capítulo 7

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Otra pesadilla, esta era la cuarta vez en la noche que volvía a soñar con aquel hombre.

Ya no sabía como hacer para poder descansar bien, ya había bajado a la cocina por un vaso de agua. Se sentía inquieto e inseguro, decidió que lo mejor sería no dormir por esa noche.

Agarró su cuaderno de dibujo, junto a su lápiz y salió al balcón.

Al abrir el ventanal la luz de luna iluminó su rostro, haciendo brillar más sus ojos marrones claros. Ver el cielo nocturno pintado de muchas estrellas y la luna en lo más alto, hacía que la inseguridad se desvanesca y unas inmensas ganas de dibujar aquel cielo estrellado para distraerse invadieran sus pensamientos y decidió a retrarla en su hoja. Se sentó en el suelo, aunque podía sentarse en la silla que estaba en una esquina, no quiso hacerlo y prefirió contemplar el panorama desde abajo.

Trazos, sombras y figuras fue lo que empezó a remarcar en la hoja, sus padres decían que era bueno en el dibujo y podría llegar a ser un gran artista, él creía que todavía le faltaba algo más de experiencia y mejora en su dibujo. Por eso, cuándo cumpla sus dieciocho decidió ir de viaje por todo el mundo y deleitarse con las maravillas que le faltaba por descubrir.

Él todavía no estaba listo para un emparejamiento, ni siquiera pensaba en aquello. Los grandes sabios de la manada les contaban a los adolescentes que su pareja estaba en alguna parte del mundo y que sólo tenían que ser pacientes en encontrarla, aunque los jóvenes de su edad se burlaban de aquella leyenda, LuHan sabía que había alguien destinado para él, sólo era cuestión de esperar.

Aunque ese bichito de la duda a veces solía picarle y se cuestionaba de que tal vez su pareja no lo quisiera por ser mudo y tener un pasado traumático. Tal vez, nunca llegaría a conocer al amor de su vida. Quien va a querer a alguien malogrado como él.

Los ánimos por dibujar se fueron como si una brisa llegará y le soplara en la cara. Se recosto, quedando boca arriba y empezó a contar las estrellas una por una.

Sonrió por la pequeña luciérnaga que voló por arriba de sus ojos, aquel pequeño insecto luminoso lo tomó desprevenido. Girando su cabeza a un costado, sus ojos se abrieron tras la sorpresa de ver un par de zapatos que no eran suyos en su balcón.

¿porque no sintió que otra presencia estaba sólo a unos centímetros?

Dio un pequeño giro y se corrió lo más rápido al otro costado golpeandose el codo con la pata de la silla, haciendo dibujar un gesto de dolor en su rostro.

Levantó la mirada y se cruzó con aquellos ojos fríos e indiferentes de SeHun. No acostumbrado al contacto de otra persona, se cubrió la cara con los brazos.

- oye, tranquilo.- SeHun intento acercarse, pero se detuvo al ver que LuHan negaba con la cabeza y se corría más.

Nadie antes había tocado a LuHan, tenía miedo al tacto de otra persona que no sean sus padres.

Los niños solían arrinconarle a la pared y amenazarle con tocarlo, todo toque desconocido lo hacían recordar a aquella mano grande y fría que solía golpearlo y la sensación de esos fríos dedos en su mentón.

Estaba apunto de llorar, escucho algunos pasos de SeHun alejarse y por la abertura de sus brazos vio como levantaba su cuaderno y lápiz.

Volvió a acercarse y le tendió los objetos.

- escribe aquí lo que te incómoda.- despacio bajo sus brazos y sólo se quedo viendo su cuaderno y lápiz tendidos cerca de su rostro.- vamos, no tengo toda la noche.

Agarró el cuaderno y lápiz, buscando una hoja en blanco y escribió:

Por favor, no vuelvas a intentar tocarme. Tengo miedo al contacto de otras personas, tan sólo nunca lo hagas.

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