capítulo 11

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- ¿estas seguro? - lo miró serio.

- si.- respondió.- volvió y tenemos que tener cuidado con LuHan.

- demonios...- golpeó la mesa de caoba del despacho de SuHo.

- Yongguk, debes estar calmado. Te prometo que nada le volverá a pasar a tu hijo, es parte de la manada y como una, tenemos que cuidarnos entre todos.

Yongguk miró a su hermano, no podía creer lo que estaba escuchando... Después de tantos años volvía a aparecer.

Recuperó su postura y objetó.- está información no debe salir de este despacho, mis compañeros y yo trataremos de buscar por la ciudad, tú te encargaras por los alrededores de la manada.

- es lo que te iba a sugerir, pero LuHan tendrá que saberlo. No podemos ocultarle algo como esto, él puede correr peligro.- remarcó SuHo en la última oración.

- no... No puedo hacer que se vuelva a encerrar en su burbuja, ahora tiene una vida más calmada. No quiero que vuelva a caminar con miedo, el merece ser feliz y tener una vida serena.

- esta bien.- ambos se miraron.- a partir de mañana, comenzaremos, te prometo que lo encontraremos.

                          ***

El dolor en sus costilla no habían pasado, dolía pero tenía que ayudar en la guardería.

- LuHan ¿te encuentras bien?- preguntó Amber, mientras cambiaba el pañal de unos de los bebés.- tu cara esta un poco pálida.

LuHan negó con la cabeza, ya no quería preocupar a su amiga.

- deberías ir a ver a un curandero. - cargando al bebé, lo miró y el castaño en respuesta asintió con la cabeza.

- ¡Lu, Lu! - una niña comenzó a tirar de su remera.- ven a jugar conmigo.

LuHan le sonrió, le sostuvo la mano y ambos se despidieron de Amber.

- me gustaría hacer una casita con los bloques ¿sabes hacer una?- sus grandes orbes miraron a LuHan.- con mi mamá hacíamos muchos, pero ya no esta conmigo.- vio como la pequeña niña hacia un puchero.

LuHan se agachó a su altura, aguantando el dolor y le revolvió los cabellos.

Después de un rato de estar jugando con los niños, Amber le aseguró que ella sola podría seguir cuidandolos y que él vaya a ver al curandero ya que su aspecto con el pasar del tiempo fue empeorando.

Es por eso, que ahora esta en la casa de la curandera de la manada, mejor conocida como SoHee la dama de las manos sanadoras.

- esto no se ve bien...- comentó y seguía observando el gran hematoma en la costilla de LuHan.- tienes dos costillas rotas, tendrías que tener más cuidado con las actividades que haces, pero no creo que se deba a un accidente ¿verdad? - bajó un poco sus anteojos y lo observó. LuHan tan sólo mantenía la cabeza gacha.- entiendo...- se levantó.- te pondré algunas hierbas medicinales, junto a una pomada, tendrás que estar en reposo por unas semanas hasta que tus costillas sanen completamente.

LuHan le agradeció con la mirada.

- LuHan... entiendo que les tengas miedo, pero no debes dejar que hieran tu alma y corazón. Tú ya eres parte de esta manada, eres parte de nosotros y ellos no pueden cambiar eso. Eres un ser tan puro y generoso que no deberías dejar que alguien lo manche de maldad, debes ser fuerte.- la curandera le untaba la pomada junto a las hierbas.- a pesar de ser una curandera y de las más viejas de esta manada, también percibo el alma de cada integrante de la manada y veo lo que le depara el futuro y el tuyo déjame decirte.- lo miró sonriendo, haciendo marcar más sus arrugas.- esta lleno de prosperidad y amor.

Los ojos de LuHan la observaron, con aquel brillo de felicidad que emanaba de su alma.

Se despidió de la curandera y camino despacio hasta su casa, en el camino veía como algunos adolescentes murmuraban entre ellos.

Siguió caminando, podía ser que hablaban de él y no quería cruzar su mirada con nadie, no quería ser de vuelta golpeado.

                           ***

El puñetazo que recibió en su pómulo, sólo agrando las ganas que tenía de partirle la cara a Seungri.

- ¿porque de repente defiendes a tu primo? - preguntó el de cabello corto.- si tu mismo estabas ese día y no hiciste nada ¿qué es lo que cambio?

- yo no lo estoy defendiendo, simplemente me dieron ganas de pelear contigo.- SeHun lo miró desafiante.

Seungri sonrió de costado.- si claro... pero esta bien, digamos que te creo.- se encogió de hombros.

Seungri volvió a rematar con un puñetazo, pero esta vez el alfa lo pudo esquivar y le dio una buena oportunidad para darle un fuerte golpe al estómago.

Del dolor el beta se arrodilló al suelo.

- demonios, si que estas enojado...

- y no sabes cuánto.

SeHun se acercó a Seungri, pero el beta con la mano sujeto su pie y logró tumbarlo al suelo. Se puso arriba de SeHun y le susurró al oído.

- le haré mucho daño a LuHan.

Ante lo mencionado, la sangre de SeHun comenzó a hervir y su lobo estaba más furioso que nunca.

- lindo color de ojos.- el beta le guiño un ojo.- el rojo te queda.- le golpeó la quijada.

Antes de que Seungri vuelva a arrebatar con otro golpe, SeHun propinó un cabezazo y logró que el beta caiga de costado. Aprovecho y se levantó.

- no me subestimes, estúpido e incompetente beta.- le dio un fuerte golpe en el estómago. Le agarro del cuello de la remera y lo acercó a él.- LuHan pelea mejor que tú y tiene más resistencia.- lo dejó caer sin importarle.

Aunque sus ropas quedarán sucias por la tierra, su lobo aullaba orgulloso por la pelea que tuvo. Se sacudió un poco y se alejó de aquel callejón.

- wow, terminaste lamiendo las botas de LuHan. Al fin alguien te puso una cadena, lobito.... - escupió un poco de sangre.

                           ***

- deja de quejarte...- Yixing le pasaba el algodón por el pómulo herido.- ¿cuándo dejaras de pelear de esa manera?

- lo siento papá.

- tú padre se enterara de esto y cuando vuelva deberás explicarle.- SeHun sólo asintió con la cabeza.- mi bebé, últimamente estuviste encerrado en tus propios pensamientos, te he estado dando tu privacidad pero me estás haciendo preocupar... ¿que es lo que pasa por tu cabeza?

- yo... no lo sé. No entiendo lo que me está pasando, es difícil de explicar...

- de acuerdo, cuando quieras hablar aquí estaré.- le dio un beso en la mejilla.

- gracias...- susurró en respuesta.

Después de que Yixing lo allá dejado solo, SeHun saco del cajón aquel dibujo que LuHan le había regalado. Pasó por cada línea su dedo, imaginando aquel brillo en los ojos de LuHan. Su corazón comenzó a golpear desenfrenado y junto a aquellos latidos su lobo aullaba orgulloso.

- que me hiciste LuHan...

          

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