Sorpresa

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CAPÍTULO 2:

Papá y mamá nos esperan a Jason y a mí para desayunar en el Olimpia, uno de ls restaurantes más caros de la ciudad. Si realmente eras alguien en aquella ciudad, tenías que comer en aquel lugar al menos, una vez en la vida. Aunque claro está, tenías que ser alguien gordo porque a treinta pavos la tostada con huevos revueltos con beicon, poca gente se animaba a desayunar en aquel lugar.

-Habíamos quedado hace media hora- papá me da de aquella manera los buenos días nada más tomo asiento en la mesa.

-Buenos días padre.- ironizo en mis palabras- mamá- esta me sonríe- Lo sé, no quería venir. Aunque para tu información, llego antes que Jason.

-Yo también te quiero, Ali- Jason responde, seguramente, me ha escuchado.

-No voy a ser a la única a quien eche la bronca- le sonrío, si hay algo en lo que nos llevemos bien, es en el uso de la ironía que tenemos el uno con el otro- Buenos días.

-Buenos días.- Jason sonríe, tomando asiento- ¿Y bien? ¿A qué se debe este desayuno en familia?- me alegra de que Jason vaya directamente al grano.

-¿Tiene que haber alguna razón?- mamá le responde.

Aunque es para nada. Conocemos a papá y cuando estamos la familia entera significa que hay algo de lo que papá nos quiere hablar. Mamá, directamente, aunque odia también a papá casi o igual que nosotros; es más abierta y nuestros desayunos siempre son porque ella quiere y nosotros también.

-Mamá, que no somos tontos- respondo directamente- ¿Padre?

Papá le dirige una mirada rápida a su mujer, nada más ser parado por el camarero que nos viene a atender para ver que vamos a comer. Opto por café, zumo y beicon con huevos frutos y fruta. La noche anterior me había dejado cansada.

El resto de la familia también pide y, nada más volvemos a estar a solas, papá vuelve a saltar.

-Es sobre el tema de tu asistenta, Alison- y volvíamos con el tema- Te hemos dado el tiempo para que la eligieras. No lo has hecho, asique, hemos decidido nosotros.

-¿Qué? ¿Por qué? Tengo veintitrés años, puedo elegir yo misma, ¿no crees?- no sabía que punto de aquello me molestaba más de todo- Os dije que yo lo haría.

-¿Y esto me incumbe a mí porque...?

Jason salta, aunque mejor no debería d haberlo hecho. Papá le dedica su mirad asesina y Jason tiene que quedarse callado si quiere salir de allí tranquilo.

-Cariño, solo queremos lo mejor para ti- mamá me responde, pero no lo compro.

-¿Seguro?- la miro un segundo para volver a papá- Me dijisteis que me daríais tiempo para que yo eligiera a mi asistenta.

-Hace seis meses- papá dice con brusquedad- Te salvé una vez de lo que pasó, no pienso hacerlo dos veces. Asique, o aceptas o aceptas.

Aceptaba o aceptaba, no tenía otra opción. En estos momentos si que me arrepentía de lo que había hecho. Miro a Jason que me hace una pequeña mueca. "Es lo que te pasa por hacer lo que no debes, ¿sabes" prácticamente me decía con un gesto.

Y es que hacía apenas ya siete meses, había vivido la que había sido mi "experiencia cercana a la muerte". Mucha gente podría decir que solo había sido las malas compañías, pero con lo que le había pasado a la otra persona, no había sido para nada las malas compañías. Habían sido mis idioteces. Idioteces que ahora iba a pagar con las exigencias de papá. Si quería continuar libre, tenía que ser parcialmente encarcelada de por vida.

En la cama del enemigo //((completa))//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora