capítulo 30

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Escaló lo último que faltaba por llegar a la cima de la montaña, sus manos se encontraban lastimadas, pero no fueron un impedimento para que se rinda en pleno camino. Al terminar de subir, se limpió el sudor de su frente y ayudó a su madre que venía escalando atrás de él.

Al frente de él, a sólo unos centímetros de donde se encontraban, se situaba la cueva en donde podía sentir su propio aroma intensificado por todo el alrededor de la misma, apretó su mandíbula al igual que sus manos.

- ¿estas listo? - la madre de LuHan le sostuvo ambas manos, tratando de calmar las emociones de su hijo.- todo saldrá bien, ya lo verás.- le sonrió, animandolo.

- tienes razón, todo saldra bien.- le devolvio el gesto.

Mientras avanzaban, LuHan comenzó a sentirse mareado pero sacudió su cabeza para estabilizarse. La fuerte opresión en su pecho le estaba dificultando para que pueda respirar bien.

Al llegar a la entrada de la cueva,  se apoyó con las manos en la pared de piedra para estabilizar su respiración cerrando sus ojos en el proceso para apartar el dolor que sentía en la cabeza.

Contó hasta tres y se adentró en la cueva, estaba un tanto oscuro ya que la poca luz que se filtraba por la entrada, a duras penas le daban una buena vista por donde estaba caminando.

- no deberías estar aquí.- escuchó un eco provenir del fondo de la cueva.

Antes de seguir avanzando, se detuvo abruptamente ya que se sorprendió cuando su cuerpo dejó de moverse.- ¿qué esta pasando? - le pregunto a su madre.

- es tu otra mitad, no quiere que sigas avanzando.- le respondió desde el suelo, ya que ella había caído de rodillas.- tampoco me permite estar de pie.

Unas rápidas pisadas se comenzaron a acercar a ellos, LuHan se mantuvo de pie aunque la fuerte presión mientras las pisadas se acercaban, dificultó que su cuerpo se mantenga parado.

Sus ojos se ampliaron, cuando la silueta oscura que iba avanzando se paró a unos escasos centímetros de él y la luz del día iluminó sólo la mitad de su rostro. Era su beta interno, tan parecido a él sólo que su otra mitad tenía el cabello blanco, sus ojos de un color azul que le hacía recordar los días cuando estaba en el bosque y se quedaba observando el cielo despejado sin la presencia de alguna nube.

- ¿que haces aquí? - el beta preguntó con un leve ceño fruncido.

Después de la pregunta que le hizo su beta interno, sintió que el peso que estaba en todo su cuerpo se desvaneció permitiéndole que pueda moverse con libertad.

- quiero volver.- le respondió seguro de sus palabras.

El beta se acerco a LuHan, y le negó con la cabeza.- no puedes volver, aquí estas mejor. Tienes tranquilidad y nadie volverá a hacerte daño.

LuHan le negó con la cabeza, no estaba de acuerdo con lo que pensaba su beta interno.

- no puedes hacerle esto, LuHan también tiene el derecho a elegir y ser feliz en donde quiera estar.- le respondió su madre.- se que lo quieres cuidar, pero debes entender que él ya no corre peligro.

El beta hizo un chasquido con la lengua, volviendo a negar con la cabeza.- lo estuve cuidado desde que era un niño, se que es lo mejor para él.

- no es cierto...- susurró LuHan.- tú no sabes lo que es mejor para mi, quiero volver a estar con mi familia, con mis amigos, con SoHee, pero más que nada.. quiero volver con SeHun.

- no es cierto, estas mintiendo. Tú no quieres volver, porque si tanto anhelaras volver con todos los que mencionaste, no hubieras permitido que yo tomará el control en ti.

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