y el cansancio se vayan. Se acercó a la cocina y su sonrisa se ensancho más al ver a su tierna esposa cocinando y a su hijo ayudándole con lo necesario.

Tanto su esposa como su hijo eran su mayor tesoro. A él no le importó lo que la manada diga, en ese tiempo, que había traído a ese niño con problemas para que ellos formen una familia ya que su esposa siendo una beta y él un alfa no podían concebir un cachorro.

Solían murmurar que ellos le tuvieron pena y se aferraban a la necesidad de darle el cariño paternal que LuHan necesitaba.

A él no le importaba lo que los demás pensaban, él estaba feliz con tener a LuHan como su hijo, aquel pequeño que después de dejarlo en un orfanato temporalmente, por primera vez había llorado durante su trabajo como oficial de policía. Y más se sintió apoyado cuando le contó la situación a su hermano y SuHo aceptó sin pensarlo dos veces a aquel cachorro en la manada.

Claro que al principio, el acostumbrarse a un nuevo lugar con gente que no confiaba para LuHan fue difícil, pero el oficial Oh nunca se rendía y siempre intentaba acercarse lo más posible a el pequeño, su esposa no se quedo atrás solía por las tardes cocinar cosas dulces o ricas para Luhan. Fue una sorpresa cuando vio que su hijo por primera vez estaba dormido en el regazo de Irene, esa noche cuando LuHan apenas tenía 6 años, se acercó a su esposa y se sentó al lado de ellos y por primera vez acaricio el castaño cabello de aquel ser indefeso y puro. Recordar los brillosos orbes dormidos cuando LuHan se levanto y sentir como empujaba la cabeza para sentir más el contacto, le hizo saber que aquel pequeño los aceptó como sus padres.

- cariño.- su bella esposa Irene se acercó a él y le plantó un beso en la mejilla.- la cena ya va a estar lista.- le sonrió dejando un mechón de cabello atrás de su oreja.

Irene volvió a la cocina y Yongguk se acercó a LuHan, y le revolvió el cabello cariñosamente.

- ¿como estás mi bebé? - preguntó y LuHan sonrió, abrió su cuaderno y anotó.

Bien papá, hoy ayude al tío SuHo con el entrenamiento de SeHun.

- oh... veo que has estado ocupado toda la tarde ¿y algún avance con tu primo?

LuHan tan sólo negó con la cabeza cabizbajo, pero levantó la mirada acordándose del pedido de su tío.

El tío SuHo me ha pedido que te avisará que necesita hablar contigo ¿ocurrió algo?

LuHan mostró el papel escrito, preocupado.

Yongguk acarició la mejilla de su hijo, transmitiendo calma.- tranquilo hijo, nada malo paso.- sonrió al ver a LuHan más tranquilo.

- cariño, ve a darte una ducha. Tienes que estar más cómodo.

Yongguk asintió y se dirigió hacía las escaleras, mientras se preguntaba para que su hermano necesitaba hablar con él. ¿algo ocurriría o sólo era una plática común entre hermanos?

       
                       ~♡~

Durante la cena SeHun se había mantenido en total silencio, tanto SuHo como Yixing se habían mantenido al margen dándole el espacio posible, tras la unión que tenían con su hijo sabían que estaba algo tenso, confundido y sumergido en sus propios pensamientos.

Terminó de cenar, levantó su plato y lo dejó en el fregadero.

Durante su ducha, el recuerdo de aquella persona que lo salvó de aquel cazador seguía en su cabeza, el color y brillo de esos orbes eran lo único que recordaba a la perfección.

Eran del mismo color que el de los de LuHan, pero era imposible su primo era alguien miedoso y cobarde. Nunca sería capaz de enfrentar a un cazador.

Pero si ese era el caso ¿porque se vio en la necesidad de abrirle las manos a su primo? ¿porque su lobo se lo estaba exigiendo?

No entendía...

Todo era malditamente confuso, necesitaba respuestas y las quería ahora.

