capítulo 12

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Otra vez comenzaba el entrenamiento, ahora podía decirse que su técnica a mejorado con el pasar de las semanas y todo fue gracias a LuHan.

- ¿padre donde está LuHan? - preguntó, ya que por los alrededores no sentía el aroma del beta.

- LuHan sufrió de un accidente y estará en reposo. Pero no te preocupes, él me dijo que había alguien que podrá reemplazarlo en su ausencia.

- ¿qué es lo que le ocurrió? - cuestionó con una tonalidad preocupante.- ¿él está bien?

- según por lo que me dijo tu tío, LuHan se resbaló desde una rama y cayó, tiene dos costillas rotas y deberá estar en reposo durante algunas semanas.- SuHo se acercó a su hijo, apoyo su mano en el hombro y apretó ligeramente.- él está bien, deja de estar preocupado.

- yo no estoy preocupado, sólo que no puedo creer que sea tan despistado para caer desde una rama.

- se lo que te ocurre SeHun, no intentes negarmelo.- SuHo le sonrió.- yo también estuve así cuando era joven.

- no entiendo de lo que me hablas...- susurró malhumorado.- mejor daré una vuelta hasta que llegué quién quiera que sea.- dio media vuelta y salió corriendo.

SuHo seguía los pasos de su hijo con la mirada. Por primera vez su hijo se adentraba al mundo del amor.

Dar unas cuántas vueltas por el bosque, harían que su corazón comenzará a martillar descontrolado por la corrida y no por la confesión que le hizo su padre al saber lo que él sentía por LuHan.

- demonios... Deja de latir así.- se daba golpes en el pecho.- maldito LuHan, maldito LuHan, maldito LuHan.- dejaba escapar por sus labios, mientras seguía corriendo.

           
                        ***

Negaba con la cabeza, ya era la cuarta vez en la que su madre le volvía a preguntar sobre si estaba bien o necesitaba algo.

- mi pequeño... porque no nos dijiste nada a tu padre o a mí. Tenía que enterarme por la curandera sobre tu estado.- su madre le regañaba.

LuHan escribió en su nuevo cuaderno, que fue comprado por Jackson que lo había venido a visitar por la mañana.

Lo siento mamá, pero no quería preocuparlos.

- pero ya lo estoy, no deberías ocultarnos algo así.- su madre frotaba sus cabellos.- ahora te dejaré descansar, pero vendré más tarde ¿de acuerdo?

LuHan asintió en respuesta, Irene le dio un último beso en la frente y se marchó.

No le agradaba la idea de estar encerrado en su cuarto, quería salir e irse al bosque. Necesitaba retomar sus ganas de dibujar, ya que no estuvo con ánimos en los últimos días.

Aunque ahora podía pararse y caminar sin sentir mucho dolor, algunas que otras veces estaba obligado a permanecer en cama, ya que si su madre lo veía por mucho tiempo parado, estaba seguro que le daría un ataque.

Ahora mismo estaba yendo hacia el balcón, necesitaba respirar aire fresco. Aunque todavía el sol no se ocultaba, no le importó que algunos rayos iluminen su rostro y parte de su piel expuesta. Agarrándose del costado de su torso, acercó una silla de madera a él y se sentó contemplado el magnífico bosque a lo lejos.

Estiró el brazo, como si pudiera alcanzar y sentir las hojas de los árboles en su palma, imaginaba el cantar de los pájaros en su oído, la brisa refrescante que pasaba cada vez que iba al bosque y hacía revolotear sus cabellos. A las pequeñas ardillas pasar de en rama en rama y comer sus pequeñas nueces cerca de donde él solía estar sentado.

- deberías estar descansando.- escuchó la voz provenir desde el ventanal. Miró por encima de su hombro, cruzando la mirada con SeHun.

El alfa al ver aquellos ojos brillando por la luz del sol, volvió a sentir como su corazón comenzó a bombardear. Pero aquella conexión no duro tanto ya que LuHan se volteó, volviendo a contemplar el paisaje.

