capítulo 22

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Ya pasaron dos días sin rastros del paradero de LuHan.

Mark ya se encontraba un poco estable pero seguía internado en el hospital. Apenas había abierto los ojos, se desespero al saber que LuHan estaba en peligro, después de que Jackson lo había examinado para saber como se encontraba, le contó lo sucedido a SeHun.

Después de que ellos dos estuvieran esperando en la parada, un auto negro se había parado al frente y le dio dos tiros uno en el hombro y otro en la costilla. Recordaba la cara de LuHan, mientras trataba de parar la hemorragia de su costado. Recordó el fuerte disparo que le dieron a LuHan en el hombro y sintió cuando cayó arriba de él.

Un hombre adulto y de aspecto horrible se acercó a donde se encontraban ellos y le tapo la boca a LuHan con un pañuelo, dejándolo inconsciente.

Esos ojos fríos de aquel hombre, lo miraron y sólo lo dejó tirado y se llevó a LuHan. No sabe como, pero cuándo el auto tomó marcha él con sus últimas fuerzas se agarró las costillas y corrió tratando de alcanzarlos, lo último que recuerda fue ver borrosamente como el auto se alejaba.

SeHun al recordar lo dicho por Mark, le dio un golpe al tronco del árbol.

Estaba en el bosque, tratando de despejarse un poco, aunque no ayudaba de mucho. Camino más rápido y subiendo hacia el acantilado.

Llegó al extremo y se desplomó.

Se la paso estos dos días buscando sin descanso alguno, no se alimentó y tampoco volvió a la manada. Su mayor prioridad era buscar a LuHan, la fuerte sensación de malestar y agonía se almacenaba en su pecho y lo oprimia a más no poder.

Vio el paisaje, recordando los momentos cuando estaba con LuHan, la sensación de aquellas veces cuando LuHan tocaba su cabello y le sonría. Sintió aquellas caricias quemar en su cuero cabelludo como si fueran recién hechas.

- LuHan...- soltó en suspiros y se tocó la cabeza.- te necesito.

Sintió las líneas saladas y calientes marcar sus mejillas, su vista se vio borrosa y se permitió llorar.

Llevó su mano a su ojo derecho y sus dedos se humedecieron, aquella gota salada brillaba gracias al sol.

Pero ni el calor de sus lágrimas ni los rayos de sol, podía darle a su corazón el calor que sólo LuHan podía proporcionarle.

Se tiró de costado al suelo de tierra y siguió llorando. El dolor que sentía en su pecho ya no podía soportarlo. Tan sólo se quedó ahí tirado, dejando que la tierra absorba sus lágrimas y junto a ellas el dolor que recorría todo su cuerpo.

Aunque un alfa sea fuerte sin mostrar debilidad, su mayor tesoro y prioridad eran sus parejas de por vida. Si algo le llegará a suceder a ellos, los alfas sentirían un fuerte dolor y con ello lentamente comenzarían a morir.

Esto era llamado: la agonía de un alfa. Y SeHun estaba comenzado a sentirse de esa manera.

- SeHun...- el susurro de la voz de Minseok, lo hizo lentamente sentarse.- regresa a casa, Yixing esta preocupado y no deja de llorar. Él te siente.- se acercó a él y se sentó al lado.

- no puedo.- negó con la cabeza.- si me tomo la libertad de descansar, LuHan podría desaparecer.- se tocó el pecho.- necesito tenerlo conmigo...

Minseok lo abrazó y dejó que su amigo moje su hombro. Él también extrañaba a LuHan, no podía imaginarse que ser tan cruel y despiadado se lo habrá llevado, su pequeño cachorro también lo extrañaba y en algunas ocasiones caminaba hacia la puerta esperando a que LuHan apareciera para jugar con él y ver de esa manera a su hijo, le destrozaba el corazón porque sabía que JiHo sentía la ausencia de LuHan.