Espero a que sus padres se vayan a dormir y cuando miro por el pasillo a ambos lados, sin percibir el aroma de sus padres merodeando por la casa, supo que era su oportunidad. Despacio y sin hacer ruido, bajo las escaleras, cuando estuvo en la entrada se puso el calzado, agarrando su chaqueta y salió.

Sabía donde tenía que ir y no le importó la hora que fuera, necesitaba saber si LuHan era aquel sujeto de brillante mirada.

                         ~♡~

Si sabía que despertarse durante las noches para preparar un biberón y tratar de dormir a su bebé lo hacían desvelar, hubiera pensando en cuidarse cuando tuvo la oportunidad. Al diablo, con aquellos horribles pensamientos que surgieron en su cabeza, su felicidad eran su tierno y cacheton Minseok y aquel fruto de su amor, su tierno JiHo.

Si por el fuera, le haría el amor a Minseok hasta el amanecer, claro que lo estaba por lograr esa noche pero el sonido sin detenerse del timbre hizo parar todo acto y junto a eso su pequeño se habia levantado.

Dejó que su esposo duerma, mientras él se encargaría de su hijo y su inoportuno invitado.

Si hubiera sabido que era SeHun el que jodia a esa hora lo hubiera dejado parado en la puerta pero ya que levantó a JiHo, lo dejó a su cargo y él se fue a la cocina a preparar el biberón.

- ¡wow! - se sorprendió Jondae al ver a SeHun cargando a un dormido JiHo.- si sabía que contigo al instante se dormiria, te contrataría como niñero.- dejó el biberón en la mesa ratona de la sala.

- cierra la boca, sólo lo cargue y ya.- SeHun lo miro con el ceño fruncido.- además sabes que lo mío no son los niños.

- pero como padrino de mi hijo, lo tienes que cuidar quieras o no.- le sonrió con su típica sonrisa felina.

SeHun se acercó a su amigo y le tendió a JiHo. Él no era bueno cuidando a los cachorros, esos pequeñines eran unos diablillos disfrazados de ángeles. Pero JiHo era todo lo contrario era un cachorro tranquilo y se portaba bien, por eso es que cuando Jondae se fue y el pequeño lo miro tirando sus pequeños brazos en señal de que lo cargará, él lo agarró entre sus brazos, lo acuno moviéndose de un lado a otro delicadamente hasta que el cachorro se durmió.

Espero sentado en el sofá a que Jondae bajará las escaleras ya que había subido a dejar a su hijo en su cuna.

No era su intención interrumpirle la noche a Jondae, pero Minseok y él eran los únicos que podían decirle quien era aquella persona. Y la necesidad de saberlo lo estaba volviendo loco.

- tienes que decirme.- SeHun lo miró a los ojos, y siguió el movimiento que hacia Jondae hasta sentarse frente a él.- ¿quién fue el que mato al cazador?

Jondae lo miro y la comisura de su labio se levantó.

- y si te lo digo... ¿qué cambiaría?

- tan sólo di su nombre o hay algo que debas ocultar.

- tal vez.- Jondae levantó sus hombros.

- fue él ¿no? - SeHun vio como Jondae le sonreía de costado.- es él... - confirmó sus dudas por si solo.

- yo no dije nada.- Jondae llevo su índice a sus labios y le guiño.- deberías de agradecerle que te haya salvado la vida, al fin y al cabo el estuvo en más peligro y no le importo. Ya sabes... al no poder cambiar de forma su fuerza se asemeja al de un humano.

- me tengo que ir... - artículo levantándose del sofá.- mañana hablaremos.

Se fue sin mirar atrás, si LuHan le salvó la vida ¿porque se lo oculto? ¿porque su lobo se siente feliz al saber la verdad?

Jondae miraba desde la entrada como su amigo se alejaba, sentir el aroma que desprendió SeHun al saber la verdad, le hacía saber que LuHan se convertiría en la perdición del alfa de mirada fría.

                   

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