- tienes que entrar.- su mirada no se apartó del beta.

LuHan sin mirarlo, negó moviendo la cabeza. No quería volver a estar en esas cuatro paredes, no hasta que el sol se oculte y el bosque caiga en una oscuridad absoluta.

SeHun se fue acercando a la orilla del balcón, dejó descansar sus brazos en el barandal acompañando a LuHan. El silencio que reino entre ambos, era un tanto incómoda para el beta, no entendía porque SeHun vino a verlo. Todo era extraño, pero un cosquilleo que recorrió en todo su cuerpo lo hacía sentirse aliviado y protegido con saber que a su lado estaba SeHun.

Su corazón volvió a palpitar un tanto desenfrenado como en aquella ocasión, cuando entrenaron por primera vez en el bosque.

No era miedo, por supuesto que no. Pero no podía descifrar que era.

Sin darse cuenta, se encontraba de pie volviendo a su cuarto, no fue consciente de sus actos hasta que el punzante dolor en sus costillas lo hizo volver en sí, su cuerpo se contrajo por el dolor y soltó un suspiro.

- te dije que deberías descansar.- escuchó la voz de SeHun cerca de su oído, ocasionando que los vellos de su nuca se crispen y sintió un leve ardor en sus mejillas.- déjame ayudarte.

SeHun con mucho cuidado lo cargó entre sus brazos, el aroma dulzón que desprendía el cabello de LuHan hizo que su lobo aulle emocionado. Sin que su primo se diera cuenta, lo observaba de reojo y aguanto una carcajada por ver la cara avergonzada y las mejillas sonrojadas de LuHan.

<< se ven tan adorable...>>

Cuando LuHan sintió la suavidad de sus sábanas, también pudo percibir como su corazón latía desenfrenado.

- LuHan...- miró a los ojos de SeHun y podría jurar que aquella mirada que antes era fría, ahora descansaba un brillo único y que nunca había visto antes. Aquel brillo en los ojos de SeHun, hicieron que no apartara la mirada.- yo lo siento.

Todas aquellas inquietudes que albergaban en LuHan se vieron reemplazadas por una de confusión. Así que le envió una mirada de no comprender de lo que se disculpaba.

- por lo de Seungri, lo ocurrido en la casona.- SeHun lo miró expectante, percibió como la mirada de LuHan se dirigía a algún punto fijo en el piso.

No quería recordar como se sintió esa vez cuando SeHun lo ignoro y no le brindó su ayuda. Pero porque lo iba a ayudar si apenas se hablaban.

Agarró con cuidado el cuaderno que estaba apoyado en el mueble a un costado de su cama, junto a su lámpara y un retrato de sus padres y él, en una salida cuando era un niño.

En la hoja en blanco, escribió.

Por eso, no deberías disculparte. Apenas comenzamos a llevarnos bien, no esta en tú obligación protegerme o defenderme.

- claro que es mi deber.- respondió con una tonalidad firme y casi autoritaria.- es mi deber porque tú...- se cayó la boca, casi él mismo se estaba por delatar.- porque tú eres mi familia y como una nos cuidamos.- argumento lo mejor que pudo.- además ya me encargué de Seungri...- aunque intentó susurrar lo más bajo posible, aquella confesión llegó clara a los oídos de LuHan y su cara de asombro le daba a entender que aquello jamás se lo espero.

¿Eso hiciste SeHun?

Leyó el alfa a lo que asentía con la cabeza.

- como futuro líder, es mi deber establecer la paz en la manada.

Ambas miradas conectadas, una con total gratitud y con aquel brillo que nunca se apagaba, sintiendo el pequeño y alterado latir de su corazón al ver lo que era antes una mirada fría e indiferente, transformada en una que le transmitía calidez y protección.

Después de todo LuHan no estuvo equivocado al decir que SeHun era un ser de buen corazón.

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