Jondae había ayudado en la búsqueda y saber que todavía no se sabía nada de LuHan dejaba en los más cercanos al beta un gran dolor, visitó a los padres de LuHan y cuidó a Irene que se mantenía en cama, sin dejar de sollozar y estar deprimida.

No podía aguantar más y lloro junto a SeHun, apenas eran unos lobos jóvenes para que estén pasando por este tipo de situaciones. SeHun y LuHan no se merecían lo que les estaba pasando.

Le acarició la cabeza, tratando de relajar a SeHun.

- mi padre sabía... - susurró.

Minseok lo alejó y lo miro confundido.- ¿qué sabía?

- que ese alfa que lo había hecho sufrir en el pasado a LuHan, estaba tratando de llevárselo.- vio como SeHun apretaba más sus puños.- él lo sabía todo y no fue capaz de decírmelo, no confío en mi y ahora ese maldito alfa se lo llevo, lo apartó de mi.- se golpeó el pecho.- no volveré a la manada hasta rescatar a LuHan. Dile eso a mi padre.- se paró, secó sus mejillas y salió corriendo.

Su lobo gruño molestó y corriendo lo más rápido que pudo, dejó que se tranquilizara.

Tomó una bocanada de aire y la brisa que movía su cabello trajo consigo aquel dulce y delicioso aroma que sólo le pertenecía a LuHan. Pero era tan suave que olfateando y girando en el lugar trato de localizar de donde provenía el olor, pero ya no lo volvió a sentir más.

Soltó un sonoro gruñido molesto, lanzando un grito desgarrador.

- ¡mierda! - se golpeaba la cabeza.- deja de jugar conmigo.

                        ~♡~

- vamos mi amor, abre la boca.- acercó la cuchara a su boca.

LuHan se negó a comer lo que aquel alfa le ofrecía, no iba a probar ni un sólo bocado.

- tienes que alimentarte para cuidar de nuestro cachorro.- sintió el nauseabundo olor a alcohol salir de su boca.

Vio el enojo y el ceño fruncido del alfa. De un instante a otro, tiró con fuerza el plato hacia el suelo y grito desquiciado.

- ¡cuando te diga abre la maldita boca, lo harás! - se acercó a LuHan y lo agarró del cuello.- ¡debes de obedecer lo que te digo! - comenzó apretar con mucha fuerza.

LuHan intentó llevar sus manos hacia las contrarias pero no pudo porque se mantenía esposado.

- ¡nadie vendrá a rescatarte, tu me perteneces! ¡a nadie le importas, eres sólo un beta inservible! - gritaba y apretaba más.

LuHan comenzaba a sentir la falta de aire, sus ojos cristalinos por las lágrimas lo hacían ver borroso.

- sólo eres mío... - le susurró en la oreja y le soltó. Dejándole recuperar el aire, el dolor en la garganta dificultaba su respirar.

El llanto del cachorro en la otra habitación, ocasionó a que lleve su mirada para la puerta.

- nuestro cachorro se desperto, que lástima por tu culpa seguirá llorando.

LuHan negaba con la cabeza, necesitaba buscar la manera de salir de ahí y rescatar a ese pequeño de esas malvadas manos. No podía permitir que aquel ser indefenso y huérfano de madre, sufra lo que él en el pasado.

El grotesco alfa, se levantó y se marchó de ahí. Cerró con un fuerte ruido y LuHan volvió a hacer fuerza con sus muñecas para soltarse de esas esposas.

Aunque dolía el forcejeo y le dejaban marcas, él intentaría de todo por escapar junto al bebé y volver a la manada.

No permitiría que aquel malvado ser, haga sufrir al cachorro. Porque la mayor prioridad de LuHan era salvar al pequeño y darle una mejor vida.

Y si su escape se veía complicado en el proceso, lucharía hasta la muerte pero ese hombre no se quedaría con el pequeño. Eso jamás se lo permitiría.